Los verdes italianos refuerzan desde el Gobierno su poder para bloquear proyectos
Los ecologistas fueron decisivos para frenar el plan Mose de protecci¨®n de Venecia
Los ecologistas italianos ya no son simples agitadores sociales. En sus casi tres a?os de presencia en el Gobierno, han transformado su tradicional capacidad de protesta en una espectacular fuerza de bloqueo de grandes proyectos de infraestructuras. El colof¨®n ha sido el reciente par¨®n al proyecto Mose, una inversi¨®n de 400.000 millones de pesetas para salvar Venecia de las mareas del Adri¨¢tico. Adem¨¢s de impedir el desarrollo de la energ¨ªa nuclear en Italia, los verdes han conseguido bloquear la construcci¨®n de la l¨ªnea de alta velocidad Mil¨¢n-G¨¦nova, la explotaci¨®n de yacimientos petrol¨ªferos en la regi¨®n de Basilicata o el viejo proyecto de unir Sicilia a la pen¨ªnsula con un puente.
Defensores del medio ambiente en todo el mundo, desde la poderosa Greenpeace hasta la World Wildlife Found (WWF), brindaron con champa?a el 10 de diciembre, cuando una comisi¨®n de expertos coordinada por el Ministerio de Medio Ambiente rechaz¨® el proyecto Mose, la mayor obra planeada para salvar Venecia de las inundaciones por las mareas del Adri¨¢tico. La ¨²ltima palabra sobre el plan, que inclu¨ªa la instalaci¨®n de 79 barreras flotantes para proteger a la laguna veneciana, no est¨¢ todav¨ªa escrita; pero est¨¢ claro que el informe de 400 p¨¢ginas redactado por una comisi¨®n en la que abundaban los verdes para un ministerio dirigido por el ecologista Edo Ronchi, asesta un golpe decisivo a este gran proyecto global, que muchos consideran la ¨²nica alternativa seria a los constantes problemas de inundaciones que amenazan la supervivencia de una de las ciudades m¨¢s bellas del mundo.En el Mose se ven¨ªa trabajando desde hace 10 a?os y ya se hab¨ªan invertido 16.000 millones de pesetas. Lo que ha quedado claro es que su paralizaci¨®n marca un hito en la forja del poder ecologista en Italia, sobre todo teniendo en cuenta que los verdes se enfrentaron a importantes empresarios italianos y a buena parte de la intelectualidad del pa¨ªs.
El poder de los ecologistas no se basa, desde luego, en la acogida popular, que en Italia es francamente moderada. En las elecciones generales vienen sacando un mill¨®n de votos (el 2,5% de los sufragios y 28 parlamentarios) desde el a?o 1987, cuando llegaron al Parlamento.
Desde esa atalaya de poder, los verdes italianos se han convertido en la pesadilla de los sucesivos ministros de Obras P¨²blicas. Primero combatieron, sin demasiado ¨¦xito, al c¨¦lebre Antonio Di Pietro; m¨¢s tarde, a su sucesor, Paolo Costa, y est¨¢ por ver si su actitud cambiar¨¢ en el actual Gobierno italiano, presidido por el ex comunista Massimo D'Alema.
Desde el campo ecologista se les tacha de ser demasiado pol¨ªticos y dedicarse "m¨¢s a la autoconservaci¨®n del partido que a la defensa de la naturaleza", como ha se?alado Rosa Filippini, representante de Amigos de la Tierra. Pero lo cierto es que han dejado una impronta nada desde?able en la vida italiana de los ¨²ltimos tiempos.
Para empezar, dirigieron la campa?a antinuclear que en 1987 acab¨® con el triunfo aplastante en tres referendos que eliminaron la posibilidad de desarrollar este tipo de energ¨ªa en Italia. Su oposici¨®n al tren de alta velocidad -el ¨²ltimo proyecto rechazado ha sido la l¨ªnea Mil¨¢n-G¨¦nova- ha sido decisiva, y son responsables, entre otras cosas, de que el petr¨®leo descubierto en los ochenta en la regi¨®n sure?a de Basilicata siga todav¨ªa sin ser explotado. "Feudo ministerial"
Desde que la coalici¨®n de centro-izquierda El Olivo gan¨® las elecciones en 1996, el poder de los verdes se ha concentrado en el Ministerio de Medio Ambiente, convertido, seg¨²n algunas voces cr¨ªticas, en el feudo de un movimiento pol¨ªtico que usa el t¨¦rmino "impacto ambiental" como un arma arrojadiza para torpedear proyectos. Por ejemplo, la salida de emergencia de la autopista Salerno-Reggio Calabria, los ¨²ltimos 13 kil¨®metros de la autopista A-28 o el viejo y criticado proyecto de construcci¨®n -que amenaza con resurgir ahora- del puente sobre el estrecho de Messina para unir Sicilia a la pen¨ªnsula. A juicio de las organizaciones ecologistas no pol¨ªticas, los verdes est¨¢n lejos de ser el feroz adversario del desarrollismo capitalista simbolizado por las obras mastod¨®nticas y las intervenciones brutales sobre el territorio. De los m¨¢s de 600 proyectos de ley que han presentado en la actual legislatura, son poqu¨ªsimos los que tienen un contenido ambiental, y muchos de ellos son meras trasposiciones de las normas de la UE.
Los verdes contraatacan asegurando que el ministro de Medio Ambiente, Edo Ronchi, ha puesto toda la carne en el asador con la nueva ley de residuos urbanos, todav¨ªa sin aplicar, en la llamada carbon-tax que penalizar¨¢ a los contaminadores, y en la creaci¨®n de alg¨²n que otro parque nacional. El propio Ronchi se?ala que en esta legislatura se ha aumentado en un 78% la dotaci¨®n para intervenciones en defensa de la naturaleza.
Los cr¨ªticos dicen, sin embargo, que, de no ser por la denuncia de la asociaci¨®n ecologista Legambiente, de la que proceden muchos verdes, Ronchi no se habr¨ªa enterado de que en marzo pasado estuvo a punto de aprobarse un proyecto que preve¨ªa la autorizaci¨®n de las numerosas construcciones ilegales del litoral italiano. Una se?al inequ¨ªvoca, seg¨²n sus detractores, de que el ministro y el partido tienen la mente en otros temas.
El portavoz de los diputados de la federaci¨®n, Mauro Paissan, se mostraba comprensivo con estas cr¨ªticas en declaraciones a este peri¨®dico. "Hay que comprender que somos diferentes de los ambientalistas, cuya preocupaci¨®n ¨²nica es la protecci¨®n del medio ambiente. Nosotros, en cambio, somos una fuerza pol¨ªtica que est¨¢ en el Gobierno no s¨®lo para defender estos temas, sino otros muchos planteamientos m¨¢s. Ahora bien, somos una fuerza pol¨ªtica ambientalista".
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