El matrimonio brit¨¢nico que huy¨® con dos ni?as adoptadas se entrega a la polic¨ªa
La pareja se quedar¨¢ con las dos menores hasta que haya una sentencia definitiva
Reci¨¦n llegados de Irlanda, donde estaban escondidos, Jeff y Jennifer Bramley, el matrimonio brit¨¢nico que huy¨® en septiembre con Jade y Hannah, las hermanas que los servicios sociales de Cambridge les impiden adoptar, afrontan un juicio crucial. El Tribunal Supremo analizar¨¢ a partir de hoy el futuro de las ni?as y las circunstancias de una fuga provocada, seg¨²n la pareja, por la intransigencia de los expertos. Aunque desde el punto de vista legal han raptado a las peque?as, lo delicado del caso ha movido a la polic¨ªa a no detenerlos. Podr¨¢n quedarse con ellas mientras los jueces deciden.
Su declaraci¨®n en comisar¨ªa, primer paso obligado una vez que la pareja decidi¨® regresar con las ni?as, en avi¨®n, a Londres para entregarse, ha sido prestada en secreto. Tampoco ha trascendido el lugar escogido por la polic¨ªa de Cambridge para alojarlos hasta que hayan podido cumplimentar la primera fase de los prolijos tr¨¢mites legales que les esperan. La explicaci¨®n m¨¢s esperada por los agentes ?c¨®mo pudieron salir del pa¨ªs sin llamar la atenci¨®n cuando su rostro aparec¨ªa por todas partes? debieron darla anoche. La comisar¨ªa ha preferido no hacer comentarios pero sus portavoces han reconocido que Hannah, de tres a?os, y Jade, de cinco, "ten¨ªan buen aspecto y estaban de buen humor" despu¨¦s de aterrizar.Para Liz Railion, directora de los servicios sociales de Cambridge, ello basta por el momento. Contraria a cederlas en adopci¨®n a una pareja "capaz de vulnerar todas las normas", prefiere esperar ahora la llamada de los jueces para defender su postura. Incluso est¨¢ dispuesta a hacer un inusitado gesto de buena voluntad dejando a las ni?as con los Bramley hasta que todo se aclare. "Pueden cuidarlas de momento. Varios meses si es preciso. Pero sigo pensando que no deben adoptarlas y as¨ª lo har¨¦ saber ante el juez", ha repetido ahora que est¨¢n todos en un lugar seguro. Tanto ella como los asistentes encargados de entrevistar al matrimonio creen que carecen de habilidad suficiente para educarlas. "A veces son demasiado estrictos y otras les permiten cualquier cosa", se?alan.
La casa que Jeff y Jennifer Bramley dejaron atr¨¢s en Ramsey, en el condado de Cambridge, es una de las pruebas que refuerza, seg¨²n dicho equipo social, sus temores. No demasiado grande pero con un bonito jard¨ªn, est¨¢ perfectamente limpia y ordenada. Una planta medio marchita y un pasador de pelo abandonado en la repisa de una ventana son las ¨²nicas huellas de una huida a toda prisa. "Todo est¨¢ tan pulcro que no parece un hogar con ni?os. Refleja un espacio donde los adultos controlan a las peque?as hasta el l¨ªmite", en opini¨®n de Vivian Hill, una psic¨®loga infantil del Instituto de Educaci¨®n de Londres consultada estos d¨ªas. La opini¨®n de los vecinos est¨¢ m¨¢s dividida.
Tentaci¨®n
La marcha de la familia les parece un error pero achacan la fuga a la presi¨®n ejercida por los servicios sociales. La crisis provocada por los Bramley no es la primera que se recuerda en Cambridge. En 1997, la direcci¨®n regional vio c¨®mo uno de sus gerentes m¨¢s veteranos era condenado a 18 a?os de c¨¢rcel por abuso de menores a su cargo. El pasado a?o, Rikki Neave, un ni?o de seis a?os, fue estrangulado cerca de su casa a pesar de la protecci¨®n ofrecida por los asistentes. Considerado en peligro dada la drogadicci¨®n de su madre, muri¨® sin que nadie considerara oportuno apartarle de ella. Una investigaci¨®n ulterior critic¨® de forma contundente a los expertos de Cambridge. El golpe fue tan duro que Anne Campbell, diputada por esta demarcaci¨®n, apunta que la cautela actual "es una forma de evitar otro desastre".Para Jeff y Jennifer, dichos temores son infundados. Casados en 1984 decidieron adoptar un hijo despu¨¦s de varios intentos fallidos de concebir con ayuda de la fecundaci¨®n artificial. Jade y Hannah llegaron a su casa en marzo pasado. La simpat¨ªa fue mutua. Su madre biol¨®gica, Jackie Bennett, las cedi¨® porque no pod¨ªa ocuparse de ellas y ahora les apoya. Por fr¨¢gil que sea el estado de ¨¢nimo del matrimonio, deber¨¢ resistir ahora una tentaci¨®n. La posible venta de su aventura a la prensa ser¨ªa considerada "inaceptable" por todas las instancias legales que eval¨²an el futuro de las peque?as. Lo que s¨ª ha hecho la pareja, a trav¨¦s de su abogado, es agradecer a los medios de comunicaci¨®n el apoyo que le han prestado al difundir la pasada semana una carta en la que ped¨ªan comprensi¨®n y que propici¨® el cambio de actitud de los servicios sociales.
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