Celia y el f¨²tbol
Resultan lamentables las, cuando menos, desafortunadas e inoportunas manifestaciones de la alcaldesa malague?a, Celia Villalobos, en relaci¨®n con las posibilidades y deseos de ascenso a la Primera Divisi¨®n del Sevilla FC y de un equipo de su ciudad. Las declaraciones de la edil boquerona convierten de un plumazo en agua de borrajas la tan cacareada hermandad del f¨²tbol andaluz, la defensa de nuestra cultura com¨²n y la convivencia social, pretendidas por los responsables pol¨ªticos serios de nuestra comunidad. Pueden comprenderse los sentimientos, y hasta se entienden los resentimientos, que pesan sobre el club m¨¢s grande, no s¨®lo de Andaluc¨ªa, sino de la mitad Sur de Espa?a -ah¨ª est¨¢n los n¨²meros-. Es humano y as¨ª hay que entenderlo. Pero esos sentimientos, al tiempo, son patrimonio ¨ªntimo de cada persona y las reglas m¨¢s elementales de conducta, algo que a todas luces parece desconocer imprudentemente la se?ora Villalobos, obligan a obviarlos cuando pudieran, o pretendieran como es el caso, ofender los de otras personas. Porque no ofende quien quiere... y por tanto no me siento ofendido, aunque s¨ª lamento la salida de tono de una representante de la soberan¨ªa popular que, a todas luces, deber¨ªa ser la primera en procurar esa necesaria convivencia entre dos ciudades vecinas y entre un club hist¨®rico, con casi cien a?os de historia, y otro novel, con apenas un lustro de existencia, al que deseo sea capaz de hacer suyos los sentimientos futbol¨ªsticos de la ciudad mediterr¨¢nea que en junio de 1992 sufri¨® en sus carnes la desaparici¨®n del CD M¨¢laga sin que, por cierto, Celia Villalobos sea recordada como parte importante en la pretendida, y no conseguida, salvaci¨®n del recordado club. M¨¢s bien al contrario, y al menos por omisi¨®n, contribuy¨® al ¨®bito de una instituci¨®n que ahora, de manera demag¨®gica y maleducada, pretende defender en la figura de su reci¨¦n nacido heredero. ?D¨®nde estaba y qu¨¦ hizo por entonces para salvar al equipo de su ciudad? Los sevillistas, l¨®gicamente, deseamos que nuestro club alcance la categor¨ªa que por tradici¨®n y prestigio le pertenece, y ojal¨¢ el ascenso fuera posible no s¨®lo para el equipo malague?o, sino para la mayor parte de los andaluces. Francisco Romero Rodr¨ªguez. Sevilla.
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