Los pen¨²ltimos d¨ªas de Macao
El anuncio de que China desplegar¨¢ tropas agr¨ªa las negociaciones sobre la devoluci¨®n de la colonia portuguesa el pr¨®ximo diciembre
ENVIADO ESPECIALDurante 450 a?os, Macao ha visto pocos soldados. El enclave portugu¨¦s en la costa suroriental china logr¨® esquivar, con la habilidad del negociante y la sinuosidad mediterr¨¢nea, toda implicaci¨®n militar. Escap¨® incluso a los avatares de la II Guerra Mundial en el Pac¨ªfico. Ahora, la reciente declaraci¨®n unilateral de Pek¨ªn anunciando que se propone instalar tropas en el territorio tras su devoluci¨®n el pr¨®ximo 20 de diciembre est¨¢ agriando las negociaciones finales para la transferencia de la soberan¨ªa administrativa portuguesa.
A una hora de barco de Hong Kong, Macao es el otro Hong Kong, su r¨¦plica en min¨²sculo. Es mucho menos que el hermano mayor: un territorio, de 22 kil¨®metros cuadrados, 35 veces m¨¢s peque?o; una poblaci¨®n de 450.000 habitantes, un catorceavo; una econom¨ªa relativamente infinitesimal.
Pero es tambi¨¦n mucho m¨¢s. Es el ¨²ltimo reducto de una lengua latina con estatuto oficial en Asia. D¨¦bil reducto -s¨®lo un 1,8% de la poblaci¨®n habla portugu¨¦s, aunque muchos m¨¢s lo entiendan-, pero algo m¨¢s consistente que el disperso y difuminado castellano de Filipinas. Es el ¨²ltimo vestigio de la arquitectura colonial renacentista en China. A diferencia de su vecino mayor, ha logrado conservar 256 monumentos hist¨®ricos de la ¨¦poca, entre los que descuellan el palacio y la residencia del gobernador, los museos, la Casa de Misericordia y el Consistorio o "leal Senado", as¨ª bautizado por Juan IV porque la peque?a pen¨ªnsula se mantuvo siempre fiel a Lisboa frente a los intentos de dome?arla de la corona espa?ola.
Evocadores nombres y rom¨¢nticas reminiscencias que contrastan con las apabullantes moles de acero y cristal hongkonesas, copiadas tambi¨¦n aqu¨ª, aunque con alturas y densidades menos pretenciosas. La conservaci¨®n del patrimonio arquitect¨®nico y natural -en Macao hay playa, sobre todo en la preservada isla de Coloane- es la catapulta del primer negocio del enclave, el turismo. Sus ingresos representan el 65% de la econom¨ªa, hoy en recesi¨®n, con un descenso del PIB del 13% por culpa de la crisis asi¨¢tica, que inhibe la afluencia de visitantes: aunque la riqueza per c¨¢pita, 17.000 d¨®lares, dobla la portuguesa. El resto se reparte entre sectores ligeros, como la fabricaci¨®n de juguetes, textil, electr¨®nica y flores artificiales.
Pero el plato fuerte dentro del turismo es el juego, que genera 3,5 billones de pesetas anuales, supone la mitad del PIB y la mayor fuente de ingresos p¨²blicos, pues es una de las pocas actividades sometidas a impuestos (con una tasa del 30%) en este para¨ªso fiscal. Nueve casinos permanecen abiertos d¨ªa y noche para satisfacer la desatada pasi¨®n que los chinos sienten por la apuesta. Y en este casi monocultivo radica el tal¨®n de Aquiles de Macao. El juego supone mafia, y la mafia supura crimen.
Estad¨ªsticamente, la violencia es un dato despreciable. Como compara con insistencia la Administraci¨®n, el n¨²mero de muertes violentas es de 4,8 por 100.000 habitantes, frente a 8,4 en Amsterdam, 19,4 en Las Vegas y 73,1 en Washington. Pero pol¨ªticamente lo cuantitativo cede paso a lo cualitativo. Muchos de los asesinatos provienen del choque entre clanes mafiosos -eso s¨ª, importados de la China continental, alega el equipo del gobernador- en un intento de controlar el futuro de los garitos. Hoy los gestiona, por concesi¨®n administrativa exclusiva hasta el 2001, el pl¨¢cido Stanley Ho, hombre de confianza del multimillonario rojo, el diputado en la Asamblea de la China comunista Henry Fok.
Y como quien no corre vuela, el viceprimer ministro de Exteriores chino, Qian Qichen, aprovech¨® el pasado 18 de septiembre la coartada de la inseguridad y la percepci¨®n de que el territorio es enga?osamente rom¨¢ntico para anunciar que cuando se produzca la retrocesi¨®n, dentro de 11 meses, Pek¨ªn instalar¨¢ tropas en el enclave. Contradice as¨ª el compromiso contrario de su colega para Macao, Hong Kong y Taiwan, Lu Ping, ante el Parlamento Europeo el 23 de abril de 1997. Y contradice, sobre todo, la Declaraci¨®n Conjunta (DC) chino-portuguesa (abril de 1987) y la Ley B¨¢sica o miniconstituci¨®n aprobada por la Asamblea Nacional Popular de Pek¨ªn (marzo de 1993), que configuran el futuro estatuto aut¨®nomo del enclave, una vez reendosado a China: los asuntos exteriores y la defensa correr¨¢n a cuenta de Pek¨ªn; el resto, Macao.
Nada dicen de establecer guarniciones, a diferencia de lo pactado para Hong Kong, pero es que en este caso los brit¨¢nicos manten¨ªan un destacamento armado y pactaron expresamente que ser¨ªa sustituido por soldados chinos. Los ¨²ltimos soldados portugueses se fueron de Macao con la revoluci¨®n de los claveles de 1974, cuando Lisboa ofreci¨® a Pek¨ªn, sin ¨¦xito, la devoluci¨®n del enclave y al final se transform¨® su estatuto en el de un territorio chino bajo administraci¨®n portuguesa.
China alega la inseguridad ciudadana. Adem¨¢s, como el Ej¨¦rcito de Liberaci¨®n Popular (ELP) se dedica no s¨®lo a defender fronteras, sino a muchas otras tareas (seguridad, servicios p¨²blicos, educaci¨®n) propias, en otros andurriales, de civiles, le parece l¨®gica la lectura extensiva del concepto de seguridad. Temas m¨¢s delicado son las zozobras del ELP. Deng Xiaoping lo redujo en 1980 en un mill¨®n de efectivos. Jiang Zemin prepara para antes de fin de siglo otro adelgazamiento de medio mill¨®n de soldados. Y ha prohibido a los uniformados dedicarse a los negocios. Resultado: mucho militar chino en paro o con pocos ingresos. Los maliciosos atribuyen las ¨²ltima violencias a militares descontentos y duros.
Esta pol¨¦mica sobre guarnici¨®n, s¨ª / guarnici¨®n, no, ensombrece una transici¨®n que se promet¨ªa tranquila. Tras la declaraci¨®n de Qian Qichen, la parte pequinesa del comit¨¦ de negociaci¨®n pidi¨® a la macauense que colaborase, buscando sitio para el futuro cuartel. Recibi¨® un ir¨®nico "el territorio es tan peque?o que no hay espacio". Y es que incluso el aeropuerto han debido construirlo sobre el mar. Desde entonces han aparcado el asunto y lo han remitido a las capitales.
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