Comediants incendia Alcal¨¢

Las palomas de la torre de la catedral fueron las primeras en ponerse a la defensiva. El voltear de ocho grandes campanas, capitaneadas por la Santa Mar¨ªa (1.500 kilos de bronce), las sac¨® anoche de sus sue?os. No era m¨¢s que un aviso de lo que se avecinaba, una borrachera de luz, ta?idos, explosiones, tambores, chispas y color con la que Alcal¨¢ celebr¨® la consecuci¨®n del t¨ªtulo de patrimonio de la humanidad, que le concedi¨® la Unesco el pasado d¨ªa 2. Un brindis de fuego escanciado por Comediants.El ta?ido de las campanas, un concierto acompa?ado a pie de torre por el Laudeamus Igitur, el himno de la Universidad, sirvi¨® para inaugurar la iluminaci¨®n de la fachada principal de la catedral alcala¨ªna. A¨²n no se hab¨ªa ido el obispo cuando empez¨® a oler a azufre y los demonios de Comediants asomaron por las ventanas de las centenarias casas de la plaza de los Santos Ni?os. "?Belceb¨²es! ?Luciferinas! ?Quer¨¦is re¨ªr? ?Quer¨¦is saltar? ?Quer¨¦is bailar? Pues venid con nosotros a compartir la esencia del fuego", areng¨® uno de los miembros de Comediants, convertido en maestro de ceremonias. "?S¨ª!", corearon miles de voces.

Comediants, que ha llevado este pasacalles a 206 ciudades desde que lo estren¨® en Venecia en 1981, ha convertido una fiesta mediterr¨¢nea de origen medieval, la de los dimonis o diables, en un espect¨¢culo teatral, una org¨ªa de chispas que provoca sensaciones opuestas de atracci¨®n y miedo. As¨ª fue ayer en Alcal¨¢. Oleadas de personas huyendo del fuego y corriendo tras los demonios que lo escup¨ªan. "Quiz¨¢ haya demasiada gente para disfrutar a tope del espect¨¢culo", coment¨® Mari Cruz Becerril, una publicista de 40 a?os.

M¨¢s all¨¢ de la calle Mayor, en la plaza de Cervantes, tres demonios tienen la mesa puesta para la cena: un puchero de fuego. "Est¨¢n esperando al drag¨®n y a la ara?a que vienen por la calle; ellos comen esas cosas", le grita a su padre Nadia, una ni?a coslade?a de seis a?os. "Es ardiente", describe el espect¨¢culo Tatiana, una complutense de 18 a?os. "El fuego, muy bien, pero a qu¨¦ viene que los actores se toquen tanto", dice Anselmo, un alcarre?o de 70 a?os. Fue uno de los for¨¢neos que se acercaron ayer a la cuna de Cervantes, que ayudaba por el puente y la difusi¨®n del t¨ªtulo de patrimonio de la humanidad. Los demonios est¨¢n en plena org¨ªa y levantan sus copas para brindar por la declaraci¨®n: "?Un brindis de fuego!". El peculiar cava le sali¨® gratis al Consistorio. Dos empresas privadas, Urbaser, la concesionaria del servicio de recogida de basuras, y Seragua, la encargada de la lectura de los contadores de agua, pagaron la fiesta, seg¨²n el edil de Cultura, Gustavo Severi¨¦n (PP). Comediants dio el relevo tras hora y media a la pirot¨¦cnica valenciana Caballer, que como colof¨®n prendi¨® las mechas de 300 kilos de p¨®lvora. La torre de Santa Mar¨ªa se convirti¨® primero en antorcha, desapareci¨® luego tras una nube de humo y termin¨® como silueta contra un cielo multicolor. Un luminoso formado por cohetes con la leyenda "Alcal¨¢, patrimonio de la humanidad" hizo las veces de la palabra fin.