Proeza espa?ola en el Masters
Corretja y Moy¨¤ disputar¨¢n la final tras llenar de emociones sus partidos contra Sampras y Henman
Todo Hannover se qued¨® en silencio cuando finalmente Alex Corretja levant¨® la bola para disparar su ¨²ltimo servicio. Fue s¨®lo un sengundo, pero tuvo una intensidad inenarrable. La bola corri¨®, atraves¨® la pista, pas¨® por encima de la red y se situ¨® en el centro de la parcela que defend¨ªa Pete Sampras. El estadounidense, seis veces consecutivas n¨²mero uno del mundo, estaba tan tenso que no acert¨® con su rev¨¦s. Su resto dio en la red y, de golpe, un estallido invadi¨® la pista. Alex Corretja, de 24 a?os, acababa de eliminar a un jugador ya de leyenda.Fue su primera victoria sobre el estadounidense, al que ya hab¨ªa tenido en pelota de partido en el quinto set de un partido que cambi¨® su carrera en cuartos de final del Open de Estados Unidos de 1996. Fue un triunfo crucial, decisivo, trascendental. Lleg¨® en el momento preciso, cuando Carles Moy¨¤ acababa de eliminar, tambi¨¦n en un partido impresionante, al brit¨¢nico Tim Henman. Ellos dos se convirtieron de golpe en los grandes protagonistas del Masters y dejaron a Sampras sentado en su silla, con la cabeza recogida entre los brazos, triste y decepcionado a pesar de haber conseguido un par de d¨ªas antes un r¨¦cord dif¨ªcilmente repetible.
Sus gestas llevaron al tenis espa?ol a cruzar una nueva barrera. Los dos disputar¨¢n una final (La 2, 14.00) totalmente espa?ola en el Masters por primera vez en la historia. Y por segunda vez, tras el triunfo de Manuel Orantes en 1976, habr¨¢ un campe¨®n espa?ol. La haza?a adquiere una relevancia muy especial por las circunstancias en que se ha producido. Ambos tenistas se clasificaron tras jugar de forma brillante en una superficie que no es la suya y frente a dos grandes especialistas de superficies cubiertas, como son Sampras y Henman. La quinta de la ilusi¨®n -expresi¨®n acu?ada hace algunos a?os por el propio Alex Corretja- no parece conocer l¨ªmites en su andadura por el circuito profesional de tenis.
"Lo que hemos hecho me parece impresionante", explic¨® Corretja casi una hora despu¨¦s de haber ganado uno de los partidos m¨¢s importantes de su carrera ten¨ªstica. "En Espa?a s¨®lo tenemos una pista cubierta en el CAR de Sant Cugat. Y a pesar de ello estamos en la final. Para m¨ª, personalmente, ganar a Sampras ha supuesto sacarme una espina que llevaba clavada en el coraz¨®n desde hace dos a?os. Me resultaba dif¨ªcil ganar cualquier torneo y que despu¨¦s me dijeran: l¨¢stima lo de Sampras".
El desquite de Alex result¨® impactante. Perdi¨® la primera manga tras ceder una sola vez su servicio, pero inici¨® la segunda convencido de que pod¨ªa derrotar al n¨²mero uno del mundo. Su momento lleg¨®, porque Alex lo busc¨®. Recuper¨® la solidez de su servicio en la segunda manga y ese argumento le vali¨® hasta la conclusi¨®n. Gan¨® la segunda manga, cediendo s¨®lo seis puntos con su saque. Y encar¨® la tercera de forma esperanzadora rompiendo el servicio a su rival, que recuper¨® la rotura de inmediato. Sin embargo, las mayores emociones estaban a¨²n por llegar. Se produjeron en el decimosegundo juego, cuando Sampras estaba ya ganando por 6-5 y dispuso de tres bolas de partido. Las tres las jug¨® Sampras a un nivel incre¨ªble. Pero en las tres Alex respondi¨® a sus ataques con una solvencia impropia de un condenado. Esa insolencia le salv¨® esa vez y le permiti¨® ir a un desempate, que domin¨® por 6-1 y acab¨® d¨¢ndole la victoria.
"Me jug¨® de forma distinta a todos los dem¨¢s y supo aguantarme en el fondo de la pista", coment¨® Sampras tras el partido. "Creo que ha tenido suerte en algunos momentos, pero eso no le resta m¨¦rito. Cuando llegu¨¦ al desempate ya sab¨ªa que iba a perder", agreg¨®. Sampras no estar¨¢ en la final de este torneo que ha ganado cuatro veces. El otro finalista ser¨¢ Carles Moy¨¢, que ayer demostr¨® tambi¨¦n una fuerza mental fuera de dudas al recuperar una rotura inicial en el set definitivo. "Debo ser masoquista. Si juego muchos partidos como ¨¦ste, deber¨ªan encerrarme en un psiqui¨¢trico. Tuve que hacer un gran esfuerzo mental y mantenemerme siempre fuerte", concluy¨®.
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