"El PP sabr¨¢ qu¨¦ ha hecho para que nazca otro partido"
Sergio Marqu¨¦s, de 52 a?os, se queja amargamente del vicepresidente del Gobierno Francisco ?lvarez Cascos, y asegura que ¨¦ste "actu¨® como el rayo de la guerra en Asturias". Marqu¨¦s considera muy duro verse juzgado por su "mejor amigo" sin darle "la oportunidad" de defenderse, y que no es que le cerraran las puertas para comunicarse con Cascos, sino que "se sellaron para que nunca m¨¢s se pudieran abrir".Pregunta. La aventura regionalista que usted va a emprender es seguro que va a romper el Partido Popular de Asturias.
Respuesta. Yo creo que no ser¨¢ una nueva formaci¨®n pol¨ªtica la que va a romper el PP, sino que ¨¦ste se rompe en Asturias por determinados errores, y por determinada falta de perspicacia en determinado momento. Sacar esa conclusi¨®n que usted apunta ser¨ªa tanto como negar la posibilidad de que nazca ninguna otra formaci¨®n pol¨ªtica, ni en Asturias ni en ninguna otra parte. Lo que tiene que preguntarse el PP es qu¨¦ ha hecho para que sea necesario que aparezca otro partido.
P. Pero usted va a contribuir a una crisis de determinada gravedad en el que fuera su partido.
R. Yo no. Es que una persona puede sentirse responsable cuando es consciente de que ha hecho algo que tenga consecuencias para terceros. Nadie me ha explicado todav¨ªa qu¨¦ he hecho yo para ser responsable de la situaci¨®n creada. Usted podr¨¢ cre¨¦rselo o no, pero ¨¦sa es la pura verdad. Y que vayan a buscar en todas mis declaraciones una sola palabra descalificadora o insultante para nadie. Por tanto, yo no asumo ninguna responsabilidad. Alguien decidi¨®, en un momento determinado, por no se sabe qu¨¦ razones, que estaba dispuesto a hacer no s¨¦ qu¨¦ cosas concretas para conseguir no s¨®lo mi salida de la pol¨ªtica, sino mi proscripci¨®n perpetua de la pol¨ªtica. Bien, yo creo que a esa persona es a la que hay que pedirle responsabilidad de lo que pase en el PP de Asturias.
P. Ese alguien no es otro que el vicepresidente primero del Gobierno, ?lvarez Cascos, ?verdad?
R. S¨ª, claro.
P. Resulta dif¨ªcil creer que usted desconozca las razones que han movido a su viejo amigo y compa?ero de la pol¨ªtica asturiana para intentar su "proscripci¨®n".
R. Para m¨ª no hay nada m¨¢s duro que el que se pueda pensar que no digo la verdad. Mire, yo le voy a hacer una confesi¨®n absolutamente cierta: como dec¨ªa el catecismo del padre Astete, aqu¨ª se ha cumplido exactamente el tiempo de un embarazo, nueve meses, desde que empez¨® oficialmente la crisis del PP en Asturias. Pues bien, yo no he tenido la oportunidad de hablar, en ninguna ocasi¨®n, del tema con el se?or ?lvarez Cascos ni con ninguna de las personas que han intervenido en todo el proceso que se ha hecho contra m¨ª. Por tanto, no me queda m¨¢s que el terreno de la hip¨®tesis. Y como rechazo el argumento de la disidencia pol¨ªtica conceptual, que no ha existido, y tambi¨¦n el del talante de gobierno, sobre el que nunca nadie me advirti¨® nada, no me quedan m¨¢s que las razones personales. Nadie es condenado sin haber sido escuchado antes.
P. Pues el secretario general del PP, el se?or Acebes, lo tiene claro, porque para ¨¦l usted es simplemente un tr¨¢nsfuga.
R. ?Qu¨¦ quiere que le diga! Yo he sido expulsado del grupo parlamentario popular del Parlamento asturiano; he sido sancionado y condenado por el partido. Se me ha expulsado a todos los niveles.
P. Quiz¨¢s desde Madrid se tiende a simplificar en exceso las cosas, pero lo cierto es que su aventura regionalista se ve como la puesta en pr¨¢ctica de una gran venganza.
R. No. Las cosas son m¨¢s sencillas, o, si lo prefiere usted, m¨¢s contundentes. Hay mucha gente que piensa que si yo realmente dependo, para cualquier toma de decisi¨®n, de alguien que lejos de aqu¨ª decide sin contar conmigo, pues, para eso, ya ten¨ªamos a los gobernadores civiles de la dictadura. Ya s¨¦ que usted no lo cree, quiz¨¢s, pero el agravio es de tipo personal, ni siquiera pol¨ªtico, sino realmente un agravio institucional. ?C¨®mo es posible que en un momento en el que se han hecho tantos esfuerzos en el desarrollo auton¨®mico y en la convivencia democr¨¢tica de repente todo esto se convierta en un proceso desp¨®tico en que alguien tome decisiones totalmente ajenas a la voluntad mayoritaria del pueblo asturiano? Yo no tengo heridas, es el pueblo el que se siente herido y agraviado.
P. No s¨¦ si a estas alturas el vicepresidente del Gobierno habr¨¢ lamentado no medir las consecuencias de haberse enfrentado a un poder f¨¢ctico como el suyo.
R. Nunca he pensado que yo pudiera ser un poder f¨¢ctico, la verdad, ni plante¨¦ esta situaci¨®n, que todav¨ªa no entiendo como una confrontaci¨®n personal. Ahora, si mi actuaci¨®n se entiende como la ¨²nica posible como m¨¢xima autoridad auton¨®mica que defiende por encima de todo a los asturianos, sean de la ideolog¨ªa que sean, pues entonces s¨ª, entonces s¨ª que soy un poder f¨¢ctico. S¨ª le puedo asegurar que, desde el primer momento, he percibido un respaldo impresionante... Y todav¨ªa no se hab¨ªa hablado para nada de la posibilidad de crear un partido pol¨ªtico ni de que yo pudiera encabezarlo. Era la gente en la calle la que me ped¨ªa que resistiera, que aguantara...
P. Habr¨¢ llegado a la inevitable conclusi¨®n de que la ambici¨®n y la pol¨ªtica son duros bancos de prueba para la amistad, ?no?
R. Si se mezcla la pol¨ªtica con la ambici¨®n, entonces s¨ª que puede ser un banco de pruebas para la amistad, por vieja que sea. La verdad es que ser¨ªa est¨²pido negar que esta experiencia por la que yo he pasado ha sido dura y que me hubiera gustado evitarme ciertos tragos.
P. Su amistad con el vicepresidente del Gobierno salta por los aires, hecha a?icos.
R. Desgraciadamente. ?sa y otras amistades de muchos a?os en las que cre¨ªas que pod¨ªas depositar un nivel de confianza total. Se demostr¨® que no eran tan s¨®lidas como pensabas ni tan dignas de confianza como siempre hab¨ªas cre¨ªdo. S¨ª..., eso ha sido as¨ª.
P. Usted siente la sombra del vicepresidente del Gobierno detr¨¢s de toda nuestra conversaci¨®n, ?no?
R. S¨ª; es inevitable. Es que en Asturias -y esto se lo dice alguien con una larga experiencia dentro del PP- nunca se han tomado decisiones sin su aquiescencia. Eso s¨ª que es indiscutible, lo niegue quien lo niegue. Y, adem¨¢s, se sigue haciendo lo mismo ahora. Yo no tengo ninguna duda de que toda esta crisis del PP, todas las decisiones que se tomaron lo fueron bajo su control personal.
P. Usted conoce bien al vicepresidente y debe saber por qu¨¦ actu¨® de esa manera.
R. Nunca lo supe, nunca lo entend¨ª. Porque no hubo nunca razones objetivas sobre las que podr¨ªamos estar o no de acuerdo, nunca se pusieron sobre la mesa. Y si su actuaci¨®n tuvo otros motivos, digamos personales, yo tengo que rechazarlo por una cuesti¨®n de dignidad intelectual. No puedo aceptar que decisiones que tienen una dimensi¨®n institucional de primera magnitud se puedan adoptar por motivos personales.
P. Imagino que usted comenzar¨ªa a darse cuenta en qu¨¦ momento el vicepresidente del Gobierno ven¨ªa a Asturias a pescar algo m¨¢s que salmones...
R. Esas cosas son dif¨ªciles de precisar, porque las expresiones externas de ese tipo de situaciones no se concretan en algo puntual que se pueda detectar. Se van acumulando circunstancias y uno va teniendo una sensaci¨®n y, luego determinados hechos van reforzando esas sensaciones. No es que las puertas se me cerrasen, es que esas puertas adem¨¢s se sellaban para que ya no se pudieran volver a abrir.
P. Habla como si ?lvarez Cascos hubiera organizado un linchamiento contra usted.
R. La verdad es que todo el mundo me advirti¨® en su momento de que no conoc¨ªan de ning¨²n caso de alguien que le hubiera ganado al aparato. Yo no pretend¨ªa ganar a nadie, sino preservar una situaci¨®n de dignidad institucional. No s¨¦ si se ha pretendido un linchamiento, moral en todo caso, porque f¨ªsico no creo que sea ni para pensarlo. Si se ha intentado, creo que nunca existieron razones objetivas para ello. Esa intenci¨®n de linchamiento, de aniquilaci¨®n pol¨ªtica, lo que ha producido es precisamente el efecto contrario.
P. Algunos interpretan que la mal resuelta crisis del PP en Asturias le llega hasta el cuello al vicepresidente del Gobierno. No parece que Aznar est¨¦ demasiado satisfecho con todo lo sucedido.
R. Es f¨¢cil suponer que a ning¨²n jefe de Gobierno, que adem¨¢s es el presidente del partido, le pueda resultar agradable que una crisis absolutamente injustificada le estalle en las manos sin motivo.
P. ?Usted es de los que piensan que ?lvarez Cascos va a morir, pol¨ªticamente hablando, v¨ªctima de sus propios "modos" de entender la pol¨ªtica?
P. Eso no lo s¨¦. Lo que s¨ª s¨¦ es que es una mala tarjeta de presentaci¨®n actuar desde mecanismos digamos... autoritarios.
P. ?No cree que Aznar no est¨¢ mostrando generosidad pol¨ªtica con alguien que no ha hecho m¨¢s que servir con lealtad al PP y al Gobierno desde estrategias que ahora ya no son ¨²tiles?
R. No s¨¦ si se va a prescindir del se?or ?lvarez Cascos de esa forma. En cualquier caso, en la pol¨ªtica no se mantiene indefinidamente a las personas en las mismas posiciones. No es un tema de agradecimiento, ni los agradecimientos obligan a que las personas est¨¦n siempre en los mismos lugares a los que accedieron un d¨ªa. P. Los que s¨ª aspiran y esperan cambiar de lugar, de la oposici¨®n al Gobierno, son los socialistas asturianos. Se frotan las manos con los "desperfectos" que va a ocasionar en el PP su operaci¨®n regionalista.
R. Yo no acepto la posibilidad de que el PSOE se vaya a alzar con el santo y la limosna en el tema. La culpa es negra y no le gusta a nadie. Pero no creo que haya que moverse en pol¨ªtica por los "anti", sino por proyectos propios. En cualquier caso, yo no me voy a sentir culpable si ganan los socialistas, porque tampoco se hundir¨ªa el mundo. Lo que no se puede es partir de la idea de que ya no pueden surgir nuevas formaciones pol¨ªticas en este pa¨ªs. Eso ser¨ªa absurdo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Vicepresidencia Gobierno
- Sergio Marqu¨¦s
- Declaraciones prensa
- Francisco ?lvarez Cascos
- PP
- Principado de Asturias
- Gobierno de Espa?a
- Comunidades aut¨®nomas
- VI Legislatura Espa?a
- Gobierno auton¨®mico
- Pol¨ªtica auton¨®mica
- Legislaturas pol¨ªticas
- Administraci¨®n auton¨®mica
- Gobierno
- Gente
- Conflictos pol¨ªticos
- Administraci¨®n Estado
- Espa?a
- Partidos pol¨ªticos
- Pol¨ªtica
- Administraci¨®n p¨²blica
- Sociedad