M¨¢s del 73% de los hombres andaluces confiesa que nunca friega, cocina o limpia la vivienda
El desigual comportamiento de mujeres y hombres ante las tareas dom¨¦sticas es obvio. Lo novedoso de un estudio editado por el Instituto Andaluz de la Mujer reside en su medici¨®n temporal, que corrobora las diferentes implicaciones de ambos sexos: el tiempo que las mujeres dedican a las labores del hogar sextuplica al de los varones. Contrarrestar estos roles tradicionales en el futuro no parece f¨¢cil, a la vista de la reproducci¨®n de conductas entre la descendencia: el 35% de los hijos no dedica ni un minuto al trabajo dom¨¦stico. Entre las hijas se rebaja casi al 9%.
Las autoras del informe advierten que "esta reproducci¨®n social donde todo es igual a s¨ª mismo es la que hipoteca el futuro". La desigual actitud entre mujeres y hombres es casi calcada por sus hijas e hijos. De ah¨ª, insisten, "la necesidad de incidir en los procesos de socializaci¨®n (familia, escuela, medios de comunicaci¨®n), si se quiere cambiar el reloj social". La formaci¨®n, adem¨¢s, no es inocente: modifica las pautas de conducta de forma positiva. La colaboraci¨®n masculina crece conforme aumenta el nivel cultural. Entre los varones andaluces sin estudios y aquellos con formaci¨®n superior existe una diferencia del 15% en la asunci¨®n de tareas dom¨¦sticas, aunque sigan circunscribi¨¦ndose al plano de "ayuda". El estudio La medida del mundo. G¨¦neros y usos del tiempo en Andaluc¨ªa, sustentado en una encuesta entre 2.200 andaluces mayores de 16 a?os y en grupos de discusi¨®n, arroja cifras esclarecedoras sobre el reparto asim¨¦trico de las tareas dom¨¦sticas. El 73% de las mujeres realiza cotidianamente, de lunes a viernes, actividades como cocinar, fregar y limpiar la vivienda; casi el mismo porcentaje de varones confiesa que jam¨¢s se implica en ellas. Las cifras no var¨ªan en gran medida durante el fin de semana. La encuesta confirma el mantenimiento de arquetipos. Las ¨²nicas tareas que asume el hombre en mayor medida son cl¨¢sicas: el cuidado del veh¨ªculo y del huerto, de las reparaciones dom¨¦sticas y de los animales. Organizaci¨®n Muy reveladora resulta la estad¨ªstica sobre la organizaci¨®n y ejecuci¨®n del trabajo dom¨¦stico. Las mujeres han asumido su papel profesional, pero los hombres no han aceptado sus responsabilidades caseras. M¨¢s del 72% de las mujeres con trabajo sigue organizando y realizando las tareas del hogar. M¨¢s del 48% de los varones reconoce que lo asumen sus compa?eras. Llama la atenci¨®n la asimetr¨ªa existente entre hombres y mujeres sin trabajo remunerado. S¨®lo el 32% de los desempleados se encarga de las labores dom¨¦sticas de su casa, frente al 91,3% de las mujeres sin empleo remunerado que asume los quehaceres hogare?os. Sin embargo, la percepci¨®n individual sobre el trabajo dom¨¦stico es compartida sin distinci¨®n de g¨¦neros. La mayor¨ªa lo considera como "trabajo", aunque las mujeres lo hacen con mayor rotundidad -m¨¢s del 93%- que los hombres. Todav¨ªa sobrevive un 11% de varones que considera que no es trabajo. El estudio, en el que han participado varias investigadoras, analiza tambi¨¦n las pautas de comportamiento de los hombres y mujeres que viven en soledad. Para ellos, "implica por necesidad una mayor consagraci¨®n al trabajo dom¨¦stico". Para ellas, una disminuci¨®n. Un hecho ya corroborado en la Conferencia de Pek¨ªn: el var¨®n saca ventaja de la presencia de la compa?era mientras que la mujer lo hace de la ausencia del compa?ero. Las autoras se cuestionan "hasta qu¨¦ punto esta circunstancia est¨¢ incidiendo en el rechazo a formar una familia de tipo tradicional". La esfera privada no interfiere en absoluto en la trayectoria profesional de los varones, pero todav¨ªa sigue condicionando a buen n¨²mero de mujeres. El nacimiento de un hijo o el matrimonio empuja al 8% y al 13,2%, respectivamente, de las mujeres a abandonar sus puestos de trabajo. Una cifra que podr¨ªa tener relaci¨®n con el hecho de que el 11% de los varones juzga a¨²n de forma negativa la incorporaci¨®n femenina al mercado laboral. El estudio destaca que la entrada de las mujeres en el trabajo remunerado no ha ido acompa?ada de un flujo contrario y rec¨ªproco entre los varones para corresponsabilizarse de las tareas cotidianas del hogar. Este hecho implica, adem¨¢s, un coste en el tiempo libre de las mujeres, "la ¨²ltima pieza traductora del reparto sesgado de tiempos". Las mujeres, seg¨²n el informe, "emplean el ocio para trabajar en el hogar y atender a los dem¨¢s".En d¨ªas laborables, los hombres disfrutan de casi ocho horas de tiempo libre, frente a las 6,62 de las mujeres. Una diferencia que se mantiene en jornadas festivas: 9,63 y 8 horas, respectivamente.
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