"ARAFAT EST? RODEADO DE CORRUPTOS"
Esposa del presidente de la Autoridad Nacional Palestina
Hace cuatro a?os, cuando llevaba s¨®lo 12 meses casada con el l¨ªder palestino, dec¨ªa: "Con mi marido no hablo de pol¨ªtica, intento entretenerle". Por primera vez, Suha Arafat rompe aquella imagen sumisa y muestra sus ideas pol¨ªticas con una descarga de ira, tristeza, frustraci¨®n y esperanza.
Suha Arafat, nacida en Jerusal¨¦n hace 34 a?os, lleva cinco casada con uno de los mayores iconos vivientes de nuestro tiempo, Yasir Arafat, a punto de los 69, l¨ªder de la lucha hist¨®rica del pueblo palestino y desde 1994 presidente de una autonom¨ªa que muchos dicen "de parques y jardines", hecha por jirones de tierra y apenas consentida por Israel en los territorios de Cisjordania y Gaza. Tras su boda y memorable estreno como primera dama palestina con pamela y traje de Chanel, hab¨ªa mantenido un impecable silencio. Ahora lo rompe, decidida a hacerse un lugar en la cosmogon¨ªa del pueblo guerrillero con su fundaci¨®n para hu¨¦rfanos en Gaza. La entrevista se celebra en su apartamento de Par¨ªs, durante una jornada de solidaridad de la Unesco con el pueblo palestino.
Pregunta. La ¨²nica esposa ausente en todos los acuerdos con Israel que se han firmado en Estados Unidos ha sido usted. Ya no aparece junto a Arafat, ni siquiera en la reciente inauguraci¨®n del aeropuerto de Gaza.
Respuesta. Ejerzo de anfitriona en Gaza cuando llegan mandatarios, pero no quiero dar un car¨¢cter de celebraci¨®n social a unos pactos que no son m¨¢s que un regateo con los israel¨ªes y que presentan a nuestro pueblo como si fuera un mendigo. Y el aeropuerto, de momento, no es m¨¢s que una sucursal del israel¨ª de Ben Guri¨®n.
P. ?No significa una puerta abierta al mundo en la llamada "prisi¨®n de Gaza"?
R. Yo tengo el privilegio de entrar y salir porque soy la mujer de Arafat, pero s¨¦ muy bien que los israel¨ªes pueden impedir el paso y enviar a la c¨¢rcel a todo el que quieran con cualquier excusa. Esta paz es un pu?o de hierro envuelta en guante de terciopelo. Desde fuera se ve todo muy bonito: ya tenemos aeropuerto, aviones. Pero habr¨ªa que ver lo que hay dentro. Los israel¨ªes nos dejaron una Gaza y lo poco que han evacuado de Cisjordania totalmente destruidas, sin escuelas, sin agua potable, sin carreteras asfaltadas, donde reina la m¨¢s espantosa miseria, y los refugiados que s¨®lo encuentran trabajo en Israel y se hacinan en campamentos se mueren de hambre cada vez que Israel cierra la frontera. A m¨ª llegan todos los que no tienen ad¨®nde acudir, mujeres con 10 hijos y con el marido en la c¨¢rcel. Es frustrante ver que no puedes resolver tantos problemas. Mientras no tengamos un Estado libre e independiente con control sobre el aeropuerto y nuestras fronteras, aquello es como una prisi¨®n.
P. ?Se reparten los papeles? ?Arafat se dedica a los actos pol¨ªticos y usted a los culturales?
R. No. La cultura no est¨¢ separada de la pol¨ªtica. Digamos que me dedico m¨¢s a la pol¨ªtica humanitaria. Con mi fundaci¨®n trato de recolectar fondos y atender a los ni?os hu¨¦rfanos y v¨ªctimas de la resistencia.
P. Antes de conocerla, Arafat parec¨ªa casado s¨®lo con la causa palestina. ?Despert¨® recelos entre los colaboradores de su esposo la irrupci¨®n de una mujer en su vida ¨ªntima?
R. S¨ª, son los celos que existen siempre que una mujer se acerca a un hombre importante. Me criticaban porque yo no era lo que quer¨ªan y, adem¨¢s, no dec¨ªa am¨¦n a todo.
P. ?Y no le afecta?
R. Antes me afectaba mucho, no pod¨ªa hacer nada. Pero ya no es as¨ª. Ah tengo mi vida, mi fundaci¨®n, mi propia labor.
P. ?No crea desconfianza el tren de vida al que est¨¢ acostumbrada?
R. Al contrario, al venir de una familia rica saben que no estoy donde estoy por inter¨¦s o por dinero. Ni siquiera la casa en la que vivimos es nuestra, sino de la Autoridad Nacional Palestina.
P. ?C¨®mo es la vida con Arafat? ?Siguen cambiando tanto de residencia como en T¨²nez, donde, al parecer, ten¨ªan 11 palacios?
R. En T¨²nez llegamos a vivir hasta en 400 casas diferentes. Era por temor a un ataque de la aviaci¨®n israel¨ª. Pero este peligro ya no existe y, adem¨¢s, con una ni?a peque?a es mucho m¨¢s dif¨ªcil andar todos los d¨ªas de mudanza.
P. Dicen que ahora corren m¨¢s peligro que nunca con las amenazas de Ham¨¢s. Desde el estallido de la Intifada en 1987, la influencia de los grupos integristas isl¨¢micos no ha dejado de crecer en Gaza y no parece muy bien vista una mujer vestida a la occidental, como usted.
R. No, no es Ham¨¢s el peligro. Antes de que se instalara la Autoridad Nacional Palestina en 1994, todo estaba permitido en nombre de la religi¨®n, como atacar a una mujer por la calle porque no llevaba velo. Pero ahora est¨¢ la polic¨ªa palestina para impedirlo y son miles y miles las mujeres que vuelven a sentirse libres de vestir como les d¨¦ la gana. Y las que llevan velo no siempre es por motivos religiosos, sino para ocultar su pobreza. Cuando tienes siete hijos, tu marido est¨¢ en paro y no tienes dinero para comprarte ropa es m¨¢s f¨¢cil ponerse el velo.
P. Como cristiana de origen, ?no teme que el integrismo isl¨¢mico se vuelva contra los palestinos que no son musulmanes?
R. Eso no suceder¨¢ entre nosotros. Incluso las familias del movimiento islamista Ham¨¢s llevan a sus hijos a los colegios de curas y monjas porque creen que ¨¦sa es la mejor educaci¨®n que existe. Los objetivos de Ham¨¢s no son religiosos, sino pol¨ªticos. Pero si sus gentes encuentran respuestas en la religi¨®n y sus mujeres quieren llevar el velo, ?por que imped¨ªrselo? Los israel¨ªes lo han hecho todo para dividirnos entre cristianos y musulmanes, pero no lo conseguir¨¢n. En mi fundaci¨®n son muchos los ni?os de Ham¨¢s, porque tienen a sus padres en la c¨¢rcel. Sus mujeres saben que mi casa siempre estar¨¢ abierta para ellas.
MUSULMANA CON ALMA CRISTIANA
P. ?Y usted? ?Se ha convertido o no al islam? Porque incluso entre los suyos de la OLP persiste la duda.
R. S¨ª, s¨ª, me he convertido. Pero mi alma sigue siendo cristiana, porque el alma es tu origen y tu infancia.
P. ?Sigue yendo a misa?
R. Aunque te hayas convertido al islam no hay nada que te proh¨ªba rezar a Dios como t¨² quieras. Y yo rezo en misa por mi padre muerto, lo que no quiere decir que tenga una doble cara.
P. Su padre presum¨ªa de que sus antepasados viv¨ªan en un castillo de los Cruzados Cuando usted estudiaba las Cruzadas en el colegio de monjas, ?a favor de qui¨¦n iba, de los cristianos o de los sarracenos?
R. Siempre he estado contra el ocupante. Aunque ¨¦ramos cristianos, nos sent¨ªamos nacionalistas ¨¢rabes. Por eso mi padre me puso un nombre ¨¢rabe, Suha, la peque?a estrella.
P. Con una madre feminista como la suya, no debe de ser f¨¢cil aceptar la Sharia o ley isl¨¢mica. Usted misma dijo que si la Constituci¨®n palestina no reconoc¨ªa los derechos de las mujeres luchar¨ªa contra el Gobierno de su marido.
R. Se pueden defender los derechos de la mujer sin enfrentarse a Dios ni a la Sharia.
P. ?Todav¨ªa aprueba el uso de anticonceptivos, como cuando no era mujer del presidente?
R. Depende de la situaci¨®n de cada mujer. Las altas tasas de natalidad han sido necesarias para medirnos con los israel¨ªes. Pero ahora que empieza a haber una especie de paz y las mujeres tienen que trabajar para ayudar a la familia, si quieren recurrir al control de la natalidad, ?por qu¨¦ no hab¨ªan de hacerlo?
P. ?Qu¨¦ nuevas obligaciones le comporta haberse convertido al islam?
R. Ninguna, porque tengo un marido muy tolerante. El mismo tiene muchos colaboradores cristianos y respeto por todas las confesiones. Siempre ha sido as¨ª. En los discursos cita a Al¨¢ y a Mohamed, su profeta, pero lleva colgada la cruz de Bel¨¦n y asiste a las grandes celebraciones cristianas.
P. Tras cinco a?os de matrimonio, ?sigue Arafat con sus man¨ªas de solter¨®n?
R. Totalmente. Tiene una habitaci¨®n para ¨¦l solo, donde se encierra con sus cosas y donde no le gusta que nadie le moleste.
P. ?No le gustar¨ªa compartir la misma habitaci¨®n y el mismo lecho con su marido?
R. ?Pero qui¨¦n dice que no duermo con mi marido? [se r¨ªe como si se levantara tras su primera noche de casada]. Claro que s¨ª. Creo que puedes compartir el mismo techo con un hombre sin tener que estar todo el d¨ªa pendiente de ¨¦l. Es b¨¢sico para que un matrimonio funcione. Yo detesto a esas mujeres que se empe?an en cambiar a su hombre y est¨¢n todo el d¨ªa encima de ¨¦l.
P. ?C¨®mo han cambiado a Arafat la paternidad y estos a?os de matrimonio?
R. Habr¨ªa que pregunt¨¢rselo a ¨¦l, pero gracias a toda esta vida familiar, o semifamiliar, porque con tanto viaje le veo menos que nunca, los que le conocen dicen que est¨¢ m¨¢s calmado, m¨¢s sereno. Y es que una mujer es muy importante en la vida de un hombre.
P. La larga solter¨ªa de Arafat dio lugar a muchos rumores y especulaciones. ?Sabe si hubo otras mujeres en su vida?
R. No conozco los detalles [se r¨ªe con aparente convencimiento], pero lo normal es que un hombre tenga relaciones femeninas antes de casarse.
P. Se dice que los dos tienen un car¨¢cter muy fuerte. ?De qu¨¦ discuten?
R. De todo lo que discute una pareja.
P. ?Tambi¨¦n de pol¨ªtica?
R. Cuando eres una mujer que tiene su propia educaci¨®n, siempre tienes tu opini¨®n que dar.
P. ?Qui¨¦n est¨¢ a la izquierda de qui¨¦n?
R. Creo que yo estoy a la izquierda de mi marido.
P. ?Le hace cr¨ªticas sobre la forma en que lleva el proceso de paz?
R. No le critico a ¨¦l, sino a los que tiene a su alrededor.
P. ?Por qu¨¦ les cr¨ªtica?
R. Por empa?ar la imagen del presidente con corrupci¨®n, falta de honradez, autoritarismo, represi¨®n del pueblo, m¨¦todos poco democr¨¢ticos, un mont¨®n de cosas de las que no tiene la culpa Arafat y con las que est¨¢n destruyendo su imagen.
P. ?Se refiere a los ministros del Gabinete?
R. Me refiero a todo el mundo de su entorno, pero sobre todo a los consejeros, porque los ministros pintan poco.
P. Por ello dimiti¨® hace unas semanas la ministra Ashraui.
R. Debi¨® haberlo hecho mucho antes.
P. ?Cree que hay una guerra por sucederle?
R. No creo que haya nadie capaz de suceder a Arafat, y eso lo saben. Lo que pasa es que el entorno de toda persona importante es as¨ª.
P. Desde hace m¨¢s de diez a?os, los titulares de los peri¨®dicos anuncian el inminente fin o la ca¨ªda de Arafat. Parece un milagro c¨®mo es capaz de mantenerse siempre en el filo de lo imposible.
R. S¨ª [se r¨ªe con ganas]. Es incre¨ªble, nadie sabe c¨®mo lo hace. Parece un milagro. Pero ¨¦l es humano y todos los d¨ªas me dice: "Ya no puedo m¨¢s".
P. ?No teme que le ocurra lo mismo que al presidente egipcio Sadat o al primer ministro israel¨ª Rab¨ªn, que fueron asesinados por sus compatriotas precisamente por hacer la paz?
R. Parece que goza de la protecci¨®n de Dios, porque desde luego corre mucho riesgo.
P. Se dice tambi¨¦n que est¨¢ enfermo de Parkinson y que quiz¨¢ no llegue a ver la fundaci¨®n del Estado palestino.
R. A pesar de lo que se lleva diciendo hace tiempo, los a?os muestran que es un hombre muy fuerte. Est¨¢ muy bien de salud y, desde luego, no me imagino la creaci¨®n de un Estado palestino sin ¨¦l.
P. ?No le est¨¢ poniendo el l¨ªder israel¨ª Benjam¨ªn Netanyahu en una posici¨®n insostenible, al obligarle a reprimir a su propio pueblo a cambio de unas concesiones que quedan muy por debajo de las aspiraciones palestinas?
R. No se dan cuenta de que si Arafat desapareciera serian los israel¨ªes los que har¨ªan el peor negocio. Israel no encontrar¨¢ a ning¨²n otro interlocutor, porque los palestinos no aceptar¨¢n ni escuchar¨¢n a ning¨²n otro l¨ªder que venga despu¨¦s.
P. Cada vez hay m¨¢s voces cr¨ªticas dentro y fuera de la OLP contrarias a un proceso de paz que dicen que s¨®lo sirve para lavar la imagen de Israel y no lleva a ninguna parte a los palestinos. ?Tambi¨¦n cree usted que Arafat no deber¨ªa hacer tantas concesiones?
R. ?Acaso tiene otra opci¨®n? No es ¨¦l quien cede, sino los que le presionan desde todas partes. El es un gran estratega, con una gran visi¨®n de futuro, que sabe apurar hasta el l¨ªmite las posibilidades. Ya me gustar¨ªa ver lo que har¨ªan en su lugar todos aquellos que le critican. No pod¨ªamos que darnos eternamente de refugiados en otro pa¨ªs ¨¢rabe donde hoy te expulsan o ma?ana hay una guerra. Al menos, esta especie de paz nos ha permitido volver a poner un pie en Palestina, y desde ah¨ª podemos librar otra lucha que se ha conformado directamente sobre nuestra tierra. Lo otro era no tener nada. A pesar de las dificultades, Arafat es el ¨²nico capaz de mantener a nuestro pueblo unido y guiarlo en la lucha hasta conseguir un Estado independiente. Y cuando digo Estado, digo Estado, con soberan¨ªa, con continuidad territorial, con fronteras propias. Ni colonias de jud¨ªos embolsadas en su interior, ni un trozo de tierra aqu¨ª, otro all¨¢, rodeados de colonos y soldados jud¨ªos. Lo han hecho todo por encerrarnos como en un gueto, pero no aceptaremos este sistema al estilo de las reservas o bantustanes de la ¨¦poca del apartheid en Sur¨¢frica en que quieren convertir los fragmentos de tierra liberada.
INDEPENDENCIA PALESTINA
P. No parece que ese 40% o 50% que estar¨ªa dispuesto a devolver Netanyahu contemple mucho m¨¢s. ?No deber¨ªa su marido cumplir con su frecuente amenaza de declarar la independencia de Palestina el pr¨®ximo 4 de mayo, cuando expiran los plazos fijados para la retirada israel¨ª en los acuerdos de paz?
R. No creo que sea una cuesti¨®n de si se declara o no un Estado, sino de tenerlo. De qu¨¦ sirve proclamarlo si no tienes la tierra, la soberan¨ªa.
P. ?Cree que los antecesores de Netanyahu, Isaac Rabin y Sim¨®n Peres, eran m¨¢s sinceros en sus promesas?
R. Todos hacen trampas. Creo que Rabin y Peres cre¨ªan necesaria la paz, pero a qu¨¦ precio y cu¨¢ndo, no lo s¨¦. No hemos podido tener las pruebas reales de ello, porque durante cuatro a?os lo ¨²nico que hicieron fue posponer el cumplimiento de todo lo que hab¨ªamos acordado.
P. Usted, que desde peque?a ha visto entrar a los soldados israel¨ªes en su casa y ha visto tanta opresi¨®n, en su coraz¨®n ?ha perdonado a Israel?
R. Eso es algo que s¨®lo se consigue con el tiempo. Cuando veo a esos ni?os hu¨¦rfanos que lo han perdido todo, como en las masacres de Sabra y Shatila en L¨ªbano, que fueron instigadas por el general Sharon, hoy sentado como ministro de Asuntos Exteriores en el Gobierno de Netanyahu, me siento incapaz de decirles que perdonen y olviden. Pero, aunque me resulte dif¨ªcil perdonar, s¨¦ que hay que ser realista y que la pol¨ªtica tiene sus normas.
P. ?Esta actitud del primer ministro israel¨ª hace crecer tanta indignaci¨®n y rencor acumulado?
R. S¨ª, mucho. No s¨¦ cu¨¢nto tiempo nuestras gentes ser¨¢n capaces de no perder la paciencia. Intentan mantenernos en este esp¨ªritu de porcentajes y regateo para negarnos lo que nos pertenece. Es como si te hubiera quitado la casa y te dijera: "Ahora te doy un trocito, ahora otro". Pero es nuestra tierra, la tierra de nuestros antepasados, all¨ª donde siempre han vivido nuestros amigos. Y si no accedemos ahora a nuestra tierra, lo haremos en el futuro. Si no es mi generaci¨®n, ser¨¢ la de mi hija, y si no, la siguiente, pero vamos a hacerlo. No conseguir¨¢n que renunciemos nunca a nuestra tierra.
P. ?Imagina a su hija tomando las armas?
R. No s¨¦ cu¨¢l ser¨¢ el escenario en la generaci¨®n de mi hija, porque Israel es imprevisible. Pero si ella tiene ganas de hacerlo, yo no se lo impedir¨¦.
P. ?Tan negro ve el panorama?
R. No. Conf¨ªo en que tendremos un Estado propio antes del 2000. Es tan necesario que ni siquiera Netanyahu podr¨¢ impedirlo. S¨®lo hay que ver lo que sucedi¨® en Sur¨¢frica con Nelson Mandela. Con la voluntad de Dios suceden cosas que los hombres no pueden prever ni impedir.
"Mientras no tengamos un Estado libre e independiente con control sobre el aeropuerto y nuestras fronteras, Cisjordania y Gaza ser¨¢n una prisi¨®n
Los israel¨ªes no se dan cuenta de que si Arafat desapareciera ser¨ªan ellos quienes har¨ªan el peor negocio. No hallar¨¢n otro interlocutor
No aceptaremos este sistema de bantustanes de la ¨¦poca del apartheid en Sur¨¢frica en que quieren convertir los fragmentos de tierra liberada"
Una primera dama muy combativa y pol¨¦mica
Si de Arafat se dice que tiene la posici¨®n pol¨ªtica m¨¢s complicada del mundo, su esposa no le va a la zaga. Amenazada por los integristas isl¨¢micos, criticada si aparece en actos oficiales por todos aquellos, dentro y fuera de la OLP, que creen que el papel de una primera dama en el mundo ¨¢rabe es con la pata quebrada y en casa, y siempre mirada con recelo por los pr¨®ximos colaboradores de Arafat. En ella ven el s¨ªmbolo de Occidente en medio de un pueblo que se ensimisma cada vez m¨¢s en el islam, la opulencia entre la pobreza, y, sobre todo, la influencia de una mujer con sus propias ideas sobre un l¨ªder que hasta los 64 a?os s¨®lo quiso estar casado con la causa palestina.
Licenciada en Ciencias Politicas por la Sorbona, de padre banquero y madre activista, Raymunda Tawil, conocida como la Pasionaria palestina por el ardor con que ha defendido los derechos de la mujer, Suha es mucho m¨¢s que la primera dama escogida para la ocasi¨®n como quien compra un florero. Y eso puede verse en ese tono mitinero con que arenga a los palestinos en una jornada de solidaridad de la Unesco en Par¨ªs. Si de su madre dice haber "heredado el coraje", de su marido parece haber aprendido el dif¨ªcil arte del equilibrismo pol¨ªtico sin que nadie pueda decir de ella que se dedica a la pol¨ªtica. Sentada junto a una de las ¨²ltimas presas liberadas de las c¨¢rceles israel¨ªes, canta como una m¨¢s del coro himnos de guerra de la resistencia palestina. Que en pocos a?os ha aprendido puede verse en la soltura con la que ahora lleva el traje nacional palestino.
Como muestra de que ya no padece la adicci¨®n al Chanel "ni a ning¨²n modisto" del Fauburg Saint Honor¨¦, me recibe en un apartamento atiborrado de libros de historia y biograf¨ªas pol¨ªticas, con la cara lavada, pantalones ce?idos y jersey de cuello alto, que le dan m¨¢s el aspecto de joven estudiante de la Sorbona que de primera dama. Y ah¨ª s¨ª, con esa hospitalidad del ¨¢rabe que abre su casa con todo lo que tiene dentro, descarga sin perder nunca la compostura, ira, tristeza, frustraci¨®n e incluso esperanza.
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