Matar por un cubo de agua

El pillaje se ha generalizado, como lo muestran las puertas forzadas de muchos edificios de la capital. De la rapi?a desenfrenada no se ha librado ni la iglesia de Mar¨ªa Auxiliadora, cuyas im¨¢genes han ido desapareciendo poco a poco con el paso de los d¨ªas. Ahora est¨¢ casi vac¨ªa. Los episodios miserables no se limitan a los robos. La falta de agua potable ha dado lugar a escenas tan dram¨¢ticas como la que se produjo la semana pasada en la colonia Zapote Centro, donde un energ¨²meno le vol¨® la cabeza de un disparo a una ni?a de nueve a?os que intentaba llenar un cubo en el arroyo donde ¨¦l se encontraba. Mientras varios negocios, como el hotel Excelsior, han abierto sus pozos privados a la poblaci¨®n de forma gratuita, algunas empresas distribuidoras piden cantidades abusivas por el agua que env¨ªan en camiones cisterna. Es el momento de hacer negocio.A pesar de que el Gobierno de Honduras ha congelado los precios de 32 productos de primera necesidad, no hay d¨ªa en que la polic¨ªa no se vea obligada a detener a alg¨²n comerciante que se ha saltado esta disposici¨®n. "Nosotros hemos descubierto algunas panader¨ªas que se negaban a vender pan para alentar el mercado negro", afirma Ram¨®n Custodio, presidente de la prestigiosa Comisi¨®n Hondure?a de Derechos Humanos.

"Es muy importante que la sociedad no baje la guardia". El presidente, Carlos Flores, ha lanzado un llamamiento dram¨¢tico para que todos los hondure?os se "replanteen sus actitudes frente al bien com¨²n".

Las organizaciones civiles y las Iglesias cat¨®lica y protestante han cerrado filas para reforzar el mensaje. "Tenemos que construir un pa¨ªs distinto", insiste ?scar Rodr¨ªguez, arzobispo de Tegucigalpa. "Esta sacudida es una oportunidad ¨²nica para hacer algo nuevo".