Crece la inquietud entre los militares por los pocos resultados de las presiones diplom¨¢ticas
Atrapado entre la indignaci¨®n por la detenci¨®n de su ex comandante en jefe, Augusto Pinochet, y la incapacidad de adoptar medidas efectivas para obtener su liberaci¨®n, el Ej¨¦rcito chileno carga a cuestas con una enorme frustraci¨®n, que se ha traducido en un malestar creciente, seg¨²n coinciden distintas fuentes consultadas en el ¨¢mbito militar y pol¨ªtico. "No son voces alarmistas las que hablan de una gran inquietud castrense. El sentimiento de frustraci¨®n es muy intenso, porque ven que las gestiones del Gobierno han dado un resultado nulo", comenta una fuente gubernamental.
"Siempre vencedor, jam¨¢s vencido", es su lema. Hoy, el Ej¨¦rcito se siente herido en lo m¨¢s profundo de su orgullosa tradici¨®n castrense, que, a diferencia de la de sus vecinos argentinos, nunca conoci¨® la humillaci¨®n de una derrota como la de la guerra de las Malvinas. La detenci¨®n de Pinochet ha tenido un efecto involucionista en las Fuerzas Armadas, que han cerrado filas en torno a su general y han recuperado un papel pol¨ªtico que no corresponde en democracia.Pinochet es un h¨¦roe nacional para la instituci¨®n, sostienen a la par pol¨ªticos y militares. La crisis ha complicado seriamente los esfuerzos del nuevo comandante en jefe, general Ricardo Izurieta, por dar al Ej¨¦rcito un perfil m¨¢s institucional y menos pol¨ªtico. En los primeros d¨ªas fue criticado abiertamente por sectores de la oficialidad y de menor graduaci¨®n, que le acusaban de blando. Fuentes militares recuerdan que, en la primera reuni¨®n que mantuvo con la guarnici¨®n de Santiago, el caso Pinochet figuraba en el quinto punto del orden del d¨ªa, lo que desagrad¨® a los asistentes. Izurieta tuvo que escuchar voces que ped¨ªan que viajara a Londres a expresar la solidaridad castrense con el ex general. Asimismo, la recomendaci¨®n a los uniformados para que no participaran en las manifestaciones pinochetistas no fue bien acogida.
Hecho sin precedentes
Izurieta entendi¨® el mensaje de sus hombres y, despu¨¦s de reunirse con los generales, pidi¨® la convocatoria del Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), ¨²nico organismo del Estado -herencia de la dictadura- donde pol¨ªticos y militares se sientan al mismo nivel. El Cosena fue convocado a petici¨®n del comandante en jefe en dos ocasiones en un plazo de 15 d¨ªas, en un hecho sin precedentes en Chile. Izurieta pidi¨® medidas dr¨¢sticas como declarar personas non gratas a los embajadores espa?ol y brit¨¢nico (en la primera reuni¨®n) o la ruptura de relaciones con Londres y Madrid si Pinochet no es liberado (en la segunda). El presidente Eduardo Frei rechaz¨® tales pretensiones, pero, a cambio, cedi¨® en otros frentes.La detenci¨®n del ex dictador ha puesto de relieve que la pretendida divisi¨®n de la oficialidad entre pinochetistas e institucionalistas no responde a la realidad. Con el general Izurieta a la cabeza, los militares chilenos profesan una lealtad inquebrantable al antiguo jefe, hoy con problemas judiciales. "No tiene ning¨²n sentido plantear que Izurieta quiere apartarse de Pinochet. Ha representado en todas las instancias y en sus declaraciones el sentir de la familia militar a la que pertenece", se?ala una fuente del Gobierno. "La oficialidad actual no conoce otro Ej¨¦rcito que el de Pinochet. Las formaciones nuevas han sido educadas en la doctrina de Pinochet como salvador del pa¨ªs", dice el senador Jaime Gazmuri, ex presidente de la Comisi¨®n de Defensa. Todos los comandantes de regimiento eran alf¨¦reces en 1973, cuando Pinochet encabez¨® el golpe de Estado. Son 25 a?os de convivencia. "Izurieta atraviesa una situaci¨®n muy complicada. Oficiales y suboficiales est¨¢n apretando muy fuerte", asegura una periodista con excelentes relaciones con el Ej¨¦rcito. Adem¨¢s, las esposas de numerosos jefes y oficiales reclaman pasar de las palabras a los hechos para defender a Pinochet.
?Qu¨¦ pueden hacer los militares para tener a su jefe natural de regreso a Chile? Aqu¨ª nace la impotencia y la frustraci¨®n. Una acci¨®n desesperada ser¨ªa contraproducente para Pinochet y, por supuesto, para los chilenos. "En esta crisis no tienen cursos de acci¨®n. Se sienten muy acorralados, heridos. Una acci¨®n m¨¢s amenazante podr¨ªa aniquilar definitivamente a Pinochet", opina Gazmuri. Fuentes militares solventes reconocen que en algunas unidades se ha planteado una "lucha total prolongada con d¨¦bil intensidad en lo militar" en el caso de que Londres d¨¦ luz verde a la extradici¨®n del ex general. Los uniformados han estudiado todos los escenarios posibles. "Cuando digo todos, quiero decir todos", asegura la misma fuente.
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