Insulza busca el respaldo de Espa?a para que Londres devuelva a Pinochet a Chile

El jefe de la diplomacia chilena, Jos¨¦ Miguel Insulza, lleg¨® ayer a Madrid, procedente de Londres, con el prop¨®sito de convencer a las autoridades espa?olas de la conveniencia de que el ex dictador Augusto Pinochet sea devuelto a su pa¨ªs, con la vaga promesa de que ser¨ªa juzgado all¨ª por sus cr¨ªmenes, en vez de extraditado a Espa?a. La agenda de Insulza durante su breve estancia en Espa?a resulta tan apretada como in¨²til, pues el futuro del general no est¨¢ en manos del Gobierno espa?ol sino del brit¨¢nico, y parece dirigida al consumo de la opini¨®n p¨²blica chilena m¨¢s que a obtener resultados pr¨¢cticos.

El propio ministro chileno reconoci¨® a su llegada al aeropuerto de Barajas, a primera hora de la tarde, que no ten¨ªa "ninguna expectativa inmediata" sobre el resultado de su visita a Espa?a, que calific¨® de "informativa".La lista de entrevistas concertadas por Insulza durante sus menos de 48 horas en Madrid resulta espectacular: ayer se reuni¨® con el presidente del Congreso, Federico Trillo; el ministro de Defensa, Eduardo Serra; el secretario general del PSOE, Joaqu¨ªn Almunia, y el candidato socialista a la Presidencia, Jos¨¦ Borrell. Hoy ser¨¢ recibido por el vicepresidente del Consejo General del Poder Judicial, Luis L¨®pez Guerra; el presidente del Senado, Juan Ignacio Barrero; los ministros de Asuntos Exteriores e Interior, Abel Matutes y Jaime Mayor Oreja; el presidente de la patronal CEOE, Jos¨¦ Mar¨ªa Cuevas, y el presidente Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

El problema radica en que la mayor¨ªa de los interlocutores de Insulza apenas pueden hacer algo m¨¢s que expresarle su comprensi¨®n ante los problemas que el proceso abierto en Espa?a contra el ex dictador pueda causar a la democracia chilena. Seg¨²n las fuentes consultadas, el margen de maniobra del Gobierno espa?ol, una vez tramitada la petici¨®n de extradici¨®n, es m¨ªnimo. Su retirada, te¨®ricamente posible, causar¨ªa un esc¨¢ndalo internacional y s¨®lo podr¨ªa justificarse si surgieran elementos nuevos que diesen un vuelco al proceso.

Frialdad brit¨¢nica

La llave del caso est¨¢ en manos de Londres, donde las demandas de Insulza fueron acogidas oficialmente con frialdad. El ministro brit¨¢nico de Defensa, George Robertson, con quien se entrevist¨® antes de volar a Madrid, se limit¨® a recordarle que la concesi¨®n de la extradici¨®n depende de su compa?ero de Interior, Jack Straw, y no ser¨¢ sometida a debate en el seno del Gabinete.Otra cuesti¨®n es la actitud que adoptar¨ªa el Gobierno espa?ol si Londres accediera a devolver al general a su pa¨ªs, alegando razones humanitarias y con la promesa de que all¨ª deber¨¢ responder de sus cr¨ªmenes, lo que resulta cuanto menos problem¨¢tico, dada su condici¨®n de senador vitalicio.

Aunque el benepl¨¢cito de Madrid facilitar¨ªa a Tony Blair la adopci¨®n de esta pol¨¦mica medida, Insulza no ten¨ªa necesidad de desplegar tan intensa actividad para lograrlo, pues fuentes oficiales admiten que nada desear¨ªa m¨¢s el Gobierno espa?ol que ahorrarse la celebraci¨®n de un juicio a Pinochet en Espa?a.

El propio Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar declar¨® ayer en Vilamoura (Portugal), al t¨¦rmino de la cumbre hispano-lusa, que aceptar¨¢ la decisi¨®n que adopte el d¨ªa 11 Straw, tanto si concede la extradici¨®n de Pinochet como si la niega. "Cuando el Gobierno brit¨¢nico tome su decisi¨®n, la posici¨®n del Ejecutivo espa?ol seguir¨¢ siendo la misma, la de ajustarse a lo que determine la Justicia espa?ola", afirm¨®.

Las gestiones del responsable de la diplomacia chilena parec¨ªan orientadas m¨¢s bien a la opini¨®n p¨²blica interna y, en especial, a los militares, quienes han acusado al Gobierno de no defender con bastante energ¨ªa la inmunidad de su ex comandante en jefe. Insulza insisti¨® ayer en Madrid en las declaraciones que hizo en Londres, donde dijo que Pinochet no tendr¨ªa un juicio justo en Espa?a, pues Garz¨®n ya lo ha condenado. Matiz¨® sus palabras, argumentando que el ambiente pol¨ªtico existente en Espa?a "no es favorable" a Pinochet y puede condicionar a los jueces, pese a su deseo de imparcialidad. No dijo si la situaci¨®n de Chile es la adecuada para un juicio de estas caracter¨ªsticas.

La m¨¢s importante de las entrevistas celebradas ayer en Madrid por Insulza es la que mantuvo con Eduardo Serra, pues la Marina chilena ha amenazado con excluir a la empresa espa?ola Baz¨¢n de la compra de dos submarinos por 60.000 millones de pesetas. El Ministerio de Defensa difundi¨® una nota en la que aseguraba que no se habl¨® sobre este contrato ni otros en ciernes, lo que resulta tan sorprendente como poco cre¨ªble.