Terribles errores

ESTADOS UNIDOS, a trav¨¦s de su secretaria de Estado, Madeleine Albright, ha pedido perd¨®n por su apoyo a las dictaduras latinoamericanas durante la guerra fr¨ªa. Ya era hora de que Estados Unidos admitiera lo que Albright ha calificado de "terribles errores", refiri¨¦ndose indirectamente al apoyo de Washington al golpe de Estado de Augusto Pinochet contra el r¨¦gimen de Salvador Allende. La detenci¨®n del ex dictador en Londres ha abierto no una caja de Pandora, sino lo que algunos llaman una caja de gusanos. La historia, cuando se la reprime, cuando se la esconde, suele acabar por encontrar un camino hacia la luz.Los comentarios de Albright son los m¨¢s francos nunca pronunciados por un responsable americano respecto a esta pol¨ªtica. El secretario de Defensa, William Cohen, por su parte, asegura que la Administraci¨®n de Clinton no tiene nada que temer sobre ninguna informaci¨®n relativa a Pinochet. Es muy posible, pese a la cautela de Clinton a pronunciarse sobre la extradici¨®n de Pinochet a Espa?a. No es su Administraci¨®n la cuestionada, sino la pol¨ªtica de EE UU, especialmente en tiempos de Richard Nixon y Henry Kissinger, cegados por una visi¨®n de la guerra fr¨ªa que les llev¨® a apoyar dicturas de extrema derecha para frenar lo que ve¨ªan como peligros comunistas. El propio Pinochet se sinti¨® parte de este frente anticomunista, al menos hasta que se enfriaron sus relaciones con Washington en tiempos de James Carter, quien insisti¨® m¨¢s en la defensa de los derechos humanos y cuya presidencia cobra ahora m¨¢s relieve, pese a la sensaci¨®n de vac¨ªo de la ¨¦poca. De hecho, el t¨¦rmino de la dictadura directa de Pinochet vino a coincidir con el fin de esa guerra fr¨ªa que tantas aberraciones caus¨®.

Ahora, EE UU parece dispuesto a colaborar con las causas abiertas contra Pinochet al anunciar que va a hacer p¨²blicos diversos documentos secretos que pueden contribuir a probar la participaci¨®n del r¨¦gimen pinochetista en diversos cr¨ªmenes, contra chilenos, norteamericanos y otros. "Es parte de nuestro intento de tratar de hacer frente a los terribles errores y problemas de aquella ¨¦poca", seg¨²n Albright.

Previsiblemente, la revisi¨®n de documentos va a ser cautelosa, para evitar que se conozca la identidad de los agentes secretos estadounidenses que colaboraron con Pinochet en el derrocamiento de Allende. Ya se sabe que la CIA estuvo enredada en esta operaci¨®n y que Washington hizo la vista gorda ante la terrible represi¨®n en Chile, Argentina o Uruguay y la Operaci¨®n Condor para eliminar a opositores en el exilio. Tambi¨¦n que en escuelas militares de EE UU se formaron y entrenaron oficiales de esos pa¨ªses posteriormente vinculados a graves violaciones de los derechos humanos. Quiz¨¢ ser¨ªa hora de que EE UU se dejara de dobles raseros y corrigiera otros errores cometidos en Am¨¦rica Latina derivados de su visi¨®n de guerra fr¨ªa. A comenzar por su pol¨ªtica de bloqueo, e intento de derribo, del r¨¦gimen castrista en Cuba. Pues, al cabo, esta pol¨ªtica le ha servido a Castro para sobrevivir. Y que aceptase la necesidad de un Tribunal Penal Internacional permanente. El actual arrepentimiento ganar¨ªa en credibilidad.