El Mallorca, l¨ªder indiscutible
El conjunto mallorqu¨ªn mereci¨® una victoria m¨¢s amplia en su visita a Zaragoza
La solidez del Mallorca en el liderato comienza a ser indiscutible. En La Romareda ni siquiera necesit¨® especular con el bal¨®n. Plante¨® un partido decidido, mirando a la puerta contraria, jugando con velocidad y con cambios de orientaci¨®n que le hicieron merecedor de una amplia victoria. Demostr¨® que defender no es s¨®lo una cuesti¨®n de amontonar hombres atr¨¢s y vapule¨® al Zaragoza. Fue el triunfo del orden sobre el caos.Quien se mantiene fiel a la especulaci¨®n y la racaner¨ªa es el Zaragoza de Txetxu Rojo. Incapaz de dedicar un detalle para los aficionados, el resultado es el ¨²nico argumento de un equipo tan aburrido y sopor¨ªfero como previsible. La obsesi¨®n del equipo por mantener el cero en su porter¨ªa le impide mirar a la contraria, hasta el punto que Milosevic ha quedado como ¨²nica referencia en ataque.
ZARAGOZA 0
MALLORCA 1Real Zaragoza: Juanmi; Cuartero (Yordi, min. 81), Aguado, Paco, Pablo; Jos¨¦ Ignacio, Arag¨®n (Wooter, min. 45), Acu?a, Marcos Vales (Gustavo L¨®pez, min. 27); Jamelli y Milosevic. Mallorca: Roa; Olaizola, Siviero, Marcelino, Soler; Engonga, Lauren, Stankovic (Ni?o, min. 87), Ibagaza (Paunovic, min. 61); Dani y Biagini (Paco Soler, min. 69). Gol: 0-1. M.19. Marcelino aprovecha el despiste de la defensa zaragocista para tocar suavemente con el pie un lanzamiento lateral de falta. Arbitro: P¨¦rez Lasa. Expuls¨® por doble amonestaci¨®n a Milosevic (min. 78). Mostr¨® tarjetas amarillas a Stankovic, Aguado y Marcelino. Unos tres cuartos de entrada en el campo dc la Romareda: aproximadamente 25.000 espectadores.
En un partido dominado por los sistemas, las decisiones de los entrenadores fueron determinantes en el comienzo del encuentro. Rojo, en su semanal revoluci¨®n del equipo, se llev¨® a Santiago Arag¨®n al volante izquierdo. El resultado fue un equipo sin conductor y que despreciaba las bandas en la l¨ªnea medular.
El Mallorca lo interpret¨® de inmediato y a los diez minutos decidi¨® iniciar su particular cruzada en busca de la porter¨ªa de Juanmi. Con Ibagaza repartiendo juego a sus anchas y Lauren y Stankovic aprovechando los enormes espacios que se encontraban por delante, el gol no tard¨® en llegar. Fue en la primera acci¨®n entre los palos y gracias a un monumental despiste de la defensa zaragocista en una acci¨®n a bal¨®n parado.
No necesit¨® m¨¢s el l¨ªder para demostrar su condici¨®n. Ten¨ªa por delante m¨¢s de una hora para jugar como le gusta y lo hizo a placer. Templando, desplazando el esf¨¦rico de banda a banda y contragolpeando en cuanto ve¨ªa espacio, le dio un ba?o al Zaragoza.
Rojo, como tambi¨¦n comienza a ser habitual, tuvo que reaccionar sobre la marcha y cambiar de arriba a abajo la alineaci¨®n. Antes de la media hora dio entrada a Gustavo L¨®pez y tras el descanso, a Wooter. Lo que inicialmente era un planteamiento de contenci¨®n y espera en busca del contragolpe, se convert¨ªa as¨ª en la prueba de la desesperaci¨®n.
El Mallorca ni se inmut¨®. Parec¨ªa estar al margen de todos los debates. Se limit¨® a recuperar la l¨ªnea tradicional de esta temporada. Se agazap¨® frente a su ¨¢rea, junt¨® defensa y medio campo y comenz¨® a juguetear con el Zaragoza.
Los jugadores del cuadro aragon¨¦s pon¨ªan empe?o y coraz¨®n, pero exhib¨ªan una inocencia impropia de hombres de Primera Divisi¨®n. Se hicieron con la posesi¨®n del bal¨®n y el dominio territorial, pero s¨®lo porque el Mallorca quiso y nunca inquietaron a Roa. Muy lejos queda ya ese equipo que fue l¨ªder del campeonato en las primeras jornadas de Liga.
La segunda parte fue desesperante para el p¨²blico, que cuestion¨® el planteamiento inicial de Rojo, exigi¨® el cambio de Arag¨®n y protest¨® ruidosamente el penoso juego de su equipo. La impotencia de un equipo y una afici¨®n que ante el cuadro balear comprob¨® las enormes carencias de su equipo.
El 0-1 final resulta enga?oso para los m¨¦ritos que hizo el Real Mallorca ante el Zaragoza en el encuentro de ayer. Sirve, eso s¨ª, para la estad¨ªstica mallorquinista de ganar casi siempre por la m¨ªnima diferencia a sus rivales, pero no responde a la tremenda superioridad que evidenci¨® ayer sobre el terreno de juego de La Romareda.
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