El Bar?a seduce con goles
Los azulgrana mejoran su juego ofensivo y consiguen una goleada hist¨®rica a costa de un d¨¦bil Alav¨¦s
![?ngels Pi?ol](https://imagenes.elpais.com/resizer/v2/https%3A%2F%2Fs3.amazonaws.com%2Farc-authors%2Fprisa%2F2996def5-4f7d-4ecf-ada6-746768fac215.png?auth=4edcab0cb2f418f595b64b8e453c1c1ede58c476b20f5338b20762076716a89d&width=100&height=100&smart=true)
Siete goles y una profunda sensaci¨®n de alivio. El Bar?a empez¨® ayer el a?o en paz. Sin gritos de dimisi¨®n, sin pa?uelos y sin ira. El Camp Nou se expuls¨® la angustia de encima, disfrut¨® con la goleada y acab¨® sumido en el delirio tras la proeza de Oscar: un jugador apenas in¨¦dito y que meti¨® dos goles en un suspiro tras sustituir a Anderson. El grupo de Van Gaal se reconcili¨® consigo mismo a costa de un d¨¦bil Alav¨¦s y logr¨® en una tarde lo que no consigui¨® en dos meses: reencontr¨® a lo grande la senda del gol y abraz¨® una victoria en casa que se le resist¨ªa desde noviembre.Tir¨® el Bar?a del sentido com¨²n de Guardiola, de la suprema inspiraci¨®n de Figo, y de los goles a pares que marcaron Rivaldo, Luis Enrique y el mayor de los Garc¨ªa. Fue todo un s¨ªmbolo. Todo un mensaje La afici¨®n ayer sac¨® pa?uelos aunque esta vez para celebrar el olfato de Oscar y para decirle al holand¨¦s que olvide su obstinaci¨®n y deje de despreciar a la cantera. El t¨¦cnico pag¨® cara su soberbia: dijo que no hab¨ªa visto los dos goles que el futbolista hab¨ªa marcado ante Nigeria porque no le hab¨ªa regalado la cinta de video y ayer los vio en directo y en apenas dos minutos. El estadio acab¨® coreando el nombre del delantero. La guinda final para la mejor tarde de la temporada.
Van Gaal salv¨® la cabeza en Valladolid y ayer reforz¨® su presencia en el banquillo. Otro mundo en s¨®lo dos jornadas. El Bar?a ha pasado en dos d¨ªas de eludir el fantasma de la promoci¨®n y ya est¨¢ a cuatro puntos del l¨ªder. El holand¨¦s apost¨® por la reacci¨®n de su equipo y no se equivoc¨®. Harto ya de s¨ª mismo, harto el Bar?a de sumirse en el rid¨ªculo, los azulgrana salieron al c¨¦sped seguros de s¨ª mismo. Fue para el Bar?a una tarde redonda: supo exprimir las enormes carencias del Alav¨¦s, mejor¨® en su f¨²tbol de ataque y puso sobre la mesa, por encima de todo, el talento individual de medio equipo. El equipo de Vitoria no logr¨® ni por asomo imitar la haza?a del Villarreal. Ni tampoco tuvo suerte: no pudo empezar el a?o con Julio Salinas ni Nicola Berti, sus dos refuerzos navide?os para huir de la promoci¨®n.
No empez¨®, sin embargo, la fiesta con tanta armon¨ªa. Van Gaal se desdijo de su sospechoso plan en el Nuevo Zorrilla y volvi¨® a dar las riendas del equipo a Guardiola, su capit¨¢n, escoltado por Xavi y con Luis Enrique como media punta. Abelardo ech¨® el cierre detr¨¢s aportando m¨¢s seguridad una defensa aliada con el suspense. El patr¨®n no se tradujo en un f¨²tbol m¨¢s seductor. Le costaba al Bar?a llegar a puerta y el bal¨®n viaj¨® con plomo. La grada no fue ajena a tanta confusi¨®n y empez¨® a silbar. Pero los abucheos pronto quedaron ahogados. Figo se invent¨® una jugada antol¨®gica: recibi¨® de Guardiola un perfecto pase en diagonal, se rif¨® a Josete en un regate seco y lanz¨® un disparo suave, que bati¨® a Kike. El Barca sigui¨® jugando a trompicones, Rivaldo tuvo que llegar a taparse los o¨ªdos para evitar los reproches hasta que Figo volvi¨® a aparecer. El portugu¨¦s centr¨® y Luis Enrique marc¨®. El d¨ªa estaba ya encarrilado.
La reanudaci¨®n no tuvo apenas historia. El Alav¨¦s perdi¨® la posici¨®n, dej¨® unas enormes lagunas atr¨¢s y el Bar?a perfor¨® su defensa a placer por abajo, por encima y por el medio. Rivaldo decidi¨® abandonar la pesadilla de la banda izquierda y marc¨® dos goles e intervino en otros tres. El marcador fue engordando y se intuy¨® la goleada de esc¨¢ndalo. Desarbolado, el Alav¨¦s apenas intimid¨®. Hesp desbarat¨® la mejor ocasi¨®n de Sibori aunque luego no pudo evitar el gol del honor de penalti logrado por Pablo. El marcador parec¨ªa definitivo pero quedaba una ilusi¨®n, Oscar sustituy¨® a Anderson y llen¨® de magia el estadio con dos goles con un punto de venganza. Fue la mejor despedida. El Camp Nou, por primera vez en una eternidad, baj¨® la persiana aliviado. Falta ahora ver si esa serenidad se mantiene la pr¨®xima cita ante el Athl¨¦tic.
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