Pol¨ªtica de fachadas
Fue en Sevilla. Cay¨® una fachada sobre la parada de un autob¨²s. Hubo muertos. Nos preguntamos por qu¨¦ estaba la fachada si no hab¨ªa edificio; por qu¨¦ no ten¨ªa apuntalamiento; por qu¨¦ nadie hab¨ªa previsto el peligro y ordenado instalar alg¨²n tipo de valla de seguridad, alguna se?al de distancia que avisara a los ciudadanos. Ser¨¢ necesario que alguien explique por qu¨¦ ante esa fachada peligrosa segu¨ªa habiendo una parada de autob¨²s, en un alarde de imprevisi¨®n y mal funcionamiento de las cosas. No fue el viento el responsable, sino que ¨¦l puso en evidencia la existencia de una serie de errores y desidia en cadena. Alguien tiene que responder de todo eso. Seguimos a la espera. Pero llegados aqu¨ª podr¨ªa ser ¨¦ste un buen momento para reflexionar sobre lo que ayer planteaba aqu¨ª mismo Luis ?ngel Hierro sobre la pol¨ªtica conservacionista a ultranza de la est¨¦tica tradicional de las ciudades. Estamos en ello. Lo sufren una y otra vez los arquitectos que no est¨¢n dispuestos a renunciar el acto creativo, por m¨¢s que gerencias de Urbanismo, comisiones de Patrimonio y dem¨¢s exponentes de la burocracia m¨¢s castrante y reaccionaria se empe?en en obligarles a mantener las fachadas originales de los edificios, tengan o no valor. Las comisiones de Patrimonio, las gerencias de Urbanismo y dem¨¢s se empe?an en castrar cualquier intento de aportaci¨®n contempor¨¢nea a la est¨¦tica de las ciudades, conden¨¢ndolas a dar testimonio de s¨ª mismas como un enorme decorado viejo y gastado. Es necesario cuidar y mantener lo que en su momento fue importante, defender la belleza caracter¨ªstica de cada ciudad, lo que las hace diferentes y dignas de admiraci¨®n y no s¨®lo por mantenerlo, sino porque necesitamos sustentarnos sobre el testimonio de la existencia de nuestros antepasados. Por esa raz¨®n es necesario al mismo tiempo dejar constancia de nuestra existencia y nuestra forma de expresarnos, como legado vital para nuestros descendientes. Obligar a la falsedad de la "est¨¦tica de fachada", castrar la aportaci¨®n contempor¨¢nea a la est¨¦tica profunda de la ciudad, es una pol¨ªtica reaccionaria, falta de visi¨®n cultural y de futuro y, por a?adidura, puede llegar a resultar peligrosa para la vida de los ciudadanos.MAR?A ESPERANZA S?NCHEZ
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