El infierno existe y est¨¢ en el Tour
Un riguroso estudio sobre el Banesto en la edici¨®n de 1997 explica por qu¨¦ el ciclismo es el deporte m¨¢s duro
Llega un momento en que el ciclista produce m¨¢s ¨¢cido l¨¢ctico del que su sistema puede eliminar. Es el infierno. La sensaci¨®n interna de tremendo sufrimiento. El ciclista abre la boca desmesuradamente buscando un ox¨ªgeno que nunca es suficiente. Crece la sensaci¨®n de asfixia y ahogo. A veces es un sufrimiento desesperado, sin m¨¢s recompensa que el llegar a meta. Otras veces tiene componentes gratificantes: la victoria. Siempre va acompa?ado de un gran dolor. Esta descripci¨®n, tan habitual en las cr¨®nicas de ciclismo, es subjetiva, literaria. Pero no falsa. El infierno, cient¨ªficamente hablando, existe. Ocho horas como media estuvo en ¨¦l cada uno de los ciclistas que corrieron el Tour de 1997. Lo explica un riguroso estudio llevado a cabo por Alejandro Luc¨ªa, fisi¨®logo del departamento de Ciencias Morfol¨®gicas y Fisiolog¨ªa de la Universidad Europea de Madrid, Alfredo Carvajal y Jos¨¦ L¨®pez Chicharro, de la Complutense, y Jes¨²s Hoyos, m¨¦dico del Banesto. Lo publica el International Journal of Sports Medicine. La conclusi¨®n de los investigadores resulta clara: el ciclismo es el deporte m¨¢s duro que existe. "El cient¨ªfico se maravilla ante el esfuerzo que hace el ciclista", cuenta Alejandro Luc¨ªa. "Sobre todo cuando te das cuenta de que no existe ning¨²n deporte que exija un trabajo y un rendimiento tan alto durante tres semanas. Y no hay que olvidar que se hace un d¨ªa tras otro. Hay quien dice que no ser¨¢ tan duro cuando se puede repetir, pero eso es lo que lo hace m¨¢s duro, el hecho de que haya poqu¨ªsimo tiempo de recuperaci¨®n entre un esfuerzo y el d¨ªa siguiente".
Todo el mundo se lo imaginaba, pero ellos son los primeros en mostrarlo. Pusieron un puls¨®metro en todos los corredores del Banesto que terminaron el Tour de 1997 (Abraham Olano, Marino Alonso, Jos¨¦ Luis Arrieta, Manuel Beltr¨¢n, Santiago Blanco, ?ngel Casero, Jos¨¦ Mar¨ªa Jim¨¦nez y Orlando Rodrigues) durante todas las etapas. Un torrente de datos: exactamente supieron como lat¨ªa el coraz¨®n de cada ciclista al segundo. Como se sabe, la velocidad del coraz¨®n determina la intensidad del ejercicio que se est¨¢ haciendo. Para valorarlo, hay una serie de referencias y tres niveles de esfuerzo: ligero, cuando el coraz¨®n late por debajo del umbral aer¨®bico, a menos de 142 por segundo como media en el caso del Banesto; equivale, m¨¢s o menos, a un 70% de la capacidad respiratoria m¨¢xima. El esfuerzo medio, o nivel dos, es el que se efect¨²a entre los umbrales aer¨®bico y anaer¨®bico (168 latidos por minuto m¨¢s menos nueve, o 90% de la capacidad respiratoria). Y el esfuerzo alto se sit¨²a por encima de esos 168 latidos. Es el nivel tres. Es el infierno. El primer nivel se puede comparar con un rodaje ligero; el medio, con la primera mitad de un marat¨®n. Para la tercera no hacen falta m¨¢s palabras.
Las conclusiones son abrumadoras. La media de tiempo total pasado por cada ciclista en cada una de las fases fue de 71 horas para la ligera; 23 horas para la media, y ocho horas para la alta. El Tour de 1997 (22 etapas) dur¨® unas 100 horas, luego los ciclistas pasaron el 70% del tiempo tranquilos, el 22% agitados y el 8% sufriendo como condenados.
Largos periodos
"Puede parecer que el 8% de alta intensidad es un porcentaje bajo", explica Luc¨ªa, "pero lo m¨¢s importante que demuestra el estudio es precisamente que la capacidad de trabajar largos periodos a esa intensidad, con altas concentraciones de lactato en sangre, es lo que determina el rendimiento. Aunque el Tour y el ciclismo en general sean un deporte de resistencia, los ciclistas deben saber trabajar a intensidades muy altas y durante mucho tiempo, en las contrarreloj, en los puertos de primera... Adem¨¢s, hay que tener en cuenta que la intensidad del Tour del 97 no fue muy dura para los Banesto: la primera semana llana se march¨® relativamente tranquilo y, adem¨¢s, era otro equipo, el Telekom, el que m¨¢s tuvo que trabajar para controlar el pelot¨®n".El porcentaje de la contribuci¨®n relativa de cada fase depend¨ªa extraordinariamente del terreno en el que se desarrollaran las etapas. La intensidad fue especialmente alta en las contrarreloj, hasta para los que no las disputaran a fondo, y en las etapas de monta?a, concentr¨¢ndose, as¨ª, en las dos ¨²ltimas semanas de la carrera. En los primeros siete d¨ªas, los de las etapas llanas, s¨®lo fue dura para los escaladores del equipo, que sufrieron m¨¢s contra el viento y cuando el pelot¨®n andaba a "latigazos". La tercera semana penaron todos. La destrucci¨®n muscular que no ha parado desde el primer d¨ªa ha llegado a su nivel m¨¢ximo. Un machaque del cuerpo que cada vez es mayor hasta en las etapas tontas debido al abuso del pi?¨®n de 11 dientes en el llano. "Es cuando todos marchan en un segundo nivel que equivale al tercero", cuenta Jes¨²s Hoyos, el m¨¦dico del Banesto. "El cuerpo empieza a pagar toda la fatiga muscular acumulada y el coraz¨®n, que es un m¨²sculo cansado, se niega a latir deprisa, a subir de pulsaciones. Pero aunque se quede en 150 latidos por minuto, las piernas y el ciclista sufren como si marchara a 180".
Otro factor que incrementa la dureza del ciclismo (dejando de lado el hecho de que los corredores est¨¦n expuestos a todas las inclemencias meteorol¨®gicas, pudiendo pasar en alguna etapa de monta?a de disfrutar de 30 grados en el valle a cinco grados en la cima, aparte de lluvias, vientos, nieves, y dem¨¢s), y que reflejan los investigadores es la aleatoriedad del esfuerzo. "Excepto cuando se enfrentan a un puerto, los corredores no saben exactamente cu¨¢ndo tendr¨¢n que exigirle a su cuerpo al m¨¢ximo", dice Luc¨ªa. "No saben cu¨¢ndo tendr¨¢n que trabajar para echar abajo una escapada o para enlazar con el pelot¨®n tras una aver¨ªa".
La Uni¨®n Ciclista Internacional (UCI) quiere en 1999 hacer un completo estudio fisiol¨®gico de los ciclistas durante toda una temporada. Quiere saber si tiene apoyo el viejo argumento de que la dureza de este deporte hace inevitable el recurso a sustancias dopantes, saber qu¨¦ hay de verdad bajo la t¨ªpica frase "no se puede correr el Tour con agua mineral".
El estudio de Luc¨ªa Hoyos y compa?¨ªa puede ayudar. "Es un esfuerzo dur¨ªsimo el que tiene que hacer un ciclista durante un Tour", dice Luc¨ªa, "pero el entrenamiento lo hace accesible. Fisiol¨®gicamente es factible, y tampoco es malo para la salud. Un estudio que han hecho sobre el Giro demuestra que no hay da?o cardiaco. Las ecograf¨ªas que hacemos a los ciclistas del Banesto tambi¨¦n muestran que est¨¢n sanos, que su coraz¨®n va bien".
?Y el recurso al dopaje? "El Tour se puede correr sin recurrir al dopaje, otra cosa es ganarlo", dice Luc¨ªa. "Las sustancias prohibidas ayudan sobre todo a recuperarse mejor. Si fuese un ciclismo s¨®lo de cl¨¢sicas de un d¨ªa ser¨ªa m¨¢s factible, pero por etapas... La recuperaci¨®n la puedes hacer, pero m¨¢s despacio. Y otros productos, como la EPO, ayudan sobre todo a que el nivel 3, el infierno, llegue m¨¢s tarde, a reducir su duraci¨®n".
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.