Al principio... fue la risa
,Un tropel de 60 chavales procedentes de distintos cursos del colegio de Abla (Almer¨ªa) se sienta, expectante, a ver la peli que les salva de una hora de conquistas hist¨®ricas, de las articulaciones del aparato locomotor o de la ley de la gravedad en clase de f¨ªsica. Ellos no lo saben, pero van a presenciar una clase magistral de conquista mundial y perpetua, v¨ªa carcajada, de estiramientos imposibles para la condici¨®n humana y de cabriolas y piruetas que comprometen al mism¨ªsimo Newton. Van a ver a Charles Chaplin, un se?or con bigote, bomb¨ªn y bast¨®n para unos pocos; y un perfecto desconocido para la gran mayor¨ªa. "?Sab¨¦is qui¨¦n era Charles Chaplin?", pregunta un componente del grupo Cachivache, que ha recorrido la provincia de Almer¨ªa proyectando cortos del actor. Unos siete ni?os levantan t¨ªmidamente la mano mientras se oye un "no" generalizado en la sala. "Chaplin era un actor y director de cine, de cuando el cine se invent¨® y ni siquiera ten¨ªa sonido. Y era genial porque ¨¦l se inventaba las pel¨ªculas, las interpretaba, las dirig¨ªa y encima compon¨ªa la m¨²sica", aclara el operador del grupo al joven auditorio. Tras la peque?a explicaci¨®n se apagan las luces y comienza la proyecci¨®n de Falso dentista (1914), Campe¨®n de boxeo (1915) y El balneario (1917), dirigidas y protagonizadas por Charlot. La propuesta en s¨ª no tendr¨ªa mayor trascendencia -aparte de la de conocer a una importante figura cinematogr¨¢fica- si no fuera porque Cachivache ameniza cada funci¨®n con m¨²sica de piano en directo y con todos los sonidos imaginables que los guantazos, patadas, tropiezos, pu?etazos y gags del actor ingl¨¦s sugieren al actor Carlos Domingo, que hace las veces de narrador y articula los efectos sonoros en cada cinta. "Intentamos que conozcan estas pel¨ªculas de forma m¨¢s atractiva en lo que para la mayor¨ªa es su primer contacto con ellas. Les facilitamos la transmisi¨®n con animaci¨®n porque el resto lo hace Chaplin", aclara Eladio S¨¢nchez, coordinador de Cachivache. Con un proyector de 16 mil¨ªmetros controlado por ¨¦l, el teclado a manos del pianista Eugenio Perdomo y la mesa de Carlos repleta de cacharros sonoros, el grado de concentraci¨®n se mantiene inalterable los 55 minutos de proyecci¨®n. Martillos de pl¨¢stico que suenan estrepitosos al estamparlos, silbatos de todo tipo, bocinas, tri¨¢ngulos e instrumentos de confecci¨®n casera que emiten tonalidades agudas e irrepetibles, consiguen robarle a la pantalla gran parte del protagonismo. La habilidad de Carlos Domingo, sincronizada con los movimientos y actos reflejos de Chaplin, mantiene embelesadas las miradas infantiles ante el ca¨®tico concierto. "A veces busco sonidos que no tengo y tambi¨¦n meto mi propia voz. Pero por muchas proyecciones que hagas nunca sale una igual a otra. Cuanto m¨¢s veo una pel¨ªcula, m¨¢s me gusta y m¨¢s sonidos salen", comenta el narrador. Desde que se creara en 1991, la compa?¨ªa Cachivache lleva realizadas m¨¢s de 500 representaciones por toda Espa?a ense?ando a generaciones de los multimedia y de la era de las comunicaciones la brillante sencillez y la incomparable genialidad de un mito del cine. Con un repertorio de hasta 10 programas distintos con cortos del c¨®mico, este grupo despierta la fascinaci¨®n entre los cin¨¦filos m¨¢s f¨¦rreos que "alucinan con las proyecciones de iniciaci¨®n del cine", apunta Eladio S¨¢nchez. Ahora, con motivo del III Festival Nacional de Cortometrajes han recorrido zonas rurales de Almer¨ªa regalando las sonrisas y carcajadas que Chaplin se encarg¨® de perpetuar hace unas cuantas d¨¦cadas.
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