El Camp Nou se vuelve contra N¨²?ez

Ya est¨¢ Van Gaal sometido al efecto Clemente, y N¨²?ez entregado como Villar el d¨ªa despu¨¦s de que la selecci¨®n fuera humillada en Chipre. El Villarreal invit¨® al Bar?a a cambiar de proyecto y si no de gobierno. El Camp Nou, irritado por tanta impotencia del equipo, tanto chasco del t¨¦cnico y tan tanta sordera del presidente, se volvi¨® hacia el palco y conmin¨® mayoritariamente a pintar un club nuevo en plenos fastos del centenario.

No parece quedarle m¨¢s remedio a N¨²?ez que prescindir de Van Gaal o, en caso contrario, la ansiedad de la hinchada acabar¨¢ por atrapar a la junta, v¨ªctima del coste sentimental, econ¨®mico y deportivo de la reconversi¨®n emprendida con toda impunidad por el t¨¦cnico. Presa de la din¨¢mica de las malas noticias, el Bar?a se desangra a cada partido con la convicci¨®n de que no hay ma?ana posible si no se var¨ªa el orden de las cosas establecido.

Ya no parece quedar nadie con credibilidad suficiente en la entidad para pedir calma y defender una situaci¨®n insostenible. Derrotas tan dolorosas como la de anoche ante rivales como el Villarreal exigen medidas de gran calado.

No va el equipo, no hay manera de que crezca, encadena una derrota tras otra, lleva un mes sin ganar en la Liga, y ni en la sala de t¨¦cnicos tienen respuesta ni en la de directivos, hay soluciones. Y la afici¨®n, a diferencia de otras ¨¦pocas recientes en que ayudaron a unos y otros a llegar a fin de curso, ya no est¨¢ por la labor. El estadio ha perdido calor, intimidaci¨®n, y el clima de los grandes remontes ha dado paso a tardes de frustraci¨®n. M¨¢s que desconsuelo, hay cabreo por tanta negligencia acumulada. La desconfianza se extiende por todos los sectores del club.

Da igual el horario, el d¨ªa, el rival y el ¨¢rbitro: los partidos se repiten y el resultado, tambi¨¦n. Puede que ayer el Bar?a jugara un punto por encima de otros encuentros. Y que, puestos a fallar ante las dos porter¨ªas, no s¨®lo habr¨ªa que preguntar a Van Gaal y a N¨²cido y, al tiempo, asumido por la grada, convencida a la media hora de que el partido no ten¨ªa remedio. Penaliz¨® el Bar?a por su mala posici¨®n y por la falta de vertebraci¨®n, "pues no tuvo extremo izquierdo ni volante derecho. La segunda l¨ªnea de delanteros no conect¨® con la l¨ªnea de pase de los medios, y el equipo se empastel¨®.

Falto tanto de pies como de manos, el Bar?a fue un mu?eco de pim, pam, pum para un Villarreal que adorn¨® su gran faena con un tercer gol tan bien montado como los dos anteriores, para gran gozada de su afici¨®n, que lleg¨® tan pancha al estadio azulgrana al grito de "Tiembla Van Gaal, que llega el Villarreal". La respuesta de la hinchada azulgrana fue un paso por delante: puesto que N¨²?ez no le hizo caso a la petici¨®n de echar al entrenador, hoy pide que se vaya el presidente. M¨¢s que una calentura de un grupo o un deseo innegociable, el grito fue una advertencia a la junta: o reaccionan c¨®mo directivos o, pasar¨¢n a formar parte de la grada.