Cl¨¢sico apacible
JOSU BILBAO FULLAONDO La sala de exposiciones del Archivo Foral de Bizkaia muestra estos d¨ªas fotograf¨ªas del mallorqu¨ªn Toni Catany (Llucmayor, 1942). Siempre es gratificante poder contemplar las im¨¢genes de un autor de tan reconocido prestigio. Adem¨¢s, uno puede llevarse lo que est¨¢ colgado de las paredes en un libro con vocaci¨®n de cat¨¢logo, cuya calidad fue premiada por el gremio de Editores Europeos de Fotograf¨ªa. Es una importante colecci¨®n de retratos y bodegones que piden una observaci¨®n reposada. Toni Catany lleg¨® a la fotograf¨ªa de manera autodidacta. Fue en 1968 cuando public¨® sus primeros reportajes en la revista Destino y el peri¨®dico La Vanguardia. Su inquietud investigadora le hizo recorrer muchos de los entramados de la fotograf¨ªa hasta llegar a la calotipia, una t¨¦cnica inventada por Fox Talbot en 1835, cuyos negativos eran de papel. Una serie de copias realizadas por este procedimiento le dio a conocer m¨¢s all¨¢ de las fronteras de su tierra a finales de los a?os setenta. Si con anterioridad hab¨ªa sido Barcelona y otras ciudades espa?olas las que dieron buena acogida a su repertorio, luego llegaron renombradas galer¨ªas de Tokio, Bruselas, Par¨ªs, Mil¨¢n, Lausanne o Nuremberg. Las guindas del pastel la pusieron el premio concedido en 1991, en los prestigiosos Rencontres Internationales de la Photographie d"Arles (Francia), por su libro La meva Mediterr¨¤nia y el t¨ªtulo de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras otorgado por el Ministerio de Cultura franc¨¦s. En su intenso recorrido hay que incorporar otras dos publicaciones suyas: Natures Mortes y Somniar d¨¦us y oscura memoria. Las obras que ahora tenemos en Bilbao se presentan tras el t¨ªtulo Fotografies. En color, sobre un formato medio de 50x65, en papel de acuarela o seda natural, y con la t¨¦cnica Polaroid, cada uno de los ejemplares puede considerarse ¨²nico. El fot¨®grafo mediterr¨¢neo trabaja en tonos opacos, con un cromatismo tenue, sin brillos. Juega con luces planas y laterales que realzan las forma y ayudan a resaltar la mirada de los modelos elegidos. Toca cuatro grandes temas. Los retratos, de personajes mayormente an¨®nimos, los ha tomado en la India, Venezuela, Ghana o Madrid. Son gentes del lugar conscientes de estar posando ante la c¨¢mara. Son planos que apabullan por su fuerza expresiva, una energ¨ªa que surge del interior de los protagonistas. Sigue una linea conceptual que, sin estridencias, mezcla un abanico de gestos y actitudes extra¨ªdos de una curiosa gama de razas y etnias. Cuando trabaja paisajes y vistas de ciudades, los envuelve en un grito de soledad y en un halo de tristeza que desde el ensimismamiento llevan a la reflexi¨®n. Los bodegones y naturalezas muertas mantienen el tono decadente que oferta la luz de un rinc¨®n oscuro de una casa o la frialdad de una mesa de jard¨ªn abandonado. Sac¨¢ partido de frutos, o botellas, dispuestos en composiciones poco est¨¢ticas. Otro de sus grandes apartados est¨¢ dedicado al desnudo. Pueden ser hombres o mujeres. Lo importante son las posturas que les hace adoptar. Es un desnudo art¨ªstico cuya carga ficticia borra el efecto emotivo y carnal. Escapa de la brusquedad del momento y consigue una sensaci¨®n serena y sensual. Puede mostrar todas las partes del cuerpo salvo la cara. La desnudez no est¨¢ en la piel, son nuestros ojos los que se desprenden del velo que impide encontrar la naturalidad de lo humano. As¨ª son las facetas de un fot¨®grafo que sobre los mismos grandes temas aplica t¨¦cnicas diferentes. No ha perdido la esperanza de cerrar un circulo de perfecci¨®n, una figura geom¨¦trica que finalmente le envuelve en espiral y termina por llegar a su propia esencia. Porque no en vano se ha erigido en el punto focal de todas las circunvalaciones capaz de llevar a cabo.
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