Todo va bien en Espa?a

AZNAR HA decidido ser fiel a s¨ª mismo por encima de todo. Dijo que agotar¨ªa la legislatura sin cambiar a sus ministros, y eso es lo que rubric¨® ayer. No hay ministros quemados ni perfiles incompatibles con el tan publicitado viaje al centro. S¨®lo m¨ªnimos reajustes -dos caras nuevas y un cambio de cartera- debido a decisiones que afectan al partido. La designaci¨®n de Javier Arenas como nuevo secretario general del PP le obliga a abandonar la cartera de Trabajo por imposici¨®n estatutaria y la designaci¨®n de Barrero como candidato a la Junta de Extremadura deja vacante la presidencia del Senado. Nadie duda de que el congreso del PP ratificar¨¢ a la b¨²lgara la propuesta de Aznar, pero en una vuelta de tuerca el presidente anticipa un reajuste provocado por una decisi¨®n que se tomar¨¢ formalmente dentro de dos semanas. Y quien la hace p¨²blica es un portavoz que la semana pasada reconoc¨ªa que a¨²n no est¨¢ afiliado al PP. M¨¢s que al centro parece un viaje al caudillismo.El ¨²nico cambio que realmente se formaliz¨® en la jornada de ayer fue el relevo de Francisco ?lvarez Cascos al frente de la secretar¨ªa general del partido. Pero eso ya lo hab¨ªan anticipado antes del verano Aznar y el propio afectado. ?D¨®nde reside la gran sorpresa que el presidente del Gobierno se ha encargado de pregonar durante estos meses y de cultivar personalmente la pasada semana? En su breve comunicaci¨®n de ayer a la direcci¨®n pol¨ªtica del partido insisti¨® en que ya ten¨ªa tomada la decisi¨®n hace tiempo. No parece que fuera muy dif¨ªcil, dado el nivel de debate interno existente en el seno partido.

Aznar se declar¨® ajeno a las especulaciones de estos d¨ªas. Pero no es casual que la mayor¨ªa de su Gabinete interpretara en clave de reajuste ministerial su intervenci¨®n del pasado jueves ante la convenci¨®n del PP de Catalu?a. Incluidos quienes no quer¨ªan creer que los cambios pod¨ªan ser antes del congreso, aunque s¨®lo fuera por cuesti¨®n de formas. Una vez lanzado el mensaje ten¨ªa que elegir entre mantener la incertidumbre dos semanas, lo que habr¨ªa provocado infartos, o erigirse en congreso del PP y designar, al estilo de Fraga, al nuevo secretario general. Ha elegido lo segundo, limit¨¢ndose a rellenar su hueco y el de Esperanza Aguirre, promovida a la presidencia del Senado tras una gesti¨®n ministerial que si se ha caracterizado por algo ha sido por su incapacidad para consensuar con la oposici¨®n e incluso con los aliados nacionalistas en cuestiones educativas que exigen amplios acuerdos. Hasta el punto de que CiU, primer aliado del Gobierno, se congratul¨® ayer de que Aguirre dejara ese departamento.

La continuidad de los ministros m¨¢s quemados o incompetentes acota hasta la inanidad el nuevo centrismo pregonado por Aznar. De hecho, lo que hizo ayer fue ratificar a algunos de los m¨¢s s¨®lidos puntales de la derecha de este pa¨ªs. Claro que si el presidente trata de reafirmar su posici¨®n centrista personal por referencia a sus ministros, la continuidad de ?lvarez Cascos o Mariscal de Gante es una garant¨ªa.

La designaci¨®n de Javier Arenas como nuevo secretario general es el ¨²nico gesto -adem¨¢s de lo que pueda tener de promoci¨®n personal el pase de Mariano Rajoy a Educaci¨®n- que se alinea en la trayectoria centrista. Parece indiscutible que un hombre como Arenas, procedente de la UCD y que ha ejercitado su capacidad de negociaci¨®n y pacto con los sindicatos al frente de Trabajo, puede levantar con mayor credibilidad la bandera del centro pol¨ªtico que alguien como ?lvarez Cascos, que desde la primera hora de la transici¨®n pol¨ªtica -1976- no tuvo ninguna duda de que su sitio natural era aquella AP que encabezaban los siete magn¨ªficos, otros tantos ex ministros de Franco acaudillados por Fraga.

Por mucho que el papel de Cascos como vicepresidente y coordinador pol¨ªtico del Gobierno est¨¦ hoy en decadencia, convertido en una suerte de responsable de misiones especiales del presidente, no le va a resultar f¨¢cil a su sucesor en la secretar¨ªa general contrarrestar su imagen de pol¨ªtico m¨¢s habituado a embestir que a dialogar y, sobre todo, a ceder. Por trayectoria pol¨ªtica y por su acci¨®n de gobierno es probable que el hombre mejor equipado para intentarlo sea Arenas, que en el anterior congreso sali¨® perdedor en alg¨²n pulso con Cascos. Dando por supuesto que el criterio es en todo caso electoral, su entronizaci¨®n como secretario general puede tener tambi¨¦n una dimensi¨®n territorial: de reforzamiento de las opciones del PP en Andaluc¨ªa, donde los expertos creen que se juega la mayor¨ªa absoluta.

Los dem¨¢s retoques son simple an¨¦cdota. A Acebes se le pagan los servicios prestados como coordinador del partido y en el Ministerio de Trabajo asciende un hombre que ha dado pruebas de eficacia y capacidad negociadora como segundo de Arenas. Pero, m¨¢s all¨¢ de las personas, la decisi¨®n de mantener a todo su Gobierno no es sino la expresi¨®n m¨¢xima de la autocomplacencia. No hay problemas pendientes en la justicia, la gesti¨®n medioambiental es mod¨¦lica y el caos tantas veces repetido en Barajas es s¨®lo un mal sue?o. A juicio de Aznar, definitivamente todo va bien en Espa?a.