Esc¨¢ndalo el¨¦ctrico

LA CONTROVERSIA que enfrenta al Ministerio de Industria y a la Comisi¨®n Nacional del Sistema El¨¦ctrico (CNSE) sobre las ayudas a las empresas el¨¦ctricas en concepto de transici¨®n a la competencia ha entrado por fin en una etapa de confrontaci¨®n pol¨ªtica p¨²blica. El Senado aprob¨® ayer la enmienda a la Ley de Acompa?amiento del Presupuesto que permite titulizar -es decir, que las el¨¦ctricas perciban una cantidad anticipadamente con financiaci¨®n bancaria a cambio de ceder los derechos futuros a las instituciones financieras- una parte de los costes de transici¨®n a la competencia (CTC) por una cuant¨ªa de 1,05 billones, con la irritaci¨®n de la oposici¨®n, que ped¨ªa la comparecencia del ministro de Industria (y, para mayor paradoja, ministro portavoz del Gobierno) para explicar las consecuencias de la enmienda. Horas antes de la tormenta parlamentaria, el vicepresidente econ¨®mico, Rodrigo Rato, intervino bruscamente en la pol¨¦mica al acusar al presidente de la CNSE, Fern¨¢ndez Ord¨®?ez, de oponerse a la titulizaci¨®n el¨¦ctrica por razones "pol¨ªticas y partidistas", y para descalificar sus tesis asegurando que no est¨¢n fundadas "en un solo n¨²mero ni en una sola explicaci¨®n".La intervenci¨®n de Rato en el debate el¨¦ctrico demuestra que el Gobierno se ha puesto nervioso por la oposici¨®n p¨²blica de Fern¨¢ndez Ord¨®?ez a los planes del Gobierno sobre las compensaciones a las el¨¦ctricas, y porque a ra¨ªz de ella se exijan luz y taqu¨ªgrafos para que los ciudadanos se enteren de qu¨¦ se trata. Pero si Rato pretend¨ªa echar una mano a su compa?ero de Gabinete Josep Piqu¨¦, autor del desaguisado, lo cierto es que ha empeorado la situaci¨®n. Sus argumentos son decepcionantes y contrarios a la evidencia de los hechos. En primer lugar, porque, de no ser por el presidente de la Comisi¨®n El¨¦ctrica, el debate sobre las ayudas el¨¦ctricas, su presunto car¨¢cter abusivo para el consumidor y sus efectos negativos para la competencia de las empresas no hubiera trascendido a la opini¨®n p¨²blica: hubiera sido un acuerdo silencioso y opaco, como les gusta a los lobbies. Es tarea de la CNSE suscitar una discusi¨®n abierta sobre la competencia en el sector el¨¦ctrico y sus costes. Tiene raz¨®n Fern¨¢ndez Ord¨®?ez al preguntarse, en respuesta a las acusaciones de Rato, por qu¨¦ no se esgrimieron "intereses pol¨ªticos y partidistas" cuando la CNSE acept¨® la Ley El¨¦ctrica y ahora, cuando se opone a la titulizaci¨®n, s¨ª se traen a colaci¨®n. La CNSE no ha variado sus tesis iniciales sobre la liberalizaci¨®n el¨¦ctrica. Ha mantenido en todo momento que el contenido de la Ley El¨¦ctrica permit¨ªa un proceso de liberalizaci¨®n adecuado, aunque muy lento, pero tambi¨¦n ha criticado la excesiva cuant¨ªa de los CTC -1,9 billones frente a los 500.000 millones que calcula la CNSE- , que acept¨® en calidad de cantidad m¨¢xima, susceptible de reducci¨®n cuando se conocieran los costes reales; y se ha opuesto a que se titulicen ahora 1,05 billones, por entender que las empresas el¨¦ctricas consolidan as¨ª como derecho una cantidad que no es sino una estimaci¨®n.

Pero si la acusaci¨®n de partidismo lanzada por Rato contra Fern¨¢ndez Ord¨®?ez dif¨ªcilmente puede sostenerse con rigor, la afirmaci¨®n de que la oposici¨®n de la CNSE a la enmienda titulizadora no est¨¢ fundada "en un solo n¨²mero ni en una sola explicaci¨®n" es simplemente falsa. La CNSE ha publicado cientos de p¨¢ginas con argumentos y cifras para fundamentar su oposici¨®n a la cuant¨ªa total de los CTC propuestos por el Gobierno y a una titulizaci¨®n superior a los 480.000 millones. Si algo hay en la posici¨®n de la CNSE son explicaciones; por lo que hay que concluir que, o bien el vicepresidente econ¨®mico no ha le¨ªdo tales informes que afectan a asuntos de su competencia, como la inflaci¨®n, o bien sus declaraciones son un arrebato de irritaci¨®n porque se haya descubierto un asunto que iba a ser aprobado con alevos¨ªa y nocturnidad. A esta cadena de interrogantes hay que sumar ahora la probable exigencia de la Comisi¨®n Europea de que los CTC sean examinados en Bruselas; porque es un principio -tambi¨¦n recordado en los informes de la Comisi¨®n El¨¦ctrica, que el vicepresidente econ¨®mico parece desconocer- que las ayudas p¨²blicas afectan a la competencia y, por tanto, deben ser aprobadas por la autoridad europea. El comisario de la Competencia, Karel van Miert, explic¨® ayer -tras afirmar que se hab¨ªa enterado del tema por la prensa- que la operaci¨®n de titulizaci¨®n deber¨ªa aplazarse en tanto la Comisi¨®n no apruebe las ayudas. A la vista de tantas sospechas y de la previsible dificultad que va a encontrar Piqu¨¦ para explicar en Bruselas por qu¨¦ se conceden ayudas p¨²blicas a empresas con abultadas cifras de beneficios, hay pocas dudas de que el Gobierno se encuentra ante un serio problema de credibilidad. La liberalizaci¨®n del sector el¨¦ctrico se ha convertido ya, esta vez s¨ª, en una cuesti¨®n de inter¨¦s general.