El a?o crucial del PSC

Las batallas electorales que se avecinan tienen para el Partit dels Socialistes de Catalunya (PSC) una significaci¨®n particular. Como para Converg¨¨ncia, este a?o puede ser de gloria o de miseria. En el caso del PSC se a?ade que, junto a los retos espec¨ªficamente catalanes, tiene esta vez un protagonismo m¨¢ximo en las legislativas, que corresponde convocar en la primavera del 2000, pero que quiz¨¢ se adelanten a 1999. Ser¨¢n unos comicios con candidato catal¨¢n a la presidencia del Gobierno, Jos¨¦ Borrell.Borrell tiene ante s¨ª el reto de sustituir a Felipe Gonz¨¢lez como cabeza de cartel del socialismo espa?ol, y lleva consigo tambi¨¦n la marca espec¨ªfica del PSC, para quien el envite es fuerte: est¨¢ comprometido a aportar al PSOE un contingente de votos y esca?os que hagan posible su victoria ante un crecido Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar.

Pero este a?o van a celebrarse unas elecciones municipales que el PSC tiene muy dif¨ªciles en Barcelona, la m¨¢s importante de las ciudades de Espa?a gobernadas por la izquierda. Presenta a un candidato novel, el alcalde Joan Clos, que nunca ha ganado unas elecciones por s¨ª mismo.

Los dos partidos que junto con el socialista forman la coalici¨®n de gobierno en la capital catalana han sufrido sendas escisiones. El resultado es que el electorado que se repart¨ªa entre tres partidos ahora se lo disputan cinco: PSC, Iniciativa-Verds, Esquerra Republicana (ERC), Partit per la Independencia (PI) y Esquerra Unida i Alternativa (EUA). Por sus divisiones, cuatro de ellos se arriesgan a quedar por debajo del 5% de los votos, m¨ªnimo para entrar en el consistorio.

Si pierde las auton¨®micas, las municipales en Barcelona y las legislativas, el cambio de siglo ser¨¢ para el PSC un hito nefasto. Pero con Pasqual Maragall como candidato tiene por vez primera posibilidades reales de ganar las auton¨®micas, el objetivo que se le ha escapado desde 1980 hasta convertirlo en un partido frustrado.