Senadores en el corredor de la muerte
Cuatro parlamentarios espa?oles visitan en EE UU al compatriota condenado a la silla el¨¦ctrica
Joaqu¨ªn Jos¨¦ Mart¨ªnez ve hoy la muerte m¨¢s lejana de lo que la ve¨ªa la semana pasada. El comp¨¢s de espera de la silla el¨¦ctrica que comenz¨® el 27 de mayo de 1997, cuando le condenaron por dos asesinatos, est¨¢ abierto ahora a una cierta esperanza, renovada por la visita de una delegaci¨®n espa?ola y una apelaci¨®n para que le concedan un nuevo juicio.Aunque le quedan otros recursos ante las cortes federales y el Tribunal Supremo de Estados Unidos, si el Tribunal Supremo de Florida acepta que hubo violaciones de las leyes y manipulaci¨®n de pruebas -argumento que sostiene la apelaci¨®n y recalcaron el martes las autoridades espa?olas a las de Florida-, el caso podr¨ªa concluir en uno o dos a?os, en vez de ocho o nueve si tuviera que agotar las otras posibilidades. Mart¨ªnez siempre ha mantenido su inocencia y conf¨ªa en que un nuevo juicio le absolver¨ªa. "Por eso este apoyo que ha recibido de Espa?a le ha dado mucho ¨¢nimo, est¨¢ muy muy esperanzado", dijo ayer su madre, Sara P¨¦rez.
El martes sali¨® dos horas de su celda de 3 por 2,40 metros para encontrarse en la sala de visitas con cuatro senadores, el embajador y el c¨®nsul espa?oles. "Ha sido un encuentro emotivo, est¨¢ fuerte y nos ha impresionado por su serenidad", coment¨® el senador socialista Ignacio D¨ªez tras salir de la prisi¨®n estatal de Starke, en el norte de Florida. Los otros senadores eran Manuel Ja¨¦n (PP), Jos¨¦ Nieto (Nueva Izquierda) y Manuel Bolinaga (Partido Nacionalista Vasco).
Junto con el embajador de Espa?a en Estados Unidos, Antonio Oyarz¨¢bal, y el c¨®nsul en Miami, Miguel D¨ªaz-Pache, los parlamentarios trasladaron al fiscal general de Florida la preocupaci¨®n espa?ola por la falta de garant¨ªas procesales que tuvo en el primer juicio, de acuerdo a las pruebas presentadas por la apelaci¨®n.
En su oficina del Capitolio de Tallahassee, la capital del Estado, el fiscal Bob Butterworth escuch¨® cordialmente durante 45 minutos los argumentos y se comprometi¨® a intentar agilizar el proceso. "El fiscal no tiene inconvenientes en revisarlo, y har¨¢ todo lo posible por acelerarlo. Fue una acogida positiva, sin que por ello se deduzca nada", aclar¨® el c¨®nsul D¨ªaz-Pache. El Tribunal Supremo del Estado, que es el que decidir¨¢ si tiene derecho o no a un nuevo juicio, a¨²n no ha admitido oficialmente a tr¨¢mite la apelaci¨®n, pero ha dado muestras "de palabra" de que lo aceptar¨¢, seg¨²n explic¨® el abogado Peter Raben. No hubo arma homicida, ni testigos presenciales, ni se tomaron huellas, ni las pruebas bal¨ªsticas coincidieron con las del arma de Mart¨ªnez.
Tampoco se persiguieron otras pistas, a pesar de que hab¨ªa una colilla que en las pruebas de ADN result¨® no pertenecer ni a los asesinados ni a Mart¨ªnez, que adem¨¢s no fuma. El veredicto se hizo en base a testimonios indirectos de quienes alegaron haber escuchado a Mart¨ªnez decir que era culpable. Raben alega en la apelaci¨®n que el proceso estuvo viciado por irregularidades cometidas por el propio juez, que admiti¨® evidencias ilegales; el fiscal, que us¨® pruebas falsas y cambi¨® las fechas del crimen, y la mala defensa del abogado que lo represent¨® en el juicio de abril de 1997.
Uno de los nueve fundamentos en el recurso de 105 p¨¢ginas, se refiere a la intervenci¨®n final del fiscal ante el jurado, en la que afirm¨® que "quiz¨¢ los asesinatos no hubieran tenido lugar en esa fecha" (27 de octubre de 1995). Eso, seg¨²n Raben, anul¨® la coartada de Mart¨ªnez y confundi¨® al jurado. El abogado defensor que ten¨ªa entonces no objet¨® ni ¨¦se ni otros argumentos decisivos para la inocencia de Mart¨ªnez.
Mart¨ªnez fue arrestado el 29 de enero de 1996 acusado del asesinato a tiros de Douglas Ray Lawson y a pu?aladas de su novia Sherry McCoy. La polic¨ªa de Florida viol¨® la Convenci¨®n de Viena durante su detenci¨®n al no haberle le¨ªdo su derecho a comunicarse con las autoridades consulares espa?olas, a las que tampoco se inform¨®. En mayo del a?o pasado ingres¨® en el corredor de la muerte de la prisi¨®n de Starke.
Mart¨ªnez naci¨® en Guayaquil (Ecuador), el 2 de diciembre de 1971. Es hijo de espa?ol y ecuatoriana y, aunque vive en EEUU desde hace 19 a?os, conserva la nacionalidad espa?ola. Se cas¨® con Sloanne Millian apenas cumplidos los 20 a?os y tiene dos hijas. El matrimonio estaba divorciado cuando ella le acus¨®. ?l viv¨ªa con otra mujer, Laura Babcok. Los senadores presentar¨¢n un informe al Parlamento y al Gobierno con la esperanza de que otras instancias act¨²en para evitar que Mart¨ªnez muera en la silla el¨¦ctrica. "Hemos dado el primer paso y esperamos que sirva para que el Gobierno espa?ol d¨¦ el siguiente", manifest¨® el senador Ja¨¦n.
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