Garant¨ªa de equidad y calidad
Se propugna la gesti¨®n privada en la provisi¨®n de servicios p¨²blicos b¨¢sicos utilizando tres argumentos: la competencia favorecer¨ªa una mejor asignaci¨®n de recursos, la gesti¨®n privada permitir¨ªa una mayor eficiencia y se acabar¨ªa con las ¨¦lites funcionariales. El primer argumento no se sostiene; as¨ª lo han se?alado m¨²ltiples economistas, y, adem¨¢s, s¨®lo con seguir las noticias se comprobar¨¢ que el mercado es de gran eficiencia y eficacia a la hora de proveer armamento a los pa¨ªses del Tercer Mundo, pero ineficaz si se trata de conseguir alimentos, educaci¨®n o servicios sanitarios para la poblaci¨®n de esos mismos pa¨ªses. Adem¨¢s, en el sector sanitario, la provisi¨®n privada de servicios conlleva grandes costes administrativos y de gesti¨®n que o encarecen el servicio (EEUU) o, por contra, disminuyen las disponibilidades para asistencia sanitaria (Gran Breta?a).
La segunda cuesti¨®n es menos evidente. No obstante, la gesti¨®n privada favorece la b¨²squeda de la rentabilidad y evita los riesgos, que no se distribuyen homog¨¦neamente entre la poblaci¨®n. No se ha podido demostrar que, a iguales niveles de calidad de las prestaciones y complejidad de las enfermedades atendidas, sean m¨¢s baratos los centros privados, y la ¨²nica comunidad aut¨®noma que tiene una provisi¨®n sanitaria privada hegem¨®nica (Catalu?a) es la que gasta m¨¢s y la que genera d¨¦ficit continuos.
Por fin est¨¢n las supuestas caracter¨ªsticas "intr¨ªnsecas" de los empleados p¨²blicos. Nada m¨¢s ajeno a la realidad; la mayor¨ªa de los trabajadores del sector p¨²blico realizan su tarea con una dedicaci¨®n e inter¨¦s notorios, y su eficacia no es muy distinta de la de los trabajadores del sector privado. Lo que molesta es la autonom¨ªa e independencia de los funcionarios. Pero eso precisamente es una garant¨ªa para los ciudadanos.
Existen razones de peso para propugnar una gesti¨®n p¨²blica de los servicios b¨¢sicos:
1.La protecci¨®n de derechos fundamentales. La salud, la educaci¨®n, etc¨¦tera, est¨¢n reconocidos tanto por la Declaraci¨®n de Derechos Humanos como por la Constituci¨®n espa?ola. Se trata de derechos de todos los ciudadanos, sin excepci¨®n, que precisan de protecci¨®n efectiva, en todos los casos, y en todo el territorio del Estado espa?ol, y son los poderes p¨²blicos los que tienen que garantizarlos.
2. La equidad y la solidaridad. Los servicios p¨²blicos suponen un esfuerzo solidario de todos, los m¨¢s sanos con los m¨¢s enfermos, los que tienen mayores ingresos con los m¨¢s desfavorecidos. Son un pilar b¨¢sico de la cohesi¨®n social. Su finalidad es responder a las necesidades de los individuos, para que todos reciban las atenciones que precisan, sin tener en cuenta su raza, su nivel socioecon¨®mico o su ubicaci¨®n geogr¨¢fica. Este principio se quiebra cuando aparecen intereses empresariales que buscan la ganancia y no la equidad.
3.La calidad del servicio. S¨®lo los servicios p¨²blicos permiten asegurar una elevada calidad, sobre todo en aquellos casos en que la calidad aparece como "intangible", dif¨ªcil de percibir para los ciudadanos. La red p¨²blica opta por la calidad, que es costosa (equipamientos, equipos de guardia, personal suficiente, etc¨¦tera), y la privada, m¨¢s bien por la hosteler¨ªa. Cuando hay complicaciones importantes, los enfermos son derivados al sector p¨²blico que soluciona los problemas. Esta pr¨¢ctica produce una transferencia econ¨®mica de lo p¨²blico a lo privado, ya que ¨¦ste se especializa en lo "rentable" y lo p¨²blico corre con las p¨¦rdidas. Pero ?qu¨¦ pasar¨¢ cuando se impongan los criterios privados en toda la red sanitaria? La autonom¨ªa profesional, fundamental para que cada enfermo reciba las atenciones que precisa, choca con los criterios de ahorro y control del gasto de los gerentes, como se ha comprobado en EEUU o Gran Breta?a.
4. La privatizaci¨®n de la gesti¨®n lleva a la privatizaci¨®n de los servicios p¨²blicos. Cada sistema tiene su propia l¨®gica. La gesti¨®n privada propende a introducir la l¨®gica del mercado y la competencia, la mercantilizaci¨®n de los derechos b¨¢sicos, que dejan de serlo y se convierten en capacidad de compra; el establecimiento de copagos, y al final, la provisi¨®n privada generalizada y, como mucho, una red de beneficencia p¨²blica (pero, ya se sabe, "un servicio para pobres acaba siendo un pobre servicio").
5. La gesti¨®n privada acaba con los sistemas de participaci¨®n y control. El control y participaci¨®n de los profesionales y usuarios son fundamentales en los servicios p¨²blicos tanto porque est¨¢n siendo financiados con el dinero de todos como porque sus propias caracter¨ªsticas precisan de una activa colaboraci¨®n de ambos sectores para su buen funcionamiento.
Se?alar que la gesti¨®n de los servicios p¨²blicos es consustancial con su propia esencia y finalidad no quiere decir que todo deba seguir igual y que no sean susceptibles de mejora. Los servicios p¨²blicos deben transformarse continuamente, pues las necesidades sociales que atienden tambi¨¦n est¨¢n en cambio permanente, y existen mecanismos para ello, pero siempre dentro del ¨¢mbito de solidaridad y atenci¨®n de calidad a las necesidades de la poblaci¨®n que son su raz¨®n de ser.
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