"?Por qu¨¦ voy a dar pena si soy psiquiatra, padre feliz y campe¨®n?"

Porfi Hern¨¢ndez (1955), casado, tres hijos, se licenci¨® en Medicina, pero la inquietud le persegu¨ªa implacable, as¨ª que se especializ¨® en Psiquiatr¨ªa. Desde ni?o le atrajeron los deportes: nataci¨®n, baloncesto, pirag¨¹ismo [ha descendido dos veces el Sella] y, desde hace ocho a?os, pimp¨®n. Es el ¨²nico jugador vasco de tenis de mesa presente en la selecci¨®n espa?ola, con la que en octubre pasado particip¨® en los campeonatos mundiales celebrados en Par¨ªs. Los dos ¨²ltimos a?os ha ganado el campeonato absoluto de Vizcaya. ?l jugaba en silla de ruedas; su oponente, de pie. En los mismos a?os, qued¨® subcampe¨®n de Espa?a para minusv¨¢lidos. Porfi Hern¨¢ndez padece una minusval¨ªa f¨ªsica desde que a los tres a?os sufri¨® poliomelitis. Pregunta. En una sociedad tan marcada por la apariencia, ?c¨®mo se siente un minusv¨¢lido? Respuesta. En la vida cotidiana es un problema tener alguna diferencia. Llamar la atenci¨®n involuntariamente. La sociedad va cambiando, pero todav¨ªa, por ignorancia o por una tendencia a la superprotecci¨®n, oyes o ves c¨®mo te miran, como si dijeran "pobrecito". Reconozco que me da rabia en determinadas situaciones si, por ejemplo, me llaman "chaval", porque yo no lo soy. Me irrita mucho, me dan ganas de decir: "mire, oiga, soy un padre de familia feliz. Soy psiquiatra, soy campe¨®n", para que se den cuenta de que no soy un probrecito. Yo no quiero dar pena a nadie, me enfada la posibilidad de dar pena a alguien. P. Usted es psiquiatra y campe¨®n deportivo. ?Las personas, como muchos minusv¨¢lidos, que superan tanto dolor se hacen m¨¢s fuertes o tienden a permanecer escondidas? R. Tengo la impresi¨®n de que no hay t¨¦rmino medio. O se es muy dependiente y de alguna manera participas en esa actitud de autoinfantilizarte en las relaciones con los dem¨¢s o sales adelante y te conviertes en una persona un poco m¨¢s fuerte que los dem¨¢s. Es un proceso en el que va incluido darle muchas vueltas a la cabeza y enfrentarte a situaciones complicadas. No tienes las cosas sencillas y todo esto te puede convertir en una persona m¨¢s fuerte. De todas formas, hay una tendencia a decir que es m¨¢s en¨¦rgico, m¨¢s fuerte, el que se enfrenta y eso no es siempre verdad. Conozco mucha gente fuerte que depende de otros. Yo lanzar¨ªa un mensaje: que hay que salir, enfrentarse a la vida. P. Acaba de celebrarse el D¨ªa Internacional de la Discapacidad F¨ªsica y los afectados han incidido en las escasas posibilidades que tienen para integrase al mundo laboral a pesar de ser aptos. R. S¨ª, s¨ª. Es lo que se llaman barreras psicol¨®gicas. Yo puedo hablar de m¨ª mismo, que tengo una cualificaci¨®n alta. En dos ocasiones, cuando empec¨¦ a trabajar, me negaron el trabajo por mi minusval¨ªa. Una vez, fui a hacer una sustituci¨®n en un ambulatorio y el m¨¦dico, cuando me vi¨®, cambi¨® la cara y me dijo que no pod¨ªa darme el puesto. Y eso que era m¨¦dico y se le presupone cierta informaci¨®n. En otra ocasi¨®n, en el Psiqui¨¢trico de Mondrag¨®n, argumentaron que las pacientes no ver¨ªan en m¨ª la figura del m¨¦dico porque no ten¨ªa prestancia. Si esto ocurre a este nivel, en el que se presupone cierta sensibilidad, ?qu¨¦ ocurrir¨¢ en otros? Hay mucha falta de informaci¨®n y mucha ignorancia y eso que en los ¨²ltimos a?os los minusv¨¢lidos salen m¨¢s a la calle. Se les ve haciendo actividades que hace algunos a?os hubieran parecido un sue?o. Pero sigue habiendo mucho desconocimiento. P. Es campe¨®n absoluto de pimp¨®n de Vizcaya, subcampe¨®n de Espa?a y quinto del mundo en la categor¨ªa de silla. ?Has sufrido tambi¨¦n discriminaci¨®n en ese mundo? R. Las relaciones entre deportistas son estupendas y nunca he sentido el m¨¢s m¨ªnimo problema. El trato es entre iguales y, por supuesto, que cuando el juego es entre normales y minusv¨¢lidos, ellos hacen todo por ganar. El deporte es una disciplina dura y nadie lo tiene f¨¢cil. P. ?Les reconocen los organismos oficiales el m¨¦rito? R. El problema no es la falta de ayudas econ¨®micas, sino precisamente la ausencia de reconocimiento. ?sa es mi queja. Aunque suene pretencioso es verdad, yo soy el ¨²nico jugador vasco que ha llegado tan lejos. No hay ninguno, ni con minusval¨ªa o sin ella, que est¨¦ en la selecci¨®n espa?ola de pimp¨®n. Y nadie me ha dado siquiera una palmadita en la espalda. De eso me quejo.