Tensi¨®n en el instituto

LA VIOLENCIA en las aulas es una lacra que con mayor o menor intensidad sufre la comunidad educativa y la sociedad en general en sus zonas m¨¢s desatendidas. Su ejemplo m¨¢s reciente y dram¨¢tico, aunque por desgracia no ser¨¢ el ¨²ltimo, han sido los problemas de convivencia en el instituto Celestino Mutis, ubicado en Villaverde Alto, en el sur de Madrid. Un informe del director de este centro p¨²blico y de su jefatura de estudios ha revelado que desde el inicio de curso se han registrado 135 incidentes causados por alumnos que no se han integrado en la vida escolar. En el informe se detallaba el descubrimiento de tres navajas y un punz¨®n entre los estudiantes, se citaban m¨²ltiples denuncias de robo de dinero y material y se cifraba en 19 los alumnos sancionados. La conclusi¨®n del director era desalentadora: no pod¨ªa garantizar la seguridad en unas aulas masificadas.Las causas del conflicto son conocidas y apuntan a un problema que amenaza con generalizarse: la aplicaci¨®n de la LOGSE sin la adecuada planificaci¨®n ni medios suficientes. El instituto, que hasta este a?o no hab¨ªa registrado incidentes de importancia en una comunidad con unos 700 alumnos de BUP y COU, recibi¨® a principios de curso m¨¢s de 400 nuevos estudiantes de educaci¨®n secundaria obligatoria (ESO). Entre ellos, una cincuentena de chicos de 12 a 14 a?os procedentes de programas de integraci¨®n y educaci¨®n compensatoria para j¨®venes conflictivos. Los centros privados concertados, aunque tambi¨¦n est¨¢n financiados con dinero p¨²blico, consiguen habitualmente no acoger a estos alumnos.

La falta de profesores, de aulas, de medios en general, encendi¨® la primera chispa. Lejos de conseguirse la integraci¨®n, los alumnos se declararon en huelga y denunciaron la violencia que sufr¨ªan. Un mes despu¨¦s se rebelaron los profesores, que se encerraron para reflexionar sobre el problema. En un centro sin graves conflictos, la aplicaci¨®n desordenada de la LOGSE hab¨ªa introducido de golpe tres nuevos cursos en 20 aulas, una masificaci¨®n que ha deteriorado gravemente la convivencia.

El Ministerio de Educaci¨®n se comprometi¨® a prestar atenci¨®n psicol¨®gica a los alumnos conflictivos, a enviar a un especialista en alteraciones de conducta y un psicopedagogo para aconsejar a los docentes. Pero para evitar que el problema de la masificaci¨®n se enquiste en el sistema educativo se requieren soluciones m¨¢s complejas y caras. Es esencial concebir un mecanismo de distribuci¨®n del alumnado para que los conflictos no degraden la convivencia. Y es imprescindible o¨ªr y atender a quienes trabajan y estudian en los centros afectados, que son los que m¨¢s tienen que decir sobre s¨ª mismos.