El timo de la extra?a pareja
Discapacidad no es sin¨®nimo de bondad. La Audiencia Provincial de Pamplona lo ha tenido claro y ha condenado a cuatro a?os de c¨¢rcel a una mujer de Cintru¨¦nigo (Navarra), Ana Mar¨ªa Bea Jim¨¦nez, de 27 a?os, quien, aprovechando su minusval¨ªa f¨ªsica (sufri¨® una meningitis en su infancia) y haci¨¦ndose pasar por hija ileg¨ªtima del rey Juan Carlos, estaf¨® m¨¢s de 30 millones de pesetas en una esperp¨¦ntica maniobra que afect¨® a vecinos, entre incautos y codiciosos, de Navarra, Zaragoza y Tarragona.La mujer les persuad¨ªa, haciendo gala de una "enorme capacidad de convicci¨®n" -seg¨²n relataron varios de los estafados durante la vista oral del juicio, celebrada el pasado septiembre-, para que le entregaran diversas cantidades de dinero que ella invertir¨ªa en Bolsa aprovechando los "privilegios" que, aseguraba, le conced¨ªa su condici¨®n de hija ileg¨ªtima del Rey. A todos promet¨ªa unos beneficios que, pese a su "fabulosa y desorbitada" cuant¨ªa, relata el fallo del tribunal, no levantaron la menor suspicacia entre las v¨ªctimas ni les hizo desistir.
La sentencia condena a una id¨¦ntica pena de c¨¢rcel al t¨ªo de la estafadora, ?ngel Pina Chivite, quien formaba junto a la mujer una pareja perfecta de lo inesperado. Ella, postrada en una silla de ruedas como consecuencia de la meningitis y con dificultades para hablar. ?l, a sus 82 a?os y con el ojo derecho atr¨®fico, con padecimientos de sordera, apoyado en una muleta y unido a una inseparable bolsa de pl¨¢stico llena de medicamentos, asegurando a todos que dispon¨ªa tambi¨¦n de informaci¨®n privilegiada de la Bolsa por su condici¨®n de militar retirado y mutilado de guerra.
Ambos iniciaron las estafas en abril de 1997 de mutuo acuerdo. Primero montaron una oficina como tapadera del negocio en la localidad navarra de Corella, un local que les fue cedido gratuitamente por "razones humanitarias" por una asesor¨ªa local. Desde all¨ª contactaron con vecinos de poblaciones cercanas, como Tudela, Cintru¨¦nigo, Corella o Zaragoza, y Ana Mar¨ªa Bea les convenci¨® de su pertenencia a una familia adinerada y de su conocimiento de los negocios burs¨¢tiles. A continuaci¨®n obtuvo diversas cantidades de dinero de sus v¨ªctimas para adquirir acciones de conocidas empresas. A todos dec¨ªa que sus privilegios en el parqu¨¦ llegar¨ªan a quintuplicar la cantidad entregada en apenas un mes.
T¨ªo y sobrina llegaron incluso a entregar a sus v¨ªctimas documentos supuestamente acreditativos de las ficticias inversiones que hab¨ªan emprendido.
Pese a que los jueces consideran que los beneficios prometidos por la falsa hija ileg¨ªtima del Rey y su t¨ªo el mutilado de guerra eran tan "extravagantes" que "convert¨ªan en pr¨¢cticamente incre¨ªble el enga?o", la cosa funcion¨®. Tal vez ocurri¨® as¨ª por la extraordinaria habilidad para la a?agaza de la pareja, por un desmedido af¨¢n de lucro de las v¨ªctimas o por la incapacidad de ¨¦stas de imaginar que una persona con semejantes caracter¨ªsticas f¨ªsicas "pudiera enga?arles", como relataron algunos inversores timados en los ahorros de toda una vida. Los jueces destacan que la pareja conoc¨ªa que sus deficiencias f¨ªsicas les proporcionaban "el afecto inmediato de la gente" y que aprovecharon ese hecho para manejar los sentimientos de las v¨ªctimas "con notable habilidad".
La sentencia agrega que "un desenfoque en la concepci¨®n de las relaciones humanas con personas discapacitadas pudo llevar a algunas de ellas a pensar que discapacidad es igual a bondad". Conclusi¨®n err¨®nea en este caso, como se pudo demostrar. Los jueces no han ca¨ªdo en la trampa, pero expresan la dificultad de encuadrar penalmente este tipo de enga?o, ya que si el inter¨¦s prometido hubiera sido m¨¢s o menos el habitual, la calificaci¨®n no habr¨ªa ofrecido duda alguna.
La singular pareja ha sido condenada tambi¨¦n a 10 meses de multa a raz¨®n de 2.000 pesetas diarias, as¨ª como a devolver a los perjudicados los m¨¢s de 30 millones que les estafaron. La peculiar broker ya reconoci¨® en el juicio que todo fue puro teatro. Dijo que la idea parti¨® de un novio suyo, llamado Francisco, que la estaf¨® a ella antes, y que no disfrut¨® del dinero excepto en lo imprescindible para aparentar un nivel de vida que no le descubriera ante los inversores.
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