Potencialmente homicida
El temporal del pasado d¨ªa 31 de diciembre ha sacado a la luz uno de los graves defectos de una pol¨ªtica urban¨ªstica de moda y que tiene en Sevilla y en su Gerencia Municipal de Urbanismo afanados defensores. Me refiero al principio seg¨²n el cual la conservaci¨®n de la est¨¦tica tradicional de una ciudad pasa inexorablemente por el "mantenimiento de las fachadas originales" de los edificios de los cascos antiguos. Seg¨²n este principio, esencia del concepto hip¨®crita de "ciudad decorado", las obsoletas y ruinosas viviendas de determinadas zonas se pueden derruir en su totalidad, salvo en su fachada, para que cuando se construya de nuevo se mantenga ese aspecto viejo, irregular, h¨²medo y siempre desconchado del muro de piedra antiguo. No importa que ello suponga un importante encarecimiento de la vivienda, porque el constructor se ve forzado a demoler sin maquinaria pesada o con micro machines; a apuntalar y andamiar la fachada para evitar que ¨¦sta se desmorone sobre los viandantes o sobre los trabajadores de la construcci¨®n, y a realizar toda la introducci¨®n de materiales para la construcci¨®n mediante gr¨²a e interrumpiendo el tr¨¢fico. No importa que resulte mucho menos molesto y m¨¢s barato, eficiente y seguro reconstruir una fachada id¨¦ntica de nueva planta. Tampoco importa que para los vecinos de la nueva construcci¨®n resulte mucho m¨¢s barato mantener una fachada nueva que una antigua. Lo importante es la irregularidad, la humedad y el desconchado que da esa sensaci¨®n a "Vetusta". El problema es que no s¨®lo hablamos de dinero, tambi¨¦n hablamos de vidas. Entre otras cosas porque, con independencia de lo bien apuntalado que est¨¦ el muro, que se caiga sobre alguien s¨®lo depende de la fuerza del temporal y del azar. Aunque una cosa s¨ª es segura, si no hubiese existido el muro jam¨¢s se hubiese desmoronado y hoy vivir¨ªan cinco sevillanos m¨¢s. As¨ª que probablemente lo mejor sea abandonar ese surrealista e hip¨®crita "carlismo arquitect¨®nico de fachada" que, adem¨¢s de err¨®neo por su coste, se ha mostrado potencialmente homicida.LUIS ?NGEL HIERRO
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