"Quiero un barco a la vista"
Los ni?os se ponen muy nerviosos cuando relatan lo que esperan que les dejen los Reyes Magos a su paso por Madrid. Miran hacia arriba, abren mucho los ojos y agitan el cuerpo de lado a lado para enumerar la lista de ilusiones. "Yo he pedido un ordenador", dice un ni?o de cuatro a?os. "Es que yo tengo uno y ¨¦l ahora quiere otro", dice su hermano, de siete. Y la madre asiente con la cabeza: "Es que esto va as¨ª. Lo que tiene uno lo quiere el otro".La mayor¨ªa aplastante de los ni?os se decide ahora por las videoconsolas: son los juegos inform¨¢ticos con los que los ni?os se enchufan en la tele. Su precio en el mercado puede ascender a las 20.000 pesetas. Entre las ni?as siguen haciendo furor las mu?ecas. Incluso los disfraces.
"He pedido lo de Sissi que sale en la tele, el castillo, y un disfraz de Sissi", dice una ni?a de cuatro a?os. Y es que los anuncios televisados ayudan a muchos de los peque?os a confeccionar su lista de ilusiones.
Tambi¨¦n los folletos de propaganda que reparten los centros comerciales. "Mi hijo tiene todas las hojas de propaganda marcadas con cruces", dec¨ªa ayer una de las madres que hab¨ªan acudido con sus hijos a la cabalgata.
Hay ni?os que dicen que se acuerdan bien de los regalos que hab¨ªan pedido. Otros se acuerdan, pero tienen sus propias ideas de las cosas. Como un gracioso ni?o de cuatro a?os que dec¨ªa haber pedido a los reyes "un barco a la vista", un juego que sus padres traducen r¨¢pidamente por "un barco pirata". O "la gallina que le tiras una bola y pone un huevo", tal y como aseguraba muy convencido otro de los peque?os asistentes al desfile. "Es un juego que se llama "dale a la gallina", traducen sus padres.
Regalos olvidados
Luego est¨¢n los ni?os que se embalan. Cogen carrerilla, se van emocionando y les da por enumerar una largu¨ªsima lista de regalos ante la cara de susto de sus padres y la animaci¨®n de sus hermanos: "El fuerte, unos pistoleros, el circo...". "El zoo, zoo", le sopla el hermano. Ver a los Reyes de cerca o tener la oportunidad de hablar con ellos puede ser una excusa para que algunos peque?os, los m¨¢s responsables, tomen importantes decisiones. Uno de ellos, Adri¨¢n, de siete a?os, llevaba el chupete de su hermana Paula, de tres, para entreg¨¢rselo al rey Gaspar. Seg¨²n los planes de toda la familia, a partir de esta noche, la peque?a no volver¨¢ a dormir con ese vicio.
Y tambi¨¦n hay ni?os que se acuerdan de otros m¨¢s necesitados en estas fechas. Una de cinco a?os dec¨ªa ayer que pide todo lo que ve en la tele para los ni?os que no tienen regalos.
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