Democracias imperfectas
Consejo de Seguridad Nacional (CSN) no s¨®lo existe en Chile. Con ese o similar nombre lo hay en diversos pa¨ªses, tambi¨¦n en Estados Unidos. En Indonesia hay incluso una instituci¨®n m¨¢s peculiar: el "Departamento Sociopol¨ªtico del Ej¨¦rcito". El general Wiranto -ministro de Defensa, comandante general de las Fuerzas Armadas y candidato que son¨® para suceder a Suharto, pero que ahora se halla en la cuerda floja- oportunamente ha declarado que ser¨¢ abolido, "dado que ya no es relevante en relaci¨®n con los deberes, funci¨®n y papel de las Fuerzas Armadas". Sin embargo, hasta ahora lo ha sido. Lamentablemente relevante, uno de los instrumentos a disposici¨®n de los militares indonesios para controlar, presionar y, llegado el caso, reprimir a la sociedad civil. En su origen, papel y funciones, nada tienen que ver el CSN de Chile o de Turqu¨ªa con el norteamericano. Se llaman igual, pero los dos primeros son clara herencia de sendas dictaduras padecidas por sus pueblos. Resulta interesante echar un vistazo comparativo a la actuaci¨®n de los CSN turco y chileno en momentos delicados para la "seguridad nacional". ?Seguridad de la naci¨®n o de grupos determinados?La pasada primavera tuvo lugar en Turqu¨ªa un significativo enfrentamiento entre el primer ministro conservador Yilmaz y los militares, quienes le reprochaban no actuar en¨¦rgicamente contra el fundamentalismo isl¨¢mico. La respuesta de Yilmaz -"oc¨²pense de sus propios asuntos"; "s¨®lo hay un tipo de democracia, no una para civiles y otra para militares"; "aquellos que se ven a s¨ª mismos como defensores de la democracia deben confiar en el proceso democr¨¢tico"- propici¨® que los militares turcos le recordaran qui¨¦n mandaba en el pa¨ªs, al decirle que precisamente ¨¦sos eran sus asuntos: "Nadie, cualquiera que sea su posici¨®n, puede hacer declaraciones dirigidas a debilitar la voluntad de las Fuerzas Armadas". La crisis se cerr¨® el 27 de marzo con una retirada t¨¢ctica del premier y una declaraci¨®n oficial del Consejo de Seguridad Nacional indicando al poder (?) civil lo que ten¨ªa que hacer: "... las leyes vigentes deben ser aplicadas sin concesi¨®n y otras nuevas tienen que ser r¨¢pidamente aprobadas por el Parlamento".
En Chile, como en Turqu¨ªa, los militares afirman ser guardianes de la democracia y responsables del mantenimiento de los "valores hist¨®ricos y culturales" del pa¨ªs. Parece que numerosos hombres de la milicia chilena se preocupan por la suerte del dictador Pinochet, quien con su golpe asesino de 1973 atent¨® contra lo que era orgullo de Chile en Am¨¦rica Latina: la cultura democr¨¢tica y la separaci¨®n de poderes.
Tanto Chile como Turqu¨ªa son democracias imperfectas, vigiladas, constre?idas. Les faltan a¨²n importantes requisitos para que la dignidad civil prevalezca sobre la condici¨®n militar. Resulta triste saber que en Chile el Consejo de Seguridad Nacional osa exigir que los embajadores de Espa?a y del Reino Unido sean declarados persona non grata o que se rompan las relaciones diplom¨¢ticas con estos pa¨ªses. Triste resulta que Jos¨¦ Miguel Insulza, ministro de Exteriores chileno, socialista perseguido por la dictadura pinochetista -fingiendo ignorar el principio de la separaci¨®n de poderes en un Estado de derecho-, haya tenido que tragarse el sapo de decir: "Se han confirmado nuestras peores expectativas, en el sentido de que el Consejo de Ministros de Espa?a es solamente un buz¨®n del juez Garz¨®n".
Ninguna sociedad nace democr¨¢tica. Se hace en el curso del tiempo. La democracia no debe reducirse a la simple desaparici¨®n de una dictadura militar, no debe definirse por omisi¨®n. Debe fomentar valores que garanticen su continuidad. No siempre un Gobierno elegido ha podido liquidar las secuelas de una dictadura de la noche a la ma?ana. De ah¨ª la importancia de la memoria hist¨®rica. Perdonar, tal vez; olvidar, nunca. Y siempre atentos, recordando, entre otros, al obispo guatemalteco Juan Gerardi, asesinado en abril de este a?o. Gerardi propulsaba un proceso de "desmilitarizaci¨®n social" para evitar en el futuro las atrocidades del pasado.
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