Internet mostrar¨¢ la imagen de la Tierra en tiempo real
Dos proyectos espaciales para acercar el cosmos al ciudadano
El espacio ha dejado de ser propiedad exclusiva de cient¨ªficos ingenieros, militares o empresas de telecomunicaci¨®n. Tambi¨¦n puede hacer hueco a la poes¨ªa y proporcionar un nuevo modo de expresi¨®n art¨ªstica, como demuestran dos proyectos de naves espaciales que se encuentran ya en marcha y que bien pueden presumir de no servir absolutamente para nada y que ser¨¢n lanzadas a finales del a?o 2000 y principios del 2001.
La primera nave, llamada Triana, se instalar¨¢ entre el Sol y la Tierra, a una distancia de mill¨®n y medio de kil¨®metros de nosotros, y enfocar¨¢ una c¨¢mara fija a nuestro planeta. Las im¨¢genes que recoja se distribuir¨¢n en tiempo real a trav¨¦s de Internet, por lo que cualquiera podr¨¢ recibirlas en su ordenador y gozar de la impresi¨®n de encontrarse all¨ª, dentro de la nave. Desde su atalaya, denominada punto L1 de Lagrange -que permitir¨¢ mantener la nave en equilibrio gravitatorio entre el Sol y la Tierra-, la vista que se obtiene del planeta es siempre la del hemisferio que mira al Sol. Es la zona terrestre donde es de d¨ªa, un c¨ªrculo completamente iluminado y enmarcado por la oscuridad del espacio de fondo que va cambiando lentamente a medida que la rotaci¨®n terrestre sumerge unas zonas en la oscuridad y rescata otras a la luz solar.La distancia es suficiente como para que se aprecien todav¨ªa con nitidez los continentes y uno pueda imaginarse a s¨ª mismo mirando desde esta c¨¢mara indiscreta el punto en el que se encuentra sobre la superficie terrestre. Ser¨¢ una forma novedosa de relajarse , e incluso de meditar sobre la sensaci¨®n de vulnerabilidad que ofrece la visi¨®n lejana del planeta vivo. Todo este alarde de poes¨ªa espacial se la debemos al vicepresidente estadounidense Al Gore, quien el pasado mes de marzo ret¨® a la NASA a llevar a cabo un proyecto semejante. Los responsables de la agencia espacial aceptaron la idea y la aprobaron a finales de octubre pasado, dentro del conjunto de proyectos incluido en el programa de Ciencias de la Tierra. De los nueve proyectos que compet¨ªan por la contrataci¨®n de la misi¨®n, se aprob¨® el presentado por la Scripps Institution of Oceanography (SIO), perteneciente a la Universidad de California en San Diego.
El segundo proyecto, denominado Keo, ha tenido una g¨¦nesis bien diferente. La idea naci¨® de la calenturienta mente de un artista franc¨¦s, Jean-Marc Philippe, doctor en astrof¨ªsica, y ha encontrado eco en numerosas instituciones cient¨ªficas de su pa¨ªs, como el Comisariado de la Energ¨ªa At¨®mica, L"Aerospatiale, el gran acelerador de iones pesados o la Escuela de Minas, entre otros, que acogieron su propuesta como una forma de mejorar la imagen p¨²blica de la conquista del espacio.
Se trata de una mininave con forma de p¨¢jaro, de apenas 100 kilos de peso y 80 cent¨ªmetros de di¨¢metro, aunque su envergadura (del extremo de un ala al de la otra) ser¨¢ de 10 metros, que llevar¨¢ en su interior un amplio muestrario de los conocimientos actuales y millones de mensajes de personas de todo el mundo. La nave, como Ulises en la Odisea, vagar¨¢ por el cosmos durante 50.000 a?os para volver a la Tierra y servir a nuestros descendientes de entonces c¨®mo era el mundo a finales del siglo XX. "Se trata de un proyecto filos¨®fico", dice Philippe, "para hacer reflexionar al hombre sobre su naturaleza, sus virtudes y sus locuras, que realizar¨¢ un aut¨¦ntico regreso al futuro para que esas reflexiones alcancen a la posteridad".
Para su lanzamiento, Philippe ha contactado con la agencia espacial francesa, la ESA, y Arianespace, la responsable de los lanzamientos del cohete Ariane, porque su intenci¨®n es que despegue a bordo de un Ariane 5 en el a?o 2001.
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