Nicaragua
Qu¨¦ dif¨ªcil es no escribir sobre Pinochet. Da tanto juego. Podr¨ªa comentar, por ejemplo, la curiosa entrevista entre Aznar e Insulza, es decir, entre, respectivamente, el hombre que, en plena dictadura de all¨¢, escrib¨ªa en un peri¨®dico de ac¨¢ que los males de Chile se deb¨ªan a que la derecha no se hab¨ªa apresurado a votar en su momento y, claro, hab¨ªa salido Allende; y el pol¨ªtico entonces represaliado por Pinochet que hoy, convertido en canciller esquizoide, pide piedad para el d¨¦spota. O podr¨ªamos considerar la siguiente reflexi¨®n, que mi colega Anna Cortadas, corresponsal en Londres de Catalunya R¨¤dio, y esta servidora nos hicimos en Madrid, hace un par de d¨ªas: ?c¨®mo pretenden que creamos que en Chile poseen capacidad para juzgar a Pinochet, si ni siquiera han tenido narices para operarle?Pero es de Anna Cortadas, precisamente, de quien quiero escribir, de su bello libro Querida Nicaragua (Ediciones B, colecci¨®n Grandes Viajeros), que acaba de presentar en castellano (traducido por ella misma de la edici¨®n original en catal¨¢n, Nicaragua de gent dol?a) y que, evidentemente, fue escrito mucho antes de que Mitch pasara arrasando por Centroam¨¦rica. Anna es una de esas periodistas extraordinarias que no necesitan hacerse fotos con chaleco multibolsillos para ganarse el respeto de la profesi¨®n, y su libro, fruto de su experiencia como corresponsal en Nicaragua, constituye un honesto y hermoso acercamiento a esa gente del pueblo, supervivientes natos, que a¨²n no son mutantes conectados a los cables como nosotros; que a¨²n mantienen v¨ªnculos con lo esencial, con lo que no se ve. Una galer¨ªa de personajes, un relato de avatares cotidianos, un paseo por la cultura tradicional incorporada a la vida diaria, un reducto de calidez y de ternura basado en la comprensi¨®n de las personas y la inteligencia para captar su lenguaje. Sencillo y precioso libro.
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