J¨®venes, obreros, en el paro y dejados de la mano institucional
La mitad de los vecinos no ha cumplido los 30 a?os y la tasa de desempleo est¨¢ por encima del 47%
Dice Jos¨¦ Mart¨ªnez, concejal de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Burjassot (en manos del PSPV), que el centro de atenci¨®n a la infancia del barrio de las 613 Viviendas representa, sin duda alguna, el modelo educativo del siglo XXI. Cada d¨ªa, hacia la una de la tarde, 75 ni?os de cero a tres a?os duermen all¨ª pl¨¢cidamente una siesta a la europea, despu¨¦s de una frugal colaci¨®n preparada con esmero por las cocineras, entre juguetes gigantes y cacerolas de ¨²ltima generaci¨®n. Sorprende la escasa edad de las madres que se acercan a recoger a sus reto?os, pero a¨²n sorprende m¨¢s que nadie (parece que le corresponder¨ªa al Instituo Valenciano de la Vivienda, dependiente del Consell) haya retirado todav¨ªa los viejos barracones met¨¢licos que permanecen en el barrio como s¨ªmbolo de lo que no puede ser un lugar destinado a la ense?anza. Porque lo primero -evitar los embarazos en mujeres j¨®venes o adolescentes- resulta harto dif¨ªcil. Explicarle a una ni?a que no debe echar por tierra su desarrollo formativo no depende s¨®lo de psic¨®logos o trabajadores sociales; tambi¨¦n de sus propios padres. El barrio de las 613 Viviendas est¨¢ dividido en dos plazas, con 20 bloques de viviendas de cuatro alturas en cada una de ellas: en la plaza del 9 de Octubre vive mayoritariamente poblaci¨®n obrera y la de Palleter la integran minor¨ªas ¨¦tnicas que llegaron en su d¨ªa procedentes de las cuevas de Paterna y tuvieron que acostumbrarse a vivir en vertical. A finales de los a?os ochenta la mitad de los vecinos viv¨ªa de forma ilegal, sin pagar agua ni luz, en pisos ocupados o vendidos unos a otros -por aquel entonces el barrio estaba separado de Burjassot por un solar, lo que lo manten¨ªa aislado del resto del municipio, como le ocurre actualmente al barrio de La Coma en Paterna-, lo que, a juicio de Jos¨¦ Mart¨ªnez, responde a un error del Ministerio de Obras P¨²blicas (como se llamaba en los a?os de gobierno socialista), que no prest¨® atenci¨®n a experiencias parecidas de otros pa¨ªses europeos con barrios de este tipo. Las sucesivas negociaciones con el Instituto Valenciano de la Vivienda, que hered¨® las competencias del ministerio, permitieron ir legalizando algunas de estas situaciones. Expulsada literalmente del barrio la gente m¨¢s problem¨¢tica -en su mayor¨ªa delincuentes habituales-, se rehabilitaron algunas viviendas, que fueron entregadas a colectivos obreros, y se prest¨® ayuda a madres solteras con problemas econ¨®micos. Con el tiempo, el convenio con la Consejer¨ªa de Obras P¨²blicas qued¨® paralizado y, en palabras de Mart¨ªnez, los actuales responsables del Instituto de la Vivienda no est¨¢n haciendo lo que deber¨ªan hacer. "Nos la est¨¢n jugando vilmente", dice, "porque no tienen claro lo que significa una vivienda social". Su opini¨®n es que lo ¨²nico que les interesa es vender las viviendas para "quit¨¢rselas de encima", de modo que la gente con m¨¢s dinero, "algunos mafiosos incluidos", tienen m¨¢s f¨¢cil el acceso a los pisos. Del Ayuntamiento surgi¨® la idea de tapiar los bajos de las fincas, que tradicionalmente serv¨ªan de foco de concentraci¨®n de basuras y en cuyos pilares escond¨ªan los toxic¨®manos las papelinas con la droga. Y as¨ª se hizo. En uno de esos bajos se instal¨® el centro de Servicios Sociales, en el que trabajan Manuel Monje (coordinador de los t¨¦cnicos municipales) y Javier Uceda, responsable del llamado equipo de zona del barrio. Talleres y ludoteca Ambos se quejan de que la representaci¨®n institucional de las distintas consejer¨ªas es escasa (los representantes del Gobierno auton¨®mico apenas acuden a la Comisi¨®n Mixta creada para reflotar los barrios de acci¨®n preferente), lo que impide muchas veces que los programas sigan adelante. Pero pese a todo, se han ido haciendo cosas. En el barrio hay dos ludotecas para ni?os de cero a seis a?os y de seis a 14 -aunque en este segundo grupo se advierten a menudo actitudes predelictivas-. De las dos escuelas de Primaria, una est¨¢ cerrada por falta de alumnos y los t¨¦cnicos municipales no descartan aprovechar el edificio para realizar all¨ª los Talleres de Inserci¨®n Social (TIS). "Si los j¨®venes encuentran empleo, se lanzar¨¢n al mercado laboral sin necesidad de recurrir a los Servicios Sociales", dice Mart¨ªnez. Lo cierto es que la falta de empleo -la tasa de ocupaci¨®n es del 52%- es uno de los graves problemas del barrio, del que no ha desaparecido del todo la droga, aunque se hayan tapiado los bajos. Muchos de los vecinos de las 613 Viviendas se dedican a la venta ambulante. La mayor¨ªa de ellos apenas tienen el Certificado Escolar. El porcentaje de vecinos sin estudios y/o analfabetos supera el 66%.
Incumplimientos por ¨¢reas
Los Servicios Sociales municipales denuncian el grado de incumplimiento del decreto 157/ 88 sobre Barrios de Acci¨®n Preferente, del que culpan a la Administraci¨®n auton¨®mica: EDUCACI?N-CULTURA. La falta de previsi¨®n en el tr¨¢nsito de los Centros de Acci¨®n Educativa Singular a los institutos de Secundaria impide frenar la desescolarizaci¨®n (la edad m¨¢s problem¨¢tica es entre los 14 y los 16 a?os) y no se han habilitado medidas de discriminaci¨®n positiva (material escolar, profesores de apoyo) para superar las desigualdades. Educaci¨®n no realiza programas de promoci¨®n del deporte, el ocio y la cultura -funci¨®n que ha asumido el Ayuntamiento-. SANIDAD. No se ha realizado un estudio de salud comunitaria. No hay programas preventivos espec¨ªficos, pese a que existe un alto porcentaje de drogodependientes y de ni?os con el virus de inmunodeficiencia humana (VIH). La representaci¨®n institucional en la Comisi¨®n Mixta recae en el coordinador de Atenci¨®n Primaria del Centro de Salud, situado a tres calles del barrio. DROGODEPENDENCIAS. Burjassot tiene una Unidad de Prevenci¨®n Comunitaria, pero la Unidad de Conductas Adictivas est¨¢ en Paterna. Los t¨¦cnicos del Ayuntamiento dicen que la Direcci¨®n General de Drogodependencias no da ning¨²n tipo de directrices de intervenci¨®n. VIVIENDA. La pol¨ªtica de amortizaci¨®n bonificada a los ocupantes de los pisos (hasta el 70%), tiene como consecuencia la p¨¦rdida de su condici¨®n de vivienda social y la especulaci¨®n en el mercado debido a su bajo coste. Los Servicios Sociales municipales lamentan la falta de coordinaci¨®n con el Instituto Valenciano de la Vivienda y acusan a la consejer¨ªa de amortizar viviendas sin mirar a qui¨¦n las vende. La construcci¨®n de nuevas viviendas sociales (no necesariamente en barrios marginales) evitar¨ªa el alto ¨ªndice de hacinamiento que registran todav¨ªa los barrios como ¨¦ste de las 613 Viviendas. EMPLEO. Los t¨¦cnicos denuncian la disminuci¨®n de los programas de Inserci¨®n Socio-Laboral, los programas de Garant¨ªa Social (en 1995 hab¨ªa tres y en 1998 s¨®lo uno) y los Talleres de Formaci¨®n e Inserci¨®n Laboral (este a?o fueron denegados dos talleres para colectivos marginados). A?aden a sus quejas el desinter¨¦s por parte de la Generalitat, ya que el representante institucional apenas acude a las reuniones de la Comisi¨®n Mixta. SERVICIOS SOCIALES En estos momentos es la Direcci¨®n General de Familia y Adopciones la que se encarga de los programas de intervenci¨®n en el barrio. Entre 1995 y 1996 se redujeron a la mitad las Ayudas de Emergencia (puntuales).
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