Bonn acepta mantener el Fondo de Cohesi¨®n si se extingue escalonadamente para el 2006

Alemania asumi¨® ayer por vez primera en un Consejo de Ministros de la Uni¨®n Europea que los pa¨ªses que acceden al euro puedan seguir disfrutando del Fondo de Cohesi¨®n. Un signo positivo. Pero s¨®lo a medias, porque -signo negativo- condicion¨® ese mantenimiento a que sus ayudas (actualmente de unos 200.000 millones de pesetas anuales para Espa?a, y de un cuarto de bill¨®n anual para el periodo 2000-2006, seg¨²n la propuesta Agenda 2000, de la Comisi¨®n Europea) se vayan reduciendo progresivamente, hasta eliminarse completamente en el a?o 2006.

Al margen de esa ligera apertura de juego alemana, los quince ministros de Exteriores se atrincheraron en sus posiciones sobre la batalla financiera, durante el c¨®nclave preparatorio de la cumbre de Viena celebrado ayer."Pol¨ªticamente es imposible eliminar ahora el Fondo de Cohesi¨®n", manifest¨® en el interior de la sala el secretario de Estado alem¨¢n, G¨¹nther Verheugen. Algo muy razonable, porque, ?ser¨ªa veros¨ªmil que Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar se dejase arrancar ese fondo tan simb¨®lico, conseguido a pecho descubierto por su antecesor Felipe Gonz¨¢lez en la cumbre de Edimburgo de 1992, por cuyo pulso el hoy presidente tild¨® de "pedig¨¹e?o" a su antecesor?

Sin embargo, la paletada de cal a favor de Espa?a fue acompa?ada de su dosis de arena, ya que Verheugen puso una condici¨®n de guillotina: propugn¨® "eliminar escalonadamente, hasta el final del 2006" las ayudas del Fondo. "Espa?a no podr¨ªa aceptar ese planteamiento", replic¨® enseguida el ministro de Exteriores, Abel Matutes.

Un primer avance

Aunque la nueva postura alemana sea ambivalente, representa un avance respecto de las posiciones oficiales adoptadas hasta hoy por Bonn -concretamente, por el Gobierno del ex canciller Helmut Kohl-, que negaban radicalmente el acceso de los pa¨ªses integrados en la moneda ¨²nica a este Fondo. Sin embargo, no es un avance tan decisivo como el que se deduc¨ªa del programa para la presidencia alemana de la Uni¨®n, que empieza el 1 de enero. Dicho programa no incluye la reconsideraci¨®n del Fondo de Cohesi¨®n entre los objetivos del semestre pr¨®ximo.De todo ello queda claro tanto que Bonn ya ha descartado estrat¨¦gicamente la eliminaci¨®n del Fondo -no s¨®lo por la numantina resistencia espa?ola, sino tambi¨¦n porque el Servicio Jur¨ªdico del Consejo dictamin¨® que Madrid lleva la raz¨®n en este asunto- como que va a utilizar t¨¢cticamente este asunto para jugar un poco al rat¨®n y al gato, para intentar conseguir que Espa?a le d¨¦ contrapartidas. ?Cu¨¢les? La pista la dio el propio Verheugen al se?alar a rengl¨®n seguido de su referencia al Fondo de Cohesi¨®n la necesidad de que "tambi¨¦n se reduzca progresivamente la aportaci¨®n alemana" al presupuesto comunitario, la gran aspiraci¨®n de Bonn.

Vaso medio lleno y medio vac¨ªo a un tiempo, el caso es que Bonn ha movido pieza. Y engloba este movimiento en una doctrina flexible sobre la "batalla financiera" de la UE, a aplicar en la cumbre del pr¨®ximo fin de semana, articulada en cuatro puntos: concluir un acuerdo global para marzo pr¨®ximo; disponerse a un compromiso en el que "no haya vencedores ni vencidos", aunque todos tengan que realizar sacrificios; poner todos los problemas sobre la mesa; y conseguir un acuerdo de conjunto, nada de pactos parciales.

Es, desde luego, un lenguaje menos beligerante y m¨¢s pactista que el del ex ministro de Finanzas, Theo Waigel, y que desarrolla la idea de llegar a "un compromiso" con Espa?a lanzada por el canciller Gerhard Schr?der. Una actitud que tiene que ver con la inminencia del semestre alem¨¢n, pues ya se sabe que Bonn quiere cosechar un ¨¦xito pol¨ªtico y que las presidencias deben guardar la apariencia de independencia. Pero nadie duda de que Alemania defender¨¢ sus intereses, aunque sea a costa de que los logros sean parciales y/o escalonados.