No hay inmunidad para los dictadores

(...) ?Es que no va a haber descanso ni respeto para los dictadores jubilados? Hasta hace poco, la cuesti¨®n parecer¨ªa absurda. Innumerables dictadores han disfrutado de retiros tranquilos, sin que importaran los sangrientos delitos que hubieran cometido en el poder. Sin embargo, parece que esos d¨ªas tocan ahora a su fin. (...) Las naciones del mundo han suscrito en los ¨²ltimos cincuenta a?os toda una serie de tratados que condenan el asesinato sistem¨¢tico, la tortura y el encarcelamiento arbitrario perpetrado por gente como el general Pinochet. (...) Pero son disposiciones que rara vez se han plasmado las leyes de cada pa¨ªs o han sido aplicadas por tribunales nacionales. El resultado perverso ha sido que alguien que ordenara muerte de miles de personas no ten¨ªa nada que temer, mientras que el asesino de una persona pod¨ªa ser perseguido hasta los confines de la Tierra. (...) Una objeci¨®n de mayor peso al arresto de Pinochet en Inglaterra o su extradici¨®n a Espa?a es que ello puede perturbar la fr¨¢gil transici¨®n de Chile a la democracia. (...) Sin embargo, hasta el momento, no hay prueba alguna de ello. (...) Si un dictador obliga a los dem¨®cratas a concederle una amnist¨ªa en casa, como hizo Pinochet, es en casa donde debe quedarse. El resto del mundo no est¨¢ ligado a seguir ese tipo tratos. Llevar a los ex dictadores ante la justicia tiene riesgos a corto plazo, pero este siglo sangriento ha demostrado que el riesgo de la impunidad es a largo plazo mucho m¨¢s terrible.

28 de noviembre