Bomba ¨¦tnica
ENRIQUE MOCHALES Los ¨²ltimos descubrimientos sobre el sexo debilitan las razones de los raros y raras que creen que la vida ser¨ªa mucho m¨¢s f¨¢cil, e incluso mejor, sin ¨¦l. No me refiero solamente a aquellas personas, de "amplias convicciones religiosas", que consideran el sexo como un mal, o cuando menos una "debilidad" necesaria. Recuerdo que un d¨ªa, una amiga, en mitad de una charla comprometida, hizo un silencio y mantuvo la mirada en un imaginario punto del horizonte, mientras declaraba: "La vida ser¨ªa mucho m¨¢s c¨®moda si no existiera el sexo". Yo no discut¨ª su m¨¢xima, no obstante record¨¦ a ese otro amigo que defend¨ªa la teor¨ªa de que el sexo consume una energ¨ªa, pero libera otra. En primer lugar, el sexo endulza la vida y relaja mucho, lo cual no s¨®lamente es recomendable antes de dormir. En segundo lugar, se ha demostrado que el sexo es un refuerzo de la resistencia humana a la enfermedad. No s¨®lamente porque nos haga m¨¢s felices y la felicidad sea sana, sino porque la reproducci¨®n sexual surgi¨® para mantener a distancia a las enfermedades. Simplifiqu¨¦moslo con una extravagante conversaci¨®n de cama, de un romanticismo cient¨ªfico, que dir¨ªa as¨ª: - Cari?o, hoy tus feromonas est¨¢n poniendo mi ¨®rgano vor¨¦monasal a tope. ?Dime que s¨®lo me quieres a m¨ª! - Claro que te quiero. ?Crees que me gustar¨ªan otras feromonas que no fueran las tuyas? - Entonces hag¨¢moslo de una vez. Crearemos una combinaci¨®n nueva de genes y produciremos una nueva versi¨®n de nosotros mismos distribuyendo los genes disponibles. - S¨ª, amor m¨ªo, tengamos una criatura entre los dos y recombinemos libremente el material gen¨¦tico. - Libremente, pichurri. As¨ª ofreceremos a la selecci¨®n natural muchas m¨¢s variantes gen¨¦ticas, y la raza humana ser¨¢ m¨¢s diversa, el¨¢stica y fuerte a la hora de combatir sus enfermedades. Me parece que ha quedado claro. El sexo sirve para mezclarse, entre otras cosas, y la mezcla hace al individuo resistente. Por ah¨ª va el tan cantado problema de la clonaci¨®n: individuos de una misma especie, gen¨¦ticamente id¨¦nticos, ser¨ªan mucho m¨¢s vulnerables y podr¨ªan sucumbir en masa a causa de una misma enfermedad. Yendo a¨²n m¨¢s lejos, remont¨¦monos a los tiempos de las colonizaciones. Durante la etapa de colonizaci¨®n del continente africano, por ejemplo, un mont¨®n de blancos mor¨ªa a causa del paludismo o la enfermedad del sue?o. Sin embargo, los aut¨®ctonos eran mucho menos sensibles a dichas enfermedades. Lo mismo ocurri¨® con los males a los que los colonos espa?oles estaban, por decirlo de alguna manera, acostumbrados, y que portaban con ellos. Dichas enfermedades diezmaron a decenas de millones de amerindios. ?Qu¨¦ viene a significar esto? Los datos apuntan que la diversidad gen¨¦tica, generalmente, hace la fuerza. Un argumento contra la endogamia, y, por qu¨¦ no, un argumento m¨¢s contra el racismo, que, se diga lo que se diga, termina por resultar antinatural. Esas enfermedades antes citadas eran bombas ¨¦tnicas, como la que ahora, por lo visto, tratan de inventar los israel¨ªes contra los ¨¢rabes. Durante un a?o tuve en la cocina de mi casa un calendario ¨¦tnico, en una de cuyas p¨¢ginas rezaba la leyenda: "En el mestizaje est¨¢ la soluci¨®n". El mestizaje podr¨ªa ser no solamente la soluci¨®n l¨®gica contra el racismo, suponiendo que el racismo es un vicio cultural, sino que incluso, llevando a ¨²ltimo t¨¦rmino las consecuencias cient¨ªficas, podr¨ªa suponer un fortalecimiento de la especie humana. Saludable no s¨®lamente en el plano f¨ªsico, sino tambi¨¦n en el mental. Y si alcanzamos ese grado de sabia mixtura, no habr¨¢ bomba ¨¦tnica que valga. Seguiremos, eso s¨ª, con las bombas de siempre, que pueden eliminar a toda la humanidad en bloque, sin hacer diferencias.
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