Desastre del Betis en Bolonia

El coraje de Javier Clemente mostrado ante las posibles quejas de jugadores se diluy¨® en el c¨¦sped, igual que las promesas de ataque. De hecho, murieron cuando Clemente se sent¨® en la pizarra para dibujar a su equipo y se inspir¨® en el ataque del equipo italiano m¨¢s que en los poderes de los de casa. A Ure?a le toc¨® pegarse con los 196 cent¨ªmetros de sueco de Andersson. Otero pas¨® a ocuparse en exclusiva de Kolivanov. Para no dejar las bandas desatendidas, a G¨¢lvez le toc¨® cubrir la derecha mientras Luis Fern¨¢ndez lo hac¨ªa de su parcela natural. El ataque qued¨® entonces en la calidad de Finidi y Denilson. En la primera parte, sin embargo, Clemente se olvid¨® de colocar un carburador para que el motor avanzara. Entre Merino y Ca?as no pudieron dar fluidez e intenci¨®n al ataque del equipo. El Betis ten¨ªa un agujero en la mitad de su alma.En el comienzo del partido qued¨® claro que las botas de los b¨¦ticos tienen bastante m¨¢s f¨²tbol que las de los italianos. Los del Bolonia no intentaban nada y los verdiblancos se soltaron con varias triangulaciones y apoyos de calibre. A los seis minutos Kolivanov peg¨® el primer susto y logr¨® colarse por la derecha y chutar un bal¨®n que a duras penas se pudo despejar a c¨®rner. Precisamente ¨¦sta es una de las bazas de juego del Bolonia. Este equipo, dirigido por el hist¨®rico Carlo Mazzone, es tambi¨¦n hist¨®ricamente italiano a la hora de concebir el juego. Orden e infranqueabilidad atr¨¢s y a esperar a las jugadas a bal¨®n parado.

En este esquema mezquino para la belleza y el disfrute, Andersson (un jugador bastante vulgarote) juega un papel fundamental. Es como un poste de la luz en el que rebotan los saques de fuera de banda, de esquina o de faltas. Cabecea y deja la pelota muerta para que el compa?ero de frente remate a gol. Sencillo como un ladrillo e igual de da?ino si le pega a uno en la cabeza. En el minuto 25 por primera vez le gan¨® la partida a Ure?a y el bal¨®n acab¨® en las botas del veterano Fontolan que col¨® la pelota por la escuadra izquierda de Prats.

Los verdiblancos tuvieron el empate apenas tres minutos despu¨¦s cuando un pase de Finidi logr¨® milagrosamente evitar la cabeza de Rinaldi y acab¨® en Ca?as, a quien le temblaron las piernas ante Antonioli y lo centr¨® en vez de fusilarlo. En el ¨²ltimo cuarto de hora el juego se difumin¨® entre la contenci¨®n de los italianos, y las subidas de Paramatti y algunas de Eriberto que pusieron algo de emoci¨®n.

El Betis se embarull¨®; y como muestra, s¨®lo un tiro de Denils¨®n, ayer de nuevo s¨®lo voluntarioso, quien con un pie se quit¨® el bal¨®n del otro y le propin¨® un chut al aire. Al final los b¨¦ticos intentaron estirarse un poco m¨¢s, aunque era imposible (a no ser que llegara un golpe de inspiraci¨®n de una de sus estrellas) pues el equipo que salt¨® al c¨¦sped estaba pensado para que no le marcaran goles y no para hacerlos.

A los siete minutos de la segunda parte la jugada del Bolonia volvi¨® a funcionar. Andersson cabece¨® un centro de Eriberto y Kolyvanov lo reba?¨® con la mano (¨²nica e importante mancha en la actuaci¨®n del ¨¢rbitro) para despu¨¦s marcar a placer. Clemente (que ya hab¨ªa sacado al campo a Oli) sac¨® algo m¨¢s de cerebro al campo con Ito y Alexis. Pero el equipo ya era un pelele apaleado y falto de coraje. Rechazar el juego de principio hace que sea casi imposible recuperarlo cuando hace falta. Eriberto recogi¨® un bal¨®n del larguero y lo meti¨® en la porter¨ªa b¨¦tica. El brasile?o brill¨® bastante en la segunda parte y corrobor¨® lo que sus dotes atl¨¦ticas hab¨ªan dejado entrever en la primera mitad. El gol de Benjam¨ªn fue un fugaz rayo de esperanza, pero Fontolan acab¨® con cualquier sue?o de seguir compitiendo en Europa, a no ser que haya un (esta vez s¨ª) corajudo y ¨¦pico partido de vuelta a Sevilla. El Bolonia, sin ning¨²n alarde, pero sin traicionarse a si mismo se mereci¨® la goleada que le endos¨® a este timorato Betis.