Luis¨¦s
DE PASADALuis V¨¢zquez Alfarache es el enviado. No quede duda alguna. Don Luis, adem¨¢s de presidente de la Diputaci¨®n de M¨¢laga, de ser var¨®n espigado de tez morena y perenne chaqueta azul, como sacado de una fotograf¨ªa de procuradores a cortes de hace 35 a?os y de ejercer de militante del PP; don Luis, adem¨¢s de ser injustamente acusado de pertenecer al Opus, cuando el Opus se llama Manuel Atencia, su jefe pol¨ªtico y uno de los empe?ados en sacar de las listas del PP a su semejante, don Luis, adem¨¢s de todo eso, es un mes¨ªas. De entrada, es prohombre que no discrimina: todos los seres humanos son iguales ante sus ojos. Ojo: de ¨¦sos no quedan. ?l tan s¨®lo exige que se sea malague?o (en su acepci¨®n provincial, no capitalina) y ya tienes el m¨¢s all¨¢ del Centro Cultural Provincial asegurado. La Casa Com¨²n -eso dijo el viernes en al inauguraci¨®n del emblem¨¢tico neotemplo cultural: como el PP siga centr¨¢ndose, a este paso al PSOE s¨®lo le van a dejar bonsais y capullos- de la cultura malague?a est¨¢ abierta a todos los malague?os de la cultura, "vengan de donde vengan y pretendan lo que pretendan" (ojito, que esto son ipsum verba). Lo dijo con er mur¨¢ de fondo. Er mur¨¢ es la capilla sixtina malague?a: la pint¨® Francisco Hern¨¢ndez tras el encargo de Luis¨¦s, al que quieren sus sacerdotes echar de las listas. En ese precioso fresco est¨¢n contenidos todos los s¨ªmbolos de fe malague?a. Majesteando en el centro, la patrona, la Virgen de la Victoria -por si no lo saben hace a?os estaba matriculada en la facultad de Econ¨®micas de esta ciudad y un profesor de la misma, Vicente Granados (rojo ten¨ªa que ser) decidi¨® suspenderla porque no asist¨ªa a clase; ignoramos si se ha licenciado-, emitiendo potencias conc¨¦ntricas hacia el espacio exterior desde su roca situada entre los propileos del puerto de M¨¢laga, hecho tan milagroso que hasta las gaviotas -?se?al o lapsus?- huyen despavoridas a los lados. Debajo, un tr¨ªo de caballeros como marchando al Roc¨ªo, dos jabegotes en los extremos y dos infantes boquerones ataviados de provincial folclore. Todos, todos cabemos en ese templo. Luis¨¦s nos guiar¨¢ en pos de la boqueronia prometida. Y pronto, en aquel barrio degradado, donde el viernes surg¨ªan naricillas asombradas y se sacaban c¨¢maras de v¨ªdeo para filmar a Celia Villalobos riendo con Luis¨¦s, all¨ª, dec¨ªa, el metro de suelo subir¨¢ de precio, se expropiar¨¢ y se construir¨¢ la nueva Malagad¨¦n. Vengan de donde vengan. Y s¨®lo con ser de aqu¨ª. Palabra de Luis¨¦s. H?CTOR M?RQUEZ
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