Al Madrid le aplasta el cansancio y cae ante el CSKA ruso

Al Real Madrid le apasiona y le mata su torneo, para qu¨¦ negarlo. La esquizofrenia tiene que ver con las fechas en las que se desarrolla, con lo que desgasta la alta competici¨®n. Quiere el Madrid disfrutar y le arde el coraz¨®n tanto como le pesan las piernas. El equipo de Luyk ha jugado algo as¨ª como ocho partidos en los ¨²ltimos quince d¨ªas. Al equipo le gusta mantener su costumbre ganadora, homenajearse a s¨ª mismo, a golpes de tradici¨®n, de sentimientos, de miles de sonrisas de poca edad, pero no siempre puede ser as¨ª. Ayer el CSKA le agu¨® la fiesta con un inspirado final y se llev¨® el torneo (77-84).

Pero esta cita ha ido m¨¢s lejos del resultado final. Ha servido de experimento, de prueba para las cuatro nuevas reglas que la FIBA quiere imponer. A saber: cuatro tiempos de 10 minutos; 24 segundos de posesi¨®n, ocho para pasar del medio campo, y tiros libres a partir de las cuatro personales por equipo.

No dej¨® el torneo conclusiones al respecto. Tampoco era eso lo importante. El Madrid es un equipo gigante en el aspecto defensivo, como Luyk manda, y eso es un tesoro en los tiempos que corren. Gan¨® el Madrid en la primera jornada al Partiz¨¢n y perdi¨® en la segunda con el CSKA. Pero igual que la jornada inaugural fue fr¨ªa, por falta de espectadores, y mezquina, porque en lo que respecta a espect¨¢culo cero patatero, la segunda fue una gozada. Se cruz¨® el Madrid en la final con el CSKA, un rival soberbio. Y se cruz¨® con un pu?ado de limitaciones f¨ªsicas. De poco sirvieron los triples de Lasa y el empe?o de los que ganan siempre y nunca juegan. Struelens, herido, no estaba y Tanoka, el mejor de los mejores, se rompi¨® mediada la segunda parte. Y con ¨¦l, el equipo. Sin sus p¨ªvots, el Madrid muere. Por eso se sue?a con Sabonis.