Galaxia sin norte
Hace unos pocos d¨ªas, Adolf Beltran tuvo una ocurrencia de las que hay que tomar nota, porque detr¨¢s del gracejo esconde su intr¨ªngulis. Est¨¢bamos en la ciudad de Castell¨®n hablando -y eso ya era un tanto sorprendente y esot¨¦rico- de la ciudad de Valencia. A Adolf Beltran le hab¨ªan asignado el papel de presentar en la librer¨ªa Babel un libro escrito por mi sobre la ciudad de Valencia, sus pesadillas y sus esperanzas. Y para empezar su cometido y sin mover ni un m¨²sculo facial, Adolf nos hizo compartir su impresi¨®n de que, vista desde Castell¨®n, la ciudad de Valencia era una especie de agujero negro de ¨¦stos que a veces se pueden encontrar en las galaxias. Hermosa analog¨ªa para una realidad tan triste como evidente: para los valencianos de Castell¨®n, y mucho me temo que tambi¨¦n para los de Gandia, X¨¤tiva, Alcoy, Morella, Alicante, Elche o Mon¨®var, la ciudad de Valencia, simplemente, no existe, no figura en su mapa mental. Es decir, si el Pa¨ªs Valenciano fuese una galaxia, la ciudad de Valencia ser¨ªa su agujero negro. La cosa tendr¨ªa poca importancia si habl¨¢semos, por poner un ejemplo y sin ninguna intenci¨®n peyorativa, de Ayora o La Vall d"Uix¨®. Pero de la misma manera que un territorio sin ciudad es un desierto o un espacio natural al alcance de los buscadores de aventuras, un espacio regional sin capital es un espacio minusv¨¢lido. No habr¨¢, no puede haber un Pa¨ªs Valenciano din¨¢mico y con presencia activa en la Europa de las regiones si la ciudad de Valencia no lidera el proyecto. Cuando, hace poco, nuestro presidente Eduardo Zaplana dec¨ªa que tal vez la batalla de Valencia hab¨ªa sido necesaria, lo traicion¨® el subconsciente. Claro que fue necesaria para la derecha m¨¢s reaccionaria como principal estrategia para detener el proceso de recuperaci¨®n del Pa¨ªs, y la izquierda fue -y es- tan miope e irresponsable como para perderse en disputas internas y llevar la contra a Darwin, puesto que parece ser que aqu¨ª, en la pol¨ªtica local, la selecci¨®n natural de las especies se hace al rev¨¦s: flotan los m¨¢s incompetentes y se hunden, son atados de manos o caen en el ostracismo, las pocas personas que podr¨ªan hacer renacer alguna esperanza. Por este camino, tenemos agujero negro para largo. Y ante este panorama nada tranquilizador, todav¨ªa irrita m¨¢s encontrarse con cierta frecuencia con personas de otras ciudades importantes del Pa¨ªs que, con una ingenuidad apabullante, creen que se puede reconstruir el Pa¨ªs sin la ciudad de Valencia. Es cierto que gozamos de una red urbana densa y bastante bien estructurada, con abundancia de ciudades medianas, pero, ?quien lidera la -digamos- representaci¨®n estatal y europea del Pa¨ªs? No estamos en el Ranstadt holand¨¦s o en la cuenca del Ruhr, donde se dice que hay "conurbaci¨®n" porque hay muchas ciudades de importancia semejante y donde lo importante es la "red". En nuestro caso, la ciudad de Valencia y su ¨¢rea metropolitana son el punto nodal m¨¢s importante, con mucha diferencia, de un sistema urbano jer¨¢rquico y, por tanto, guste o no, no hay ninguna alternativa de capitalidad. Mientras esperamos que los dioses nos sonr¨ªan, y la izquierda deje de jugar al disparate y podamos recuperar la ciudad de Valencia para un proyecto de progreso y modernidad colectiva, algo habr¨¢ que hacer. Por ejemplo, poner en un compromiso a los gobernantes de esta endog¨¢mica ciudad (que nunca ha mirado m¨¢s all¨¢ del camino de Tr¨¤nsits) creando la Asamblea de Alcaldes del Pa¨ªs Valenciano, cuya finalidad sea el intercambio de experiencias, la transferencia de tecnolog¨ªa y la creaci¨®n de un frente com¨²n para pedir a la Uni¨®n Europea fondos para un programa medioambiental consensuado. Tal vez as¨ª la ciudad se ver¨ªa obligada a asumir alg¨²n protagonismo aunque fuese por no hacer el rid¨ªculo. Tambi¨¦n las universidades podr¨ªan representar un papel relevante en esta arriesgada pero necesaria empresa. En la actualidad hay facultades y escuelas universitarias en muchas ciudades importantes del Pa¨ªs. Hagamos, pues, sentir la voz de profesores y estudiantes en un congreso simult¨¢neo que tenga, por ejemplo, como t¨ªtulo El protagonismo del Pa¨ªs Valenciano en la Uni¨®n Europea. Una evaluaci¨®n cr¨ªtica. Como no hay dos sin tres, he aqu¨ª la tercera propuesta: que bajo el lema El pa¨ªs de las ciudades, se tome la iniciativa de celebrar de manera simult¨¢nea en las ciudades m¨¢s importantes del Pa¨ªs una exposici¨®n donde se explique lo del sistema urbano y donde se cuente de manera did¨¢ctica la historia contempor¨¢nea de las 15 o 16 ciudades implicadas, pidiendo la colaboraci¨®n ciudadana para la recogida de materiales. No perdamos el tiempo, ?o nos instalamos en la melancol¨ªa?
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