Fundaciones sanitarias
El PP acaba de presentar una enmienda a la Ley de Acompa?amiento de los Presupuestos del Estado en la que se propone la conversi¨®n de los centros del Insalud en fundaciones p¨²blicas sanitarias, que ser¨ªan el mecanismo a aplicar para la nueva regulaci¨®n de la gesti¨®n de la sanidad. Lo primero que llama la atenci¨®n de esta propuesta es la urgencia y alevos¨ªa con que se realiza. Se trata de una propuesta antigua y que, l¨®gicamente, deber¨ªa plantearse tras un amplio debate social y profesional que no se ha realizado, y que carece de sentido que aparezca de manera tan sospechosa en la Ley de Presupuestos, que, obviamente, no est¨¢ hecha con esta finalidad.La propuesta concreta que se hace, las fundaciones sanitarias p¨²blicas, tiene tres tipos de problemas. El primero tiene que ver con la estructura y organizaci¨®n de la sanidad p¨²blica. En la pr¨¢ctica supone la desintegraci¨®n del Sistema Nacional de Salud, rompiendo su coordinaci¨®n y planificaci¨®n en aras de la conversi¨®n en empresas de los centros sanitarios. Precisamente, la Ley General de Sanidad se planteaba el acabar con la descoordinaci¨®n y desintegraci¨®n de la red sanitaria p¨²blica, que hab¨ªa demostrado su ineficiencia. Porque esa empresarizaci¨®n de la que se habla impide la cooperaci¨®n entre los centros y genera duplicaciones innecesarias y derroche de medios.
La l¨®gica de esta medida lleva a la competencia entre centros, con la ruptura de la cooperaci¨®n y el establecimiento de un mercado interno en el sistema sanitario, en busca de los resultados econ¨®micos, y no de la salud. Se incrementar¨¢n los gastos de administraci¨®n y gesti¨®n, que ser¨¢n detra¨ªdos de los dedicados a la atenci¨®n sanitaria, y que repercutir¨¢n en disminuciones de las plantillas y en un empeoramiento de la calidad de las prestaciones.
El segundo es que favorece la privatizaci¨®n de la sanidad por varias v¨ªas:
-Externalizaci¨®n de la provisi¨®n de servicios sanitarios mediante su subcontrataci¨®n a empresas privadas.
-Posibilidad de enajenaci¨®n del patrimonio de las fundaciones, a pesar de tratarse de un patrimonio que procede de los fondos de la Seguridad Social y de los Presupuestos del Estado, con lo que los centros m¨¢s rentables pueden y acabar¨¢n vendi¨¦ndose al sector privado.
-Mercantiliza la asistencia. Lo importante no va a ser el atender la salud, sino el control del gasto y el ahorro.
Por otro lado, se empeoran las condiciones de los trabajadores del sistema sanitario p¨²blico (recientemente, el New England se?alaba las presiones que recib¨ªan los m¨¦dicos en un sistema parecido al que se propone, que se concretaban en disminuci¨®n de las derivaciones, de las exploraciones realizadas y de la informaci¨®n a los pacientes, en m¨¢s del 20% de los casos comprometiendo la asistencia necesaria). Por fin, no se contemplan mecanismos de participaci¨®n en las fundaciones, de manera que resulta que los escasos sistemas de control de los profesionales y los usuarios sobre la gesti¨®n de los centros desaparecen.
El Insalud se supone que es un ente en proceso de desaparici¨®n en la medida en que se produzcan las transferencias a las comunidades aut¨®nomas, prometidas para antes de finalizar la legislatura. Esta medida, no negociada con ellas, vac¨ªa de contenido esas transferencias, ya que las comunidades aut¨®nomas que las reciban va a carecer de capacidad real para definir la estructura y organizaci¨®n de sus sistemas sanitarios regionales.
Todos estos motivos nos deben llevar al rechazo de una medida que es la expresi¨®n de una pol¨ªtica privatizadora y desreguladora para el Sistema Nacional de Salud, y que en los pa¨ªses en los que se ha implementado, como sucede en el Reino Unido, han producido un retroceso importante en el funcionamiento y en la calidad de su servicio sanitario.
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