?cido
Cada 22 de diciembre se produce una imagen terrible de millonarios en mono de faena brindando muy excitados con botellas de cava semi-seco de trescientas pesetas. Por muy substancioso que sea, el premio gordo de la loter¨ªa no desplaza el sentimiento de miseria que ha moldeado el ADN en el cerebro de los agraciados a lo largo de varios siglos. Los impulsos siguen durante mucho tiempo obedeciendo al dictado a este ¨¢cido que algunos cient¨ªficos tratan de secuenciar para desentra?ar interrogantes como ¨¦ste. Existe un gran desfase entre la biolog¨ªa y los acontecimientos del ser humano. No se mueven a la misma velocidad. Por eso hay presidentes de consejo de administraci¨®n de banco que todav¨ªa tienen cara de agricultor. A menudo tambi¨¦n ocurre lo contrario, y en medio de la vega emerge un labrador con cara de consignatario con el azad¨®n al hombro. El mundo est¨¢ lleno de caras y actitudes que no se corresponden con el oficio que desempe?an y el nivel adquisitivo y social en el que flotan. La fisonom¨ªa y la conducta se esculpen a una lentitud geol¨®gica, de acuerdo con el medio, las condiciones y la actividad que ha ido desarrollando una sucesi¨®n de generaciones que se acumula como el esqueleto de un coral, mientras en el interior del enc¨¦falo va cuajando una percepci¨®n de la econom¨ªa muy ajustada al sentimiento de culpabilidad de una estirpe y una clase. El d¨ªa en que esta trayectoria se quiebra de forma violenta en el interior de un bombo, los est¨ªmulos no obedecen al acontecimiento: siguen gobernados por este c¨®digo marcado por los ancestros. Cada 22 de diciembre, bajo unas salvas de cava semi-seco barato, un grupo de escogidos intentan desprenderse de s¨ª mismos y desaf¨ªan la teor¨ªa de la evoluci¨®n de las especies, aunque el instinto primario remite en seguida al origen, provocando una estampa muy zool¨®gica. En ese momento algunas neuronas empiezan a forjar una conducta que el organismo se niega a aceptar. Lo peor es que esta tensi¨®n que se libra en la cadena de ¨¢cido desoxirribunocleico dura mucho m¨¢s que el dinero del premio.
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