Crisis en la Comisi¨®n Europea ante un voto de censura que pone de relieve su gran debilidad
Algunos comisarios acusan a Alemania de promover el descr¨¦dito de Bruselas
La Comisi¨®n Europea, el organismo que debe impulsar la construcci¨®n de Europa por encima de los intereses nacionales, se enfrenta a una de sus semanas m¨¢s dif¨ªciles. El Parlamento Europeo debatir¨¢ ma?ana una moci¨®n de censura que, aunque no prospere por falta del apoyo necesario de dos tercios, la dejar¨¢ en una posici¨®n de gran debilidad que puede desembocar en la dimisi¨®n de algunos de sus miembros. Todo ello, pocos d¨ªas despu¨¦s de los fastos del alumbramiento del euro y cuando hay que abrir la negociaci¨®n financiera. Algunos comisarios acusan a Alemania de promover la crisis.
La moci¨®n de censura se votar¨¢ el pr¨®ximo jueves. Caso de recibir el voto favorable de dos tercios de los parlamentarios (que, adem¨¢s, supongan la mitad m¨¢s uno de los esca?os de la C¨¢mara), el Colegio de Comisarios deber¨ªa dimitir. El Consejo Europeo, integrado por los jefes de Estado o Gobierno de los Quince, tendr¨ªa entonces que elegir un nuevo presidente. Este escenario parece poco probable, pero existen m¨¢s dudas sobre la posibilidad de que el Parlamento emita un voto negativo por mayor¨ªa simple. En este caso, ya se han empezado a o¨ªr voces pidiendo la dimisi¨®n de los dos comisarios m¨¢s directamente implicados en la moci¨®n de censura, el espa?ol Manuel Mar¨ªn y la francesa Edith Cresson. Las declaraciones m¨¢s tajantes fueron las del primer ministro holand¨¦s, Wim Kok, siempre pr¨®ximo a las tesis alemanas, quien estim¨® este fin de semana que "los comisarios deber¨ªan extraer consecuencias pol¨ªticas" de un veredicto semejante y que considera "dif¨ªcil" que puedan continuar en sus cargos.
La moci¨®n de censura debe plantearse, seg¨²n las normas de la Uni¨®n Europea, contra la comisi¨®n en su conjunto, pero parte espec¨ªficamente de la cr¨ªtica a Cresson y Mar¨ªn por irregularidades fraudulentas detectadas el pasado verano en sus respectivos departamentos. En el caso de Mar¨ªn, se le responsabiliza de los contratos irregulares que firm¨® la oficina humanitaria Echo para poder contratar m¨¢s personal con el que hacer frente a nuevas obligaciones. A Cresson se le imputa la contrataci¨®n de un amigo personal.
Los dos comisarios implicados consideran que el castigo que planea el Parlamento es "absolutamente desproporcionado" y se preguntan qu¨¦ motivos secundarios existen para colocar precisamente ahora a la comisi¨®n ante su mayor crisis institucional.
?Por qu¨¦ apenas una semana despu¨¦s de lanzar el euro y en v¨ªsperas de una delicad¨ªsima negociaci¨®n financiera, Europa parece querer hacerse el haraquiri, colocando a la comisi¨®n ante una realidad paralizante? Cada funcionario de Bruselas tiene su propio an¨¢lisis. Unos destacan "la debilidad cong¨¦nita" de la actual comisi¨®n, cuyo presidente, el luxemburgu¨¦s Jacques Santer, tuvo problemas desde el primer momento para consguir el respaldo del Parlamento (super¨® el voto de confianza s¨®lo por el apoyo de 22 parlamentarios). Otros subrayan, como ya hacen en p¨²blico Mar¨ªn y Cresson, que Alemania (buena parte de sus pol¨ªticos y casi todos sus medios de comunicaci¨®n) est¨¢ interesada en fomentar la sensaci¨®n de que Bruselas despilfarra el dinero. Lo cierto es que la televisi¨®n p¨²blica alemana prefiri¨® abrir el telediario de la noche con 15 minutos sobre el "despilfarro" de Bruselas precisamente el mismo d¨ªa en que se produjo el ataque anglo-americano contra Bagdad.
Hay incluso quienes achacan la crisis actual a que los jefes de Gobierno de los Quince ya no viven la construcci¨®n europea con la responsabilidad pol¨ªtica que ten¨ªa la generaci¨®n anterior. En cualquier caso, resulta evidente que el Consejo Europeo est¨¢ contemplando esta crisis mudo, algo que hubiera resultado impensable en tiempos de Helmut Schmidt-Giscard d"Estaing o de Kohl y Mitterrand. La falta de qu¨ªmica entre el nuevo canciller alem¨¢n Gerhard Schr?der y Jacques Chirac y Lionel Jospin es cada d¨ªa m¨¢s clara.
En Alemania parece que tanto el Gobierno como la oposici¨®n se han apuntado a la batalla de rebajar el saldo negativo de Bonn con Bruselas, una guerra en la que la debilidad de la comisi¨®n cuenta como un tanto importante. S¨®lo los m¨¢s ciegos niegan que Alemania tiene razones estad¨ªsticas que apoyan sus exigencias, pero esa reclamaci¨®n est¨¢ llegando a l¨ªmites antieuropeos. El l¨ªder socialcristiano de Baviera, por ejemplo, consigui¨® la mayor¨ªa en su Estado con una campa?a demag¨®gica en la que lleg¨® a decir que "no se pueden comparar el fraude que pueda hacer un agricultor b¨¢varo con el de un agricultor andaluz".
En estas circunstancias, el resultado de la moci¨®n de censura, presentada por los socialistas con la aparente intenci¨®n de que no sea aprobada, puede terminar abriendo la mayor crisis institucional jam¨¢s vivida por la UE.
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