El segundo de Mladic deber¨¢ responder de la muerte de 7.000 bosnios
Serio aviso a los supuestos criminales de ex Yugoslavia con la detenci¨®n de Krstic
La detenci¨®n el jueves del general serbobosnio Radislav Krstic no es una m¨¢s en el lento goteo de arrestos y presentaciones de presuntos criminales de guerra ante el Tribunal Internacional para la ex Yugoslavia en La Haya. Krstic fue, con el jefe militar serbobosnio Ratko Mladic, el organizador de la desaparici¨®n de unos siete mil hombres bosnios que se entregaron a las fuerzas serbias cuando cay¨® Srebrenica.
Con la toma de aquella ciudad, en julio de 1995, por parte de Mladic y Krstic comenz¨® la mayor matanza colectiva de toda la guerra. Las tropas serbias entraron en aquel supuesto enclave protegido por las Naciones Unidas, ridiculizaron a las tropas holandesas desplegadas all¨ª y durante semanas llevaron a cabo una aut¨¦ntica org¨ªa de ejecuciones de los prisioneros de guerra.Ante el estupor y la pasividad de la comunidad internacional se fueron llenando las fosas comunes, que, en parte a¨²n no descubiertas, se hallan por toda la regi¨®n. La humillaci¨®n sufrida por la comunidad internacional en Srebrenica y la brutalidad desplegada por las fuerzas serbias supusieron un punto de inflexi¨®n en la pol¨ªtica de la ONU y la OTAN en Bosnia y fueron el detonante de la operaci¨®n de bombardeos que finalmente llevar¨ªan a la parte serbia a la negociaci¨®n y a los Acuerdos de Dayton.
Si estuviera dispuesto a hablar en La Haya, Krstic podr¨ªa dar muchos detalles sobre las matanzas sistem¨¢ticas llevadas a cabo por sus tropas y por las que ahora ha sido detenido. Pero tambi¨¦n sobre la implicaci¨®n en las mismas no ya de sus jefes inmediatos, Mladic y Radovan Karadzic, sino del Ej¨¦rcito yugoslavo y Slobodan Milosevic. Krstic fue uno de los jefes militares yugoslavos que desde un principio participaron en la preparaci¨®n de la guerra y en la organizaci¨®n de la misma como una operaci¨®n de exterminio y limpieza ¨¦tnica.
Y un testigo capital para demostrar que todo el dise?o de la misma se hizo en Belgrado. Es improbable que est¨¦ muy dispuesto a colaborar en un principio, pero, dadas las previsibles pruebas de su implicaci¨®n en los cr¨ªmenes de genocidio de que se le acusa, podr¨ªa pasar mucho tiempo en la c¨¢rcel en La Haya, quiz¨¢ suficiente para hacerle cambiar de actitud.
Salto cualitativo
Con la captura de este general, lugarteniente de Mladic durante la guerra en Bosnia central y oriental, las Fuerzas Internacionales de Estabilizaci¨®n (SFOR) desplegadas en la regi¨®n han dado un salto cualitativo. Las consecuencias del mismo est¨¢n por ver, pero supone en todo caso un serio aviso para los acusados p¨²blicamente como criminales de guerra. Krstic no aparece en las listas p¨²blicas de presuntos criminales reclamados, como su jefe Ratko Mladic y el l¨ªder serbobosnio durante la guerra, Radovan Karadzic. El general detenido en el sector norteamericano de las SFOR cuando viajaba en autom¨®vil entre Bijelina y Brcko est¨¢ incluido en una lista secreta, se supone que mucho m¨¢s larga, que ha emitido el Tribunal de La Haya. Con una Yugoslavia bajo Milosevic y Vojislav Seselj cada vez m¨¢s claramente erigida en un Estado fascista en Europa y despu¨¦s de que las pasadas elecciones en Bosnia se convirtieran en el territorio serbio en un paseo triunfal de los radicales, quiz¨¢ la OTAN haya decidido que ha llegado la hora de ejercer mayor presi¨®n sobre la c¨²pula de unos Estados dominados por criminales que son cuerpos extra?os y peligrosos en la Europa de fin de siglo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.