Viva el lat¨ªn
Es sorprendente observar la fuerza con la que una lengua supuestamente muerta, como el lat¨ªn, est¨¢ irrumpiendo en el ¨¢mbito de los nombres comerciales. Basten tres ejemplos.El 2 de diciembre de 1998, dos gigantes de la industria qu¨ªmica, la empresa alemana Hoechst y la compa?¨ªa francesa Rh?ne-Poulenc, han dado la noticia de que deciden agrupar sus negocios bajo el nombre de Aventis. El 15 de mayo de este mismo a?o, el flamante socio de Esther Koplowitz en FCC cambiaba su tradicional nombre de Compagnie G¨¦n¨¦rale des Eaux por el m¨¢s simple de Vivendi. Por ¨²ltimo, el 20 de diciembre de 1996 se constitu¨ªa en Basilea la compa?¨ªa Novartis, fruto de la fusi¨®n de Ciba-Geigy y Sandoz, otros dos important¨ªsimos grupos suizos de la industria qu¨ªmica.
?Por qu¨¦ los empresarios eligen el lat¨ªn? A m¨ª se me ocurren las siguientes razones: primero, porque, en el caso de empresas que van a operar en diversos pa¨ªses, el lat¨ªn es una lengua neutral. Segundo, porque las palabras latinas son m¨¢s f¨¢ciles de pronunciar. Y, tercero, porque el lat¨ªn est¨¢ en el substrato de la mayor¨ªa de las lenguas occidentales. Y, por si fuera poco, porque es bonito y porque es un muerto que goza de muy buena salud. ?Viva el lat¨ªn!- . .
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