Los republicanos son hasta ahora los m¨¢s perjudicados por el "impeachment"
El grupo parlamentario republicano en la C¨¢mara de Representantes ha conseguido procesar al presidente de EEUU, Bill Clinton. Pero a costa de terminar descabezado. Los congresistas republicanos regresaron ayer a sus distritos para pasar las vacaciones de Navidad con la angustia de tener que buscar sustituto para Bob Livingston, que dimiti¨® el pasado s¨¢bado y que, a su vez, hab¨ªa reemplazado en noviembre al tambi¨¦n dimitido Newt Gingrich.
Dennis Hastert, congresista por Illinois, emerg¨ªa ayer como principal candidato al liderazgo republicano en la C¨¢mara de Representantes, que lleva consigo su presidencia. Cuando estall¨® el caso Lewinsky, el pasado mes de enero, los analistas de Washington vaticinaban que cualquier adversario que intentara hundir a Clinton lo tendr¨ªa muy dif¨ªcil para conseguir no ser arrastrado al fondo del mar pol¨ªtico con ¨¦l.El s¨¢bado, los republicanos lograron procesar al primer presidente elegido en la historia de Estados Unidos (Andrew Johnson, el otro procesado, reemplaz¨® a Abraham Lincoln tras su asesinato), pero dos d¨ªas despu¨¦s fueron recompensados con el nivel de aprobaci¨®n m¨¢s bajo en 14 a?os. Una encuesta del peri¨®dico The New York Times y CBS publicada ayer informaba de que el 58% del pueblo estadounidense tiene una opini¨®n negativa del Partido Republicano, un incremento de seis puntos sobre la semana pasada. S¨®lo un tercio del pueblo cree que los republicanos comprenden el punto de vista de la ciudadan¨ªa estadounidense, y el 60% piensa que fueron motivos partidistas los que impulsaron la decisi¨®n de procesar a Clinton.
Pero Clinton sigue en la Casa Blanca y muy poca gente cree que el Senado decidir¨¢ finalmente destituirle. Los republicanos, en cambio, se muestran confusos y desequilibrados. Perdieron al personaje m¨¢s inspirador del partido, el fogoso revolucionario de Georgia Newt Gingrich, que dimiti¨® como presidente de la C¨¢mara de Representantes tras la decepci¨®n de las elecciones parlamentarias en noviembre.
Pero Bob Livingston, de Luisiana, el hombre escogido para unir al partido tras las divisiones provocadas por el pol¨¦mico Gingrich, anunci¨® el s¨¢bado que no reemplazar¨¢ a Gingrich y que dimitir¨¢ de su esca?o debido a las revelaciones sobre su pasado ad¨²ltero y para que Clinton aprenda con su ejemplo.
Pero los republicanos carecen de opciones claras para encontrar a alguien que una al partido y estreche sus v¨ªnculos con el pueblo. El hombre que se perfila como sustituto de Livingston y Gingrich es Hastert, que de la noche a la ma?ana ha pasado de ser un personaje casi an¨®nimo a colocarse muy cerca del puesto pol¨ªtico m¨¢s poderoso del pa¨ªs tras el de la Casa Blanca.
El principal reto de Haster ser¨¢ achicar el abismo entre el ala conservadora y religiosa del partido y el resto de los republicanos que surgi¨® despu¨¦s de la dimisi¨®n de Livingston.
La renuncia de Livinsgton tambi¨¦n presenta problemas de relaciones p¨²blicas para el partido del elefante. David Duke, el ex jefe del Ku-Klux-Klan, ha anunciado que se presentar¨¢ en las elecciones para sustituir a Livingston como candidato republicano. El liderazgo del partido ha dejado muy claro que no acepta a Duke como miembro de su partido, pero la candidatura puede reforzar la imagen negativa de esta formaci¨®n.
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