El poder de los golpistas renace en Latinoam¨¦rica
Desigualdades y corrupci¨®n hacen mella en Per¨², Bolivia y Venezuela a favor de los militares
El teniente coronel venezolano Hugo Ch¨¢vez Fr¨ªas invoc¨® el pensamiento del libertador Sim¨®n Bol¨ªvar durante la cruenta rebeli¨®n del 4 de febrero de 1992, pero, observando que los cerros m¨¢s miserables de Caracas aplaud¨ªan aquel porrazo militar contra la corrupci¨®n y el desgobierno, ignor¨® una instrucci¨®n fundamental del pr¨®cer americano: "El soldado no debe deliberar. ?Desgraciado del pueblo cuando el hombre armado delibera!".
El paracaidista de Maracay delibera desde hace a?os sobre el destino de Venezuela, encandil¨® al ciudadano empobrecido con arengas imposibles, y avanza hacia el palacio de Miraflores a paso ligero, escoltado por la frustraci¨®n y la rabia de la mayor¨ªa de sus compatriotas, prometiendo reducir a escombros el sistema pol¨ªtico vigente, encarcelar a los salteadores del presupuesto nacional. Las dudas sobre el futuro de esta rep¨²blica petrol¨ªfera sometida a refundaci¨®n son inevitables. "Ch¨¢vez, con su verbosidad agresiva, de podredumbre e inmundicia del status, responde a su naturaleza", advierte el escritor Juan Liscano.
Las tribulaciones padecidas por Am¨¦rica Latina en los a?os sesenta y setenta, la guerra fr¨ªa entre Estados Unidos y la URSS, entronizaron el gorilato castrense, la represi¨®n, la ruina o el estigma en Argentina, Brasil, Per¨², Uruguay, Bolivia, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Honduras y Chile. El decenio de los noventa habr¨ªa de arrancar sin sables ni charreteras, con los civiles al mando de democracias a¨²n miedosas o hilvanadas, y establecido el liberalismo como modelo econ¨®mico. El autogolpe cuartelero del ingeniero agr¨®nomo Alberto Fujimori en Per¨², en abril de 1992, interrumpi¨® el proceso democratizador en los Andes, y en Venezuela el comandante de discurso populista y rompedor lo interpreta a su manera, favorecido por el acusado desgaste y fracasos de los dos partidos tradicionales, Acci¨®n Democr¨¢tica (AD) y Copei. Al igual que Fujimori, sin tanques de momento, el teniente coronel invoca la descomposici¨®n de los poderes legislativo y judicial para anunciar que habr¨¢ de tumbarlos sin contemplaciones, por el atajo, a golpe de refer¨¦ndum. El militar, de 44 a?os, cuyas intenciones econ¨®micas parecen propias de los cuarenta, y que ha dividido a la intelectualidad en varios bandos, es querido por militar y por golpista, por que el mulato de arrabal y la clase media mendicante conf¨ªan en que habr¨¢ de emplear en la gesti¨®n de Gobierno la determinaci¨®n demostrada en la sublevaci¨®n a ca?onazos contra el Gobierno de Carlos Andr¨¦s P¨¦rez. "Las razones para pronosticar un triunfo de Ch¨¢vez son claras. El 20% de los venezolanos es rico y el 80%, pobre. Reparte estos n¨²meros entre Salas, que te¨®ricamente representa a los ricos, y el abanderado de los pobres, y sale la cuenta aunque restes algo", comenta un periodista local.
Seg¨²n Heinz Sonntag, investigador de la Universidad Central de Caracas, el 97% de los 23 millones de venezolanos sufri¨® una seria degradaci¨®n de sus condiciones de vida en la ¨²ltima d¨¦cada y media. "Vivimos en una sociedad enferma", dice. "Debe crecer con fuerza la conciencia de que las dificultades actuales no son coyunturales, sino que, por el contrario, exigen transformaciones profundas". Todos los candidatos las prometieron y todo qued¨® en enga?o. El incumplimiento carcomi¨® la confianza en el Gobierno, y franque¨® de paso a los salvadores. Con una pr¨¦dica de coyuntura, ofreciendo orden, redenci¨®n y progreso, volvi¨® al mando el ex dictador Hugo Banzer en Bolivia, se consolid¨® Fujimori, y no es descartable que la ineficacia o el coste social de la apertura econ¨®mica convoquen en otras latitudes m¨¢s caudillos.
La tentaci¨®n totalitaria es fuerte en Am¨¦rica Latina. "Un factor importante de lo que ocurre es la falta de cultura pol¨ªtica del venezolano", explica el analista Ram¨®n Escalante. "Entre tanta parranda y jugada h¨ªpica, entre telenovela y show, entre consumismo y simplicidad, falt¨® tiempo para culturizar al pueblo".
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