El c¨®nsul burl¨®n

Hoy, 29 de noviembre, se ahoga en el r¨ªo Duina el c¨®nsul de Espa?a en Riga. Se tirar¨¢ al r¨ªo y ser¨¢ rescatado y luchar¨¢ con los pasajeros del barco y volver¨¢ a tirarse. Y se ahogar¨¢, hoy hace 100 a?os, el 29 de noviembre de 1898, ?ngel Ganivet. Llevaba d¨ªas queriendo perderse, pero ser c¨®nsul tiene sus desventajas, y la autorizaci¨®n de Espa?a para encerrar a su diplom¨¢tico en un manicomio se perdi¨® entre el ministerio de Madrid y la embajada en San Petersburgo. El c¨®nsul sufr¨ªa una par¨¢lisis general progresiva por infecci¨®n sifil¨ªtica, una depresi¨®n, man¨ªa persecutoria. Y lo persegu¨ªan: ese d¨ªa llegaba a Riga una mujer con la que no quer¨ªa encontrarse. Es doble ?ngel Ganivet. El serio c¨®nsul suicida se recordaba a s¨ª mismo ni?o serio en Granada, pero la presencia de la autoridad le provocaba incontrolables ataques de risa. No pod¨ªa aguantar la risa cuando el catedr¨¢tico explicaba desde su elevado sitial. Y los correctivos le produc¨ªan a¨²n m¨¢s risa, hasta el punto de que, riendo como un loco, ten¨ªa que huir de la escuela. Invent¨® un remedio para evitar la carcajada: pensaba en una l¨²gubre y enmara?ada escena mortuoria donde comparec¨ªan todos los difuntos de su casa, empezando por su padre. El humor del triste Ganivet atraviesa de principio a fin Granada la bella, donde dictamina soluciones a los problemas municipales como lo har¨ªa un tertuliano que prefiere la taberna de siempre tal cual es antes que verla deformada por modernas reformas. Ganivet se declara partidario del candil de aceite y el brasero: poner un foco el¨¦ctrico y una estufa que iluminen y calienten toda una habitaci¨®n significa el primer paso para la disoluci¨®n de la familia, que se alejar¨ªa del brasero y el candil. S¨ª, hoy Ganivet parece un mont¨®n de disparates: por ejemplo, se cartea con Unamuno, y desea una Espa?a aplicada a la restauraci¨®n espiritual de sus fuerzas alica¨ªdas, una Espa?a que sue?a con expandirse por ?frica para mantener ante Europa su personalidad y su independencia. Pero Ganivet es una actitud, siempre viajero, curioso, lector y discutidor incansable en tres idiomas. Distingu¨ªa entre ideas picudas e ideas redondas: ideas picudas, arrojadizas, que incitan a la lucha; e ideas redondas, que inspiran amor a la paz y a la conversaci¨®n y penetran lentamente en los esp¨ªritus, como el molino muele la harina, seg¨²n Ganivet, hijo de molinero. Ganivet quer¨ªa ser un pensador de ideas redondas. ?No estableci¨® m¨¢s tarde el novelista E. M. Forster una divisi¨®n entre personajes planos y personajes redondos? En una novela los personajes planos son caricaturas, construidos en torno a una idea ¨²nica; los personajes redondos no pueden resumirse en una sola frase porque cambian seg¨²n los momentos de su historia, y aumentan y disminuyen como hacen los seres humanos. Ganivet fue un personaje redondo. Ahora es tambi¨¦n una pintura de Eduardo Arroyo que hay en la Diputaci¨®n de Granada: los pies y los zapatos con agujeros de alguien que se hunde de cabeza en el agua. As¨ª lo vio Leonardo Sciascia: hundi¨¦ndose y ahog¨¢ndose en el r¨ªo extranjero mientras los sabios del 98 se lanzaban a la conquista de Espa?a.