Milla trunca el triunfo del Oviedo

Oviedo y Valencia burlaron los pron¨®sticos pero acabaron empatados igual. Lo l¨®gico y lo esperado hubiera sido el control del juego por parte asturiana y el despliegue en contraataques de los levantinos, pero cierto es que todo ocurri¨® al rev¨¦s. El bal¨®n lo tuvo el Valencia y los agobios el Oviedo, que resisti¨® con 10 la ¨²ltima media hora y cuando ya daba por hecho otro triunfo ¨¦pico, que ser¨ªa el cuarto de la temporada, Milla lo trunc¨® en el descuento. Los problemas del Oviedo hab¨ªan venido por arriba y por ah¨ª encaj¨® los dos tantos.En la primera parte el desajuste asturiano lo arregl¨® Dely Vald¨¦s, que se confirma como el mejor goleador del equipo y uno de los m¨¢s destacados del campeonato. Cierto que en el primer tanto el despiste de Carboni dej¨® a Moller en posici¨®n legal e inmejorable, y el rechace de Ca?izares lo encaj¨® el paname?o entre los palos sin oposici¨®n alguna. Pero m¨¢s llamativo fue el segundo tanto, en un globo largu¨ªsimo desde el medio campo que entre Djukic y Ca?izares dejaron pasar tontamente. Vald¨¦s s¨®lo tuvo que cabecear con la mayor de las comodidades y, claro, bati¨® al guardameta internacional, que se quej¨® amargamente a su compa?ero de defensa por el error posicional.

El repertorio de despistes no fue patrimonio exclusivo del equipo visitante. En los dos tantos del Valencia la defensa y el portero del Oviedo contribuyeron lo suyo a la f¨¢cil culminaci¨®n de ambas jugadas, especialmente en el primer caso. Y adem¨¢s Anglom¨¢ no hubiera so?ado un remate tan f¨¢cil como el que ejecut¨® ligeramente desviado antes de acabar la primera parte. Ese y los dos tantos vinieron de faltas al borde del ¨¢rea lanzados por Farin¨®s, de las que ni la defensa ni el portero del Oviedo fueron capaces de contrarrestar. El equipo asturiano ha padecido en las ¨²ltimas temporadas muchos problemas por alto que pudieron volver a constatarse ayer.

El partido se alter¨® del todo cuando Losantos Omar expuls¨® a Bango por cometer una falta cuando el bal¨®n ya no estaba en juego. El Oviedo entonces se dedic¨® en pleno a defender y a buscar un contraataque en el que tuviera suerte y que no lleg¨®. El Valencia, con la ventaja num¨¦rica, se precipit¨® demasiado en sus ataques hasta el extremo de que su entrenador le reclamaba una y otra vez desde el banquillo que jugase con m¨¢s tranquilidad.